Hace unos cuatro años, el Ayuntamiento de Málaga comenzó a aplicar el Plan Director del Arbolado, una guía de actuaciones para los próximos 25 años. En este proyecto, entre otros aspectos, se reflejaba la identificación de ejemplares problemáticos y se garantizaba una nueva línea de plantación, a la vez que una biodiversidad verde. Se aseguraba que el clima de la ciudad permitía «sustentar una diversidad de árboles muy alta» y entre estos renglones se establecían especies como los Almencinos, el Pitosporo o la Callistemon como alternativas viables para las calles, y el ficus, los plátanos orientales o los naranjos, como las arbóreas a reducir.

Pero en los últimos años, las diferentes remodelaciones urbanas de la capital han ido abriendo paso a una realidad diferente donde los naranjos se han convertido en el árbol protagonista de las nuevas plantaciones, sobre todo en el centro. Un árbol característico de la estampa andaluza y agradable a la vista siempre y cuando, como asegura Alberto Llanes, portavoz de la Asociación de Vecinos Centro-Sur Soho Barrio de las Artes, «se cuiden con un mantenimiento periódico».

Esta entidad ha denunciado en varias ocasiones el aspecto que presentan los naranjos del barrio, donde hace varios años el Consistorio plantó decenas de ellos en las nuevas zonas peatonales y aceras en las que ahora comienzan a manifestarse el descuido y las enfermedades que sufren.

«En muchas ocasiones estos no terminan de asentarse y al final, son simples palos en mal estado. A ello, se le suma que los vehículos de mercancías han arrollado algunos ejemplares dejando alcorques vacíos. El mantenimiento que debería realizar el Consistorio tendría que ir acompañado de una concienciación ciudadana así como de las terrazas de la zona, que no actúan correctamente», explica Llamas.

La asociación ha contactado muchas veces con las áreas responsables para hacerles saber las condiciones en las que se encuentran y pedir «la reposición de aquellas plantas que están mal, así como el establecimiento de sanciones si se dañan». El director del Área de Parques y Jardines, Javier Gutiérrez del Álamo, asegura que «existe un plan de cuidados para los árboles plantados» y que en esta zona no se han replantado los naranjos, «porque se espera a la época de plantación que le corresponde a la especie».

Compensar el CO2

Los vecinos afirman que este es «uno de los barrios más expuestos a la contaminación ambiental de la ciudad». La presidenta de la asociación, Victoria Moreno, destaca que «no se pueden dar paso a naranjos o palmeras y dejar de lado a frondosos árboles como puedan ser los ficus. No se trata de un aspecto estético, que obviamente no se está consiguiendo plantando palos y que no llegan a ser los frondosos árboles que se prometían en los proyectos, sino que la elección de las plantas debe pasar por una concienciación y conseguir oxigenar el ambiente y compensar el CO2 existente. Y esto, está volviendo a pasar en la propia Alameda Principal».

El nuevo concejal de Urbanismo, Raúl López, asegura que la toma de decisiones respecto a las arboledas «no son aleatorias y que todo está estudiado y realizado bajo el consenso de los técnicos especialistas». Una de las nuevas incorporaciones han sido palmeras y ficus, que «son idóneas para aportar sombra y conseguir una integración normalizada».