El último día de julio fue el elegido por la subdelegada del Gobierno en Málaga, María Gámez, y la delegada del Gobierno andaluz, Patricia Navarro, para firmar, en los Baños del Carmen, la devolución al Estado de 33.000 metros cuadrados de superficie que hasta ahora explotaban los concesionarios, un gesto administrativo que abre la puerta a convertir el enclave urbano más querido por los malagueños en un gran parque marítimo terrestre. Luego, habrá que sacar a concurso la concesión del restaurante. Para eso quedan tres años. Los empresarios quieren reformar el edificio al estilo años veinte, respetando su esencia. Y esa foto histórica ocurrió, como digo, el 31 de julio, la última jornada de un curso eterno, que ha durado 43 años, de forma que los malos estudiantes, que aquí han sido todas las administraciones con competencias en el balneario, han arreglado en el minuto final del partido lo que debería haberse solucionado antes.

Y, después, llegan las vacaciones de agosto, que aquí en Málaga, y para nuestros políticos, son poco proclives al descanso, porque la Feria, que este año dura del 15 al 24, requiere de la presencia constante de los representantes públicos. Al menos, eso es lo que se ha agendado para estos días en todos los grupos municipales, porque, al fin y al cabo, las fiestas se convierten en un gran escaparate para dejarse ver y ser visto y, si hay días de asueto, se cogen antes o después de esas fechas.

En el grupo municipal Socialista, el portavoz, Daniel Pérez, va a estar disponible todo el mes de agosto. El resto de ediles se han repartido los días de vacaciones para que siempre haya concejales dispuestos a ir a una caseta o acompañar a una asociación de mayores o de verdiales o de lo que sea, lo importante es estar, salir en la foto, y que el ciudadano vea que sus políticos no sólo están en los despachos, sino también en la calle o pisando el albero del Real del Cortijo de Torres. De hecho, en el caso de Pérez, el trabajo es atender a su ajetreado día a día y preparar, algo que ya se conoce, el día de su boda. Da la casualidad de que el líder de la oposición se casa la última jornada del mes, por lo que obligación y devoción conviven en su agenda ahora con notable normalidad.

En el caso del equipo de gobierno, la cosa es más complicada. Teresa Porras, edil de Servicios Operativos, estará omnipresente a lo largo de la Feria, que para eso la organiza ella. Acudirá a numerosos actos y cuidará de que todo salga como debe, como ya hizo en Semana Santa ante el desaguisado del nuevo recorrido oficial. Había quien decía que llamar a Teresa Porras es sinónimo de ir al grano y enfrentar el problema de cara, porque ella, a su vez, llamaba a quien tocase y la cosa se arreglaba. Ahora ocurre lo mismo, aunque, gracias a Dios, no hay cambios grandes en el Real, más allá de que la Feria dura este año más que un día sin pan.

Otro que no va a descansar es el alcalde, Francisco de la Torre, que tiene que estar en el pregón y los fuegos artificiales de la noche del miércoles, 14 de agosto, en la romería del día posterior y allá donde se le reclame. No le hace falta despacho, porque tiene, literalmente, la ciudad en la cabeza, además de una envidiable forma física alimentada con el nado y las caminatas diarias.

El resto de ediles descansan, sobre todo, después de la Feria y antes de que en septiembre la maquinaria municipal empiece otra vez a rodar con toda la eficacia de un engranaje acostumbrado a coger carrerilla una vez que pasa el día de la Victoria, el 8 de septiembre.

Como señala uno de los ediles populares, «aquí nadie o casi nadie se coge vacaciones, porque hay que cumplir con muchas obligaciones, como estar presentes en actos diferentes, en las casetas, en los eventos de las peñas de los diferentes distritos. Los descansos se hacen rotando». Además, el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, vendrá el día 15, como ya anunció el consejero de Presidencia, Elías Bendodo, para inaugurar la nueva Alameda Principal, semipeatonalizada para los malagueños en la que es, sin duda, la obra municipal más importante de los últimos años, tras las grandes peatonalizaciones a las que fue sometida la ciudad en las dos primeras décadas de este siglo.

Esa mañana, todo el mundo estará con Juanma Moreno, rodeándolo, acompañándolo, buscando incluso su atención y, conociendo al alcalde, De la Torre también le sacará diferentes asuntos que tiene en cartera como el de los accesos al PTA, el futuro auditorio (ahora pendiente de un pacto entre administraciones), el soterramiento del eje litoral urbano (para el que De la Torre le pidió dinero hace poco, tanto a él como al Gobierno) o esa vía perimetral que el munícipe quiere trazar en el anillo que rodea a la capital. Moreno va a vivir un «qué hay de lo mío» espectacular mientras se pasea por calle Larios junto a su guardia de corps, esa que ahora copa Sevilla y la Administración autonómica para disgusto de algunos columnistas amantes del Miramar y los espetos que con guasa y retranca ha ridiculizado estos días el enfrentamiento entre las dos principales capitales andaluzas que, quieran o no, están obligadas a entenderse.

En Ciudadanos, la edil de Cultura y Deporte, Noelia Losada, está pluriempleada, no sólo en Feria, sino el resto del año. Tendrá una actividad ingente en Feria y además habrá de ir a los actos de las asociaciones y colectivos de su distrito, el de Teatinos. El 18 de agosto, por la noche, irá a la cena de los mayores de sus barrios en el Rengue, además de acudir a la romería, a los fuegos y al pregón de Adelfa Calvo. Otra de sus obsesiones se centrará en que la cultura no pare en Feria, de forma que intentará dar uso a las salas de la Casa Natal de Picasso y otras, para que los ciudadanos tengan la posibilidad de consumir arte, también entre Cartojal y Cartojal. Va a hacer mucho hincapié, además, en visitas a medios de comunicación, colectivos y casetas para empaparse del espíritu festivo de la ciudad en estos días y tener mucha presencia, además de darle importancia, por ejemplo, a la cabalgata histórica que cada año celebra Zegrí con tanto gusto. Tras la Feria, se irá unos días, pero hasta entonces, por ejemplo, tiene que seguir trabajando en el diseño de la Gala de los Goya del 25 de enero, lo que supone una carga extra de trabajo, además de llevar estos días un ritmo de reuniones frenético por la agenda de Málaga 2020 y la visita de la Selección Española de Baloncesto.

El caso de Adelante Málaga, explica su portavoz, Eduardo Zorrilla, ejemplifica muy bien la situación a la que se enfrentan los políticos malagueños. «Es la semana más intensa del año, estamos mañana, tarde y noche. Y, en mi caso particular, tenemos la caseta Los Claveles Rincón Cubano». La histórica caseta de los comunistas malagueños, en la que, cómo no, trabajan los dirigentes y cargos públicos. Zorrilla va a estar cuatro noches y una tarde en la barra. Antes estaba en la caja, pero, al tener un cargo de tanta proyección pública, lo ideal es servir bebidas y comidas porque así tiene un contacto más directo con los malagueños. Para colmo, su compañero Nico Sguiglia se ha lesionado y poca presencia va a tener estos días. Esta semana la ha pasado él sólo y el próximo miércoles se incorpora Paqui Macías. Las vacaciones, después de la Feria; antes, unos días de descanso para recargar pilas. El día 20, deberá a acompañar a Alberto Garzón y Antonio Valero (nuevo coordinador de IU en la región) en su visita por la Feria del Centro. Su descanso tampoco va a ser muy prolongado tras la Feria, porque una pareja que se casa el 30 de agosto ha pedido expresamente a Zorrilla que oficie la ceremonia. Suelen ser los ediles del equipo de gobierno los que casan, pero hay personas que piden a ediles de la oposición. «Las bodas son de los actos más bonitos para mí. Tengo un guión y lo adapto. Recito el estribillo de la canción de Sabina, «que todas las noches sean noches de boda y todas las lunas sean lunas de miel». Me cuesta más faltar a una boda que a un pleno», sonríe con franqueza.