Para la mayoría de las personas salir de casa es algo cotidiano, ya sea para comprar el pan a la vuelta de la esquina o para ir a trabajar todos los días. Sin embargo, cerca de 20.000 personas con movilidad reducida no salen nunca de su vivienda en Andalucía, según concluye el informe realizado por la Fundación Mutua de Propietarios en colaboración con Cocemfe. En Andalucía un total de 499.700 ciudadanos sufren esta carencia.

Mientras que el 4% afirma no salir nunca, el 31% comenta que depende de otra persona y el 23% sale cuando quiere, pero con la ayuda de otra persona.

El 40% consideran que su estado les impide salir de casa a voluntad, el 43% que se pasan días sin salir de casa y el 43% que tardan tanto tiempo en hacer desplazamientos que no se plantean salir de casa para realizar actividades de ocio.

Uno de los principales problemas que afecta al 44% de este colectivo es la falta de accesibilidad de la vivienda que hace que pasen días sin salir de casa.

El 68% de los andaluces instalaría un ascensor en su edificio, puesto que no cuentan con esta plataforma, mientras que un 54% lo haría más grande. Por otro lado, el 68% de los encuestados apuesta por puertas automáticas. Otros de los elementos que más demandan las personas son rampas o elevadores automáticos (61%) o barandillas a ambos lados de las escaleras (55%).

El estudio refleja que un 22% de las personas con movilidad reducida ha tenido que cambiar de hogar, puesto que de otra forma no podría pisar la calle. El 28% ha pedido una adaptación del edificio en el que reside, solicitudes de las cuales el 16% fueron atendidas. En líneas generales, 1 de cada 4 personas ha hecho una petición de adaptación y solo la mitad han sido atendidas.

Solo un 12% de los edificios han recibido alguna ayuda para mejorar su accesibilidad. «En ocasiones, el hogar se convierte en una cárcel para las personas con movilidad reducida dada la dificultad para poder entrar o salir, encontrándonos con personas que se encuentran prisioneras en su propia casa por la falta de accesibilidad en su propio edificio», afirma la directora de la Fundación Mutua de Propietarios, Laura López Demarbre. El 33% considera que si su edificio estuviera más adaptado saldría más de casa.

Un 56% de los encuestados tiene problemas de movilidad sin ser usuario de silla de ruedas, puesto que utilizan otras alternativas como muletas, bastón, andador, etc., o simplemente porque tienen una deambulación inestable. De hecho, el 41% utiliza silla de ruedas manual o eléctrica.

«Si la persona propietaria es usuaria de silla de ruedas, la necesidad se detecta de una forma más clara. Si embargo, nos encontramos con personas mayores o personas con discapacidad orgánica que no pueden bajar las escaleras, ante la negativa de las comunidades de vecinos/as que no detectan la necesidad inmediata», explicó el presidente de Cocemfe, Anxo Queiruga.

Uno de los principales apoyos con los que cuentan estas personas son las familias. el 73% consideran que su principal recurso es la ayuda de familiares y amigos/as. Por su parte, un 57% manifiestan que dependen totalmente de la disponibilidad de otra persona para poder salir.

En la actualidad, la tecnología es una gran aliada para las personas que sufren estos problemas. El 50% asegura que esta les ayudan en sus gestiones y un 19% las utilizan para realizar compras por internet. Sin embargo, la mayoría de usuarios no superan los 60 años.

Esta dependencia bien de familiares o de ciertos elementos afecta al estado de ánimo de las personas con cierta movilidad. El estudio revela que un 60% de los encuestados se sienta mal con ellos mismos debido a la falta de autonomía, sobre todo en las personas mayores de 70 años, que son los que, según cuentan, suelen quedarse varios días sin salir de su vivienda.

El presidente de la Cocemfe hace hincapié en que «es imprescindible que las personas con discapacidad seamos autónomas, podamos participar en igualdad».

Estas personas no solo presentan dificultades a la hora de salir y entrar. También para realizar tareas domésticas tienen restricciones. Un 73% afirma que tiene problemas a la hora de hacer estas labores imprescindibles, mientras que el 63% los tiene cuando tiene que mover objetos.

Este estudio tiene como principal reto analizar los hábitos y las necesidades de las personas con movilidad reducida, y sus derivadas psicosociales, con la finalidad de determinar la capacidad para poder moverse libremente en edificios de comunidades de propietarios, poniendo en consideración las diferencias entre los edificios adaptados y aquellos que no lo están.