Aunque la Junta de Andalucía no los invitó oficialmente, la Asociación de Vecinos de Pedregalejo, tras un siglo de concesión.

No en vano, los vecinos llevan 43 años peleando por estos terrenos y más de una vez han evitado su desaparición. Esta semana, en la sede de la asociación, junto al mercado de Pedregalejo, cerca de 30 vecinos se reunieron con La Opinión para dejar constancia de esos años de reivindicaciones.

Como recuerda Adolfo García, en Pedregalejo el movimiento vecinal nació en 1976, «ante los intentos administrativos de hacer desaparecer el barrio de la playa. Habían quitado las vías del tren y querían que fuera una Ronda Este de cuatro carriles. La administración pretendía que eso era todo dominio público marítimo-terrestre y mandar a los vecinos a otra parte. Eso implicaba que había que salvar el barrio pero también los Baños del Carmen, porque la carretera no iba a dar una curva para evitarlos».

Los cuatro carriles se quedaron en dos y el barrio y el Balneario del Carmen se salvaron pero al año siguiente, los vecinos acudieron al ministro de Obras Públicas, Joaquín Garrigues Walker, para preguntarle por el futuro de los terrenos. «El concesionario nos había dicho que no podíamos tocar aquello porque era un concesión de cien años y fuimos al Gobierno central», explica Juan Antonio Castro, primer presidente de la asociación de vecinos, que en esos inicios incluía Pedregalejo y El Palo.

Antonio Delgado, presidente durante muchos años de la asociación, recuerda que «en 1977, en Málaga nadie sabía nada de los Baños del Carmen y nadie hablaba de ellos, solo la Asociación de Vecinos de Pedregalejo, que ha estado 43 años de lucha y reivindicación».

De ese año, 1977, es otra gestión, el primer escrito de una larga lista, enviado entre otros organismos al Ayuntamiento de Málaga, en el que la asociación denuncia que está «cercado todo el entorno» del balneario, con muros que se adentran «en el mar»y con la obligación de pagar para entrar en la playa, entre otras quejas.

El muro no caería hasta 1982, días después de la visita del entonces ministro de Obras Públicas, Luis Ortiz a las obras de los nuevos espigones de Pedregalejo. El desencadenante fue un cartel colocado por la asociación de vecinos en el exterior del muro que separaba el balneario de los Astilleros Nereo. Lo colgaron el presidente vecinal de entonces, Pedro García Murillo y otro vecino. El cartel rezaba: 'Señor ministro, exigimos el derribo de este muro y el rescate de la concesión del balneario. Playas públicas para todos'. «Estuvimos charlando con él y nos recibió atentamente», recuerda Pedro García Murillo.

A los pocos días, el responsable de Costas, Luis López Peláez, mandó echarlo abajo.

El exconcejal socialista Antonio Ramírez, que asistió a la reunión de esta semana, recuerda que ese mismo año 82 presentó, por iniciativa de la asociación, una moción en la que pedía la reversión de los terrenos «a los ciudadanos».

«Se sabía de antemano que no era posible porque todavía quedaban 40 años de concesión, pero había que quitarle ánimos a la gente que quería hacer allí lo que le diera la gana», destaca.

A este respecto, Adolfo García recuerda con satisfacción una anécdota, una conversación que escuchó en el autobús cuando la concesión había cambiado de manos y se hablaba de construir en los Baños del Carmen un puerto deportivo.

«En ese momento el autobús pasaba por el balneario, uno de ellos preguntó por él y el otro le contestó que la Asociación de Vecinos de Pedregalejo se había plantado y no había forma de convencerlos».

Además de oponerse a cualquier plan urbanístico que no contemplara la apertura al público del balneario y la preservación de los terrenos como zona verde, la asociación escenificó esta postura con paellas, actos festivos y concentraciones a lo largo de los años.

Proyecto y reserva ecológica

Además, en 2014 presentó como parte de la Plataforma en Defensa de los Baños del Carmen una propuesta de reforma del balneario, realizada por la arquitecta y miembro de la asociación Lorena Garzarán. El proyecto, muy respetuoso con el entorno, defiende un paseo marítimo por el exterior de los terrenos y dentro de ellos, pasarelas de madera. Además, aboga por recuperar los edificios taquillas y elementos históricos y levantar algunos de los demolidos.

El proyecto, por petición de los vecinos, fue expuesto en el patio de banderas del Ayuntamiento.

En los últimos años, y con la colaboración del Aula del Mar y la asociación ecologista Almijara, han ampliado la reivindicación y abogan porque los Baños del Carmen sean declarados una reserva ecológica que incluya la playa natural (sin aportes artificiales de arena); los fondos marinos; el roquedal; la zona de plantas en peligro de extinción (Limonium malacitanum) y el parque.

«La asociación de vecinos ha tomado conciencia del gran tesoro submarino que hay aquí. La parte terrestre y la submarina forman un conjunto, es un oasis en el municipio de Málaga que hay que proteger», señala Juan Jesús Martín, responsable del Aula del Mar.

Por su parte Miguel Ángel Barba, fundador de Almijara, advierte que «el gran valor de los Baños del Carmen es a su vez el gran riesgo que puede correr, porque es el único trozo de Málaga que queda sin encementar de toda la costa de Málaga, si exceptuamos Arraijanal y el Peñón del Cuervo».

Gema Delgado, actual presidenta de la asociación de vecinos, aprovecha para resaltar «el esfuerzo y el trabajo de todos» y asegura que, como siempre ha hecho desde 1976, este veterano colectivo seguirá peleando por disfrutar «más pronto que tarde» de unos Baños del Carmen rescatados del olvido.