La unidad de Oftalmología del Hospital Civil, dependiente del Hospital Regional, mantiene cerrada su agenda y no da cita en verano a los pacientes que requieran pasar por el especialista o alguna revisión periódica.

La situación saltó hace unos días cuando un afectado fue a pedir cita,tras pasar por el médico de familia, y le indicaron que tendría que ser en dos meses, cuando la primera cita para visitar al especialista está sujeta a decreto de garantía de no más de 30 días.

El sindicato UGT aseguró que las agendas están cerradas ante la falta de facultativos en verano y no solo afecta a las primeras citas. Las revisiones también se están retrasando y superan los 60 días, el tiempo estipulado por el decreto de garantía. «El que necesite visitar a este especialista lo mejor que puede hacer es pasar por Urgencias pero después se quejarán de que están saturadas», explicaron desde el sindicato. Y es que las Urgencias del Hospital Civil es una de las que más dificultades encara cada verano ante la masificación de las instalaciones y la falta de médicos para cubrir bajas y sustituciones.

La gerencia hospitalaria, por su parte, recordó que la Unidad de Oftalmología atiende cada año más de 50.000 consultas y negó que las agendas del Hospital Civil estuvieran cerradas en dicha especialidad. «De hecho, se esta citando a pacientes para las próximas semanas. Las revisiones se llevan a cabo de forma periódica, siendo la mayoría consultas de seguimiento de patologías que no revisten gravedad», sentenciaron.

Antecedentes

No es la primera vez que la Unidad de Oftalmología dependiente de este centro hospitalario salta a los medios de comunicación por cerrar las agendas. El verano pasado fue la del Centro de Alta Resolución (CARE) José Estrada. El sindicato UGT denunció que el centro tenía material estropeado y la agenda para pedir cita para revisión cerrada desde octubre del año 2017. Una situación que provocaba que algunos pacientes se fueran de consulta sin someterse a algunas pruebas. El caso más llamativo era el de los afectados por un glaucoma que no podían tomarse la tensión ocular y que obligaba a los afectados a acudir a la sanidad privada para conocer estos parámetros que en casos extremos pueden hacer que el afectado pierda el ojo.