Cada vez son más las personas que se alejan de las playas y las grandes aglomeraciones durante las vacaciones de verano, para sumergirse en la naturaleza de nuevos entornos y respirar aire limpio. El interior sigue siendo una apuesta segura para este tipo de escapadas, en las que no es necesario pasar calor, ya que para todos los que se deciden por estos destinos, la provincia de Málaga cuenta con más de una treinta de piscinas naturales en las que disfrutar de los mejores días veraniegos.

En una de las zonas fronterizas que separa la comarca de Guadalhorce con la Sierra de las Nieves se encuentra el valle del río Jorox. Este rincón singular se ha convertido en uno de los enclaves naturales con más variedad paisajística de la zona y en ella se localiza el charco de la Caldera. El nacimiento del río da lugar a una cascada de unos 25 metros de altura que viene a caer a la misma poza, creando una piscina natural amplia y de aguas cristalinas rodeada por la vegetación de la zona. Se trata de una alberca profunda que cubre en casi todos sus puntos excepto en la orilla. Para los que gusten disfrutar de las vistas, detrás de la cascada se sitúa una pequeña cueva que permite descansar y contemplar caer el agua.

A menos de tres kilómetros del conocido balneario de Fuente Amargosa en Tolox, se encuentra el enclave conocido como charca de la Virgen. Una poza que se halla en el río de los Caballos, uno de los afluentes de río Grande, y a la que se puede acceder a través del sendero próximo al cauce que comienza a la altura del balneario, un baño que se ha convertido en el único de España especializado en enfermedades renales y del aparato respiratorio. Visitar esta zona no sólo permite disfrutar de estas instalaciones, sino del propio charco natural al que acompaña de fondo una cascada de más de veinte metros.

En la cuenca del río Chillar, el Vado de los Patos y su recorrido hasta alcanzarlo conforman uno de los destinos naturales favoritos del territorio malagueño. Su espectacular entorno, cercanía al pueblo de Nerja y sus playas se unen para convertirse en un destino del que disfrutar durante los meses de verano. Para alcanzar el punto exacto donde es posible darse un baño, es necesario comenzar la subida del río desde la travesía a la que permite acceder la avenida de Pescia de dicho municipio. Tras recorrer unos ocho kilómetros pisando el sendero acuático, se llega al propio vado donde se puede disfrutar de sus aguas y cascadas.

Hay que desplazarse hasta Cortes de la Frontera para bañarse en las aguas del charco del Moro, la badina final de la salida del cañón de las Buitreras creado por el río Guadiaro durante miles de años. La parte central de esta formación de paredes rocosas llega a los 300 metros de altura y cuenta con tramos de sendero en ambos extremos. El charco tiene una distancia de unos 150 metros y dispone de una orilla en la zona sur del cauce donde hacer una parada y tenderse al sol. Se trata del único espacio apropiado para reposar por lo que es aconsejable no alejarse de esta zona.

En la localidad de El Burgo se encuentra uno de los tramos que corresponde al Parque Natural Sierra de las Nieves y la Gran Senda de Málaga, mediante la cual se alcanza la orilla del río Turón, tras recorrer unos tres kilómetros. Aquí se localiza un muro que contiene las aguas de riego de una zona llamada Largo del Dique, y desde donde se puede ver la poza de baño a la que se puede llegar tras cruzar con cuidado un dificultoso sendero al que vale la pena acceder para ver el paisaje que recibe a los senderistas.

En el extremo malagueño del Parque Natural Sierra de Grazalema, y a poca distancia de la cueva del Gato, se sitúa el charco Frío: una piscina de aguas cristalinas originada por una cascada proveniente del río Gaduares a la que le ha dado nombre su extrema frialdad y donde el baño refrescante está asegurado. Antes de bañarse en esta maravilla de la naturaleza se recomienda remojarse el cuerpo para que le impacto del cambio de temperatura no sea perjudicial.