El Parque del Norte ya tiene un espejo en el que mirarse. En concreto, en el murallón de 57,5 metros de un campo de tenis de la calle Argentinita, cerca del parque canino y el campo de fútbol, que ha pasado de exhibir unos deprimentes grafitis gigantes, pintadas vandálicas con la firma de sus autores, a transformarse en una loa a la defensa del Medio Ambiente.

La transformación ha sido posible gracias la veterana Asociación de Vecinos La Unidad de Nueva Málaga, que cumplió 40 años a finales de 2017.

«Estuvimos mucho tiempo pidiendo al distrito que adecentara los alrededores del muro. Parques y Jardines lo limpió de matorrales, puso césped, riego por goteo y un camino de hormigón prensado para los vecinos», explicaba ayer José del Castillo, presidente de la asociación.

Esta mejora animó a los vecinos a pedir permiso a la comunidad de propietarios para transformar por completo el muro. Además, como explica José del Castillo, «la comunidad acababa de restaurarlo y pintarlo de granate, porque estaba hecho polvo y dijo que sí, para que los grafiteros no volvieran a destrozarlo».

La iniciativa ha sido posible gracias a la Intervención Comunitaria Intercultural, una iniciativa en la que, además de la Asociación de Vecinos La Unidad, han participado la Obra Social La Caixa, Accem y el distrito de Bailén Miraflores.

En una reunión con los vecinos se decidió el motivo: «Como teníamos enfrente el Parque del Norte y el parque canino, se decidió que fuera el Medio Ambiente», destaca. También se acordó realizar un mural de mucho colorido, pero alejado del hiperrealismo, para que pudieran participar también los vecinos del barrio, aunque bajo las directrices de los artistas Cristina Soler y Javier Dolera.

«En julio hemos trabajado dos fines de semana abiertos a los vecinos y la última semana trabajaron solo los dos artistas para perfilar la obra», resume.

Nada menos que 52 vecinos aceptaron el reto de convertirse en artistas por unas horas. Y por cierto, sin límite de edad ni por arriba ni por abajo, porque el participante más joven tenía un año y estuvo ayudado por su madre, mientras que el más veterano, «tenía 83 o 84 años», calcula el presidente vecinal.

Agua y flores

El resultado es un mural en uno de cuyos extremos el mundo produce un agua sucia, que un robot se encarga de depurar. Como resultado de esta actividad ‘sanadora’, en el planeta surgen flores «y sale vida». También aparece un alegre perro robot y un cartel con el mensaje: ‘Cuida tu barrio’.

El pasado 20 de julio tuvo lugar la presentación de esta obra de arte comunitario, en la que se repartió una merienda saludable, con la colaboración de la frutería del barrio Antonio y Feli. Además hubo talleres de globos y pintacaras para los niños.

José del Castillo cree que cuando pasen los niños del barrio por este renovado rincón de Nueva Málaga, «dirán que esa florecita la he pintado yo y van a respetar el mural». Larga vida al Medio Ambiente en Nueva Málaga.