El Santuario de la Victoria verá por fin la luz. Tras más de 10 años sufriendo deterioros y desprendimientos en diferentes partes, la restauración está cada vez más cerca de ser una realidad.

La cripta de los Condes de Buenavista lleva cerrada al público desde octubre de 2018 por problemas de la humedad que derivan en desprendimientos, debido a la construcción de los baños del Hospital Pascual en la pared colindante, según afirmó Ricardo Ramírez, miembro del consejo parroquial del Santuario.

Aunque la cripta es una de las principales zonas afectadas por estos problemas, el camarín es otro elemento que se encuentra en pésimo estado. «El Camarín -la Torre Celestial- también tiene graves desprendimientos. Hay pedazos que saltan a tutiplén», afirma Miguel Ángel Pérez, guía del Santuario y quien interpuso la denuncia ante la Junta de Andalucía para que actuara en el Santuario.

Acumula suciedad provocada por el polvo y el carbón de las velas. «Le faltan policromías, le faltan pedazos que se han caído, incluso presenta filtraciones». Afirma que se está desprendiendo toda la yesería y el estuco. En las bóvedas también ha podido apreciar goteras.

Dentro de él se encuentra la patrona y el Templete de Baldaquino, restaurado en 2017 por el Instituto del Patrimonio Histórico Andaluz y colocado de nuevo en su lugar a principios de 2019. Miguel Ángel y Ricardo coinciden en la idea de que, para solucionar el problema, hay que hacer una reforma «íntegra» de ambas partes.

Otro de los lugares que se ve afectado por la humedad es el museo. Sufre filtraciones provenientes del techo.

La primera actuación consistirá, según demanda la Junta de Andalucía, en un aislamiento que permita acabar con las humedades, para después clasificar las piezas rotas que pasarán a ser restauradas y puestas de nuevo.