Los pacientes con alergias a alimentos en Málaga aumentan cada día, hasta el punto que el Hospital Regional tuvo la necesidad de crear la unidad especializada en alergias alimentarias. Cada vez hay más casos diagnosticados, según informa la alergóloga del Servicio de alergología del Hospital Regional de Málaga, Francisca Gómez. Una alergia aparece de un día para otro, las personas que las padecen comían de forma frecuente el alimento hasta que tuvieron su primera reacción. Por ese motivo, es importante reconocer los síntomas y saber el modo de actuar ante una reacción ya que su forma más grave (el choque anafiláctico) pone en riesgo la vida y -no avisa- le puede ocurrir a cualquiera.

A nivel regional los pacientes sensibilizados a alérgenos (alimentos o proteínas de estos que provocan alergias) también han ascendido, en diez años, un 2,6% más de personas las padecen.

La enfermedad alérgica es una alteración del sistema inmunitario que provoca que reaccione ante sustancias inocuas como si no lo fueran, liberando una cascada de anticuerpos (IgE) que son los responsables de los síntomas.

Faltan investigaciones que concreten por qué una persona desarrolla la enfermedad alergia, aunque ciertos estudios sugieren que la contaminación, la presencia de tóxicos en los alimentos incluso el factor genético (este último cada vez tiene más detractores) podría ser la causa.

Síntomas de reacción alérgica

Los síntomas de una alergia alimentaria son variados y pueden afectar a la piel y a uno, o más, órganos del cuerpo (garganta, bronquios, tubo digestivo, sistema circulatorio, cardiaco y neuronal).

Las reacciones son muy diversas y van desde los síntomas respiratorios (mocos, tos, asma), los digestivos (náuseas, vómitos, dolor abdominal), hasta neuronales (mareo, pérdida de conocimiento y sensación de muerte inminente), afirma la alergóloga.

En los casos más graves una reacción alérgica a un alimento puede llegar a producir la muerte. Los síntomas de esta forma grave de reacción suele comenzar con picor (boca, cuerpo, palmas de las manos y pies)e hinchazón en una parte del cuerpo pero en definitiva, «el abanico de síntomas de un paciente es muy variado» explica el alergólogo y tesorero de la Sociedad Andaluza de Alergología e Inmunología Clínica (Alergosur), Antonio Ramírez. Asimismo, una reacción puede ser una urticaria generalizada pero hay veces que la reacción es mayor, progresa y puede requerir asistencia médica inmediata, añade.

Dentro de los múltiples síntomas que se presentan en una alergia, la reacción más grave se da cuando se ven afectados varios órganos distintos (reacción sistémica generalizada), que es rápidamente progresiva y que puede provocar el fallecimiento del paciente -choque anafiláctico- según él alergólogo «las reacciones alérgicas son imprevisibles»

Las investigaciones más recientes han descubierto que hay ciertos factores que aumentan el riesgo de sufrir una reacción de gravedad al ingerir un alimento. Aunque la mayoría de reacciones comienzan entre la media hora o una hora posterior a la ingesta del alérgeno, en ciertos casos ocurren reacciones con mayor posterioridad (reacciones tardías).

En estos casos concretos se ha descubierto que los síntomas no se debieron únicamente al alimento al que el alérgico estaba sensibilizado, intervinieron otros factores cuya relación con la ingesta de un alérgenos está interconectada.

Hay ciertos factores (denominados cofactores) que potencian los síntomas alérgicos. Una persona que padezca una alergia alimentaria específica hacia un alimento puede comerlo sin sufrir ningún síntomas pero, cuando a la ingesta se le une un cofactor, la reacción se agrava, incluso «puede ser fatal», comenta Gómez. Los cofactores más comunes que han sido comprobados son el ejercicio físico y los antiinflamatorios no esteroideos (analgésicos como el Ibuprofeno, la aspirina, protectores de estómago, etc.), explica la alergóloga Gómez. Asimismo, el estrés, el alcohol, la menstruación y el calor (o cualquier situación que incremente la temperatura corporal: exposición solar, la fiebre, agua caliente) aumenta el riesgo de sufrir una reacción, afirma Ramírez aunque Gómez aclara que no hay estudios suficientes para considerar el calor un cofactor. Lo que sí tienen claro los especialistas es que «cada paciente es un mundo».