A Cristóbal Salazar, más conocido como Cristóbal de Churriana, le suelen pasar estas cosas. Hace un tiempo cuenta que le llamó una vecina porque junto a un contenedor se había encontrado, en el interior de una bolsa transparente, cientos de fotos antiguas de Churriana.

«Y la primera de todas era una foto de boda de mis padres», explica Cristóbal, que se ofreció para escanear todas las fotos y devolvérselas luego a esta vecina, «pero me dijo que me las quedara».

Algunas de estas fotos son las que pueden verse en Churriana pueblo, barriada, distrito, que le ha editado la Casa Gerald Brenan, a beneficio del Centro Ocupacional Serranía de Churriana, donde puede adquirirse por diez euros.

Como explica Cristóbal Salazar, el centro está gestionado por una asociación de padres y ofrece un buen número de talleres a personas con alguna discapacidad. «Ahora mismo están abiertos de 09.00 a 14.00 horas de lunes a sábado, pero si consiguen dinero para poner en marcha la cocina, podrían estar hasta las 17.00 horas», explica el cronista de Churriana.

El volumen, editado por la Casa Gerald Brenan, es su obra número 20 y además de las fotos de su archivo, como en otros libros ha contado con la colaboración de vecinos, que le han prestado sus fotos antiguas y él se ha encargado de escanear.

La portada, por cierto, quiere ser una reivindicación porque muestra el arca principal del acueducto de la Fuente del Rey, que Cristóbal y su mujer, la pintora María José González, pudieron visitar hace un año con la propietaria de los terrenos.

El propio cronista recuerda que gracias a sus gestiones, este acueducto inconcluso del XVIII pudo ser declarado hace dos años Bien de Interés Cultural. Cristóbal Salazar confía en que algún día el arca principal pueda estar abierta al público (en la actualidad está vallada en una parcela privada).

El libro de Cristóbal de Churriana incluye fotos históricas como la desaparecida iglesia de San Antonio Abad, del siglo XVI, demolida en los años 60. Otra fotografía deja constancia de que, durante las obras de la parroquia que la sustituyó, las imágenes fueron repartidas entre vecinos de este antiguo pueblo para que las custodiaran (la talla de San Antón la conservó la abuela materna de Cristóbal).

«Ya tiene vida»

Las fotografías cuentan con extensos pies de foto para localizar sitios, celebraciones y vecinos. «Con que vaya un nombre y un apellido en una foto, ya tiene vida», explica el cronista.

Los lavaderos públicos, vendedores de hierbas medicinales, retratos de bodas, romerías, cortijos desaparecidos, fotos de alumnas que hoy son abuelas... el libro, con prólogo del historiador Vidal González, está siendo un éxito de ventas y ya lo han adquirido churrianeros de muchos puntos de España e incluso ha llegado a Puerto Rico. El libro número 20 de Cristóbal Salazar; por derecho, Cristóbal de Churriana.