El proyecto de regeneración de la playa de los Baños del Carmen multiplicará por cinco la superficie de arena que tiene actualmente, lo que acabará con gran parte del roquedal que hay frente al balneario y donde se encuentra un rico ecosistema marino. Para compensar esta pérdida, el proyecto contempla cambiar algunos elementos del proyecto y se instalarán plataformas sumergidas para la colonización de la fauna marina.

El estudio de impacto ambiental de la obra marítima de los Baños del Carmen ha sido enviado para su publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE), de modo que pueda salir a información pública la primera semana de septiembre.

De esta forma se desbloquea esta parte de la regeneración de los Baños del Carmen y que corresponde a la Demarcación de Costas. El elemento principal de la actuación supone el aporte de una gran cantidad de arena para aumentar la superficie útil, que pasará de unos 2.700 metros cuadrados a 12.700 metros cuadrados de playa. Esto será posible mediante la construcción de un sistema de espigones que frene la pérdida de arena y sepultar el roquedal, un elemento típico de este tramo del litoral y con una rica fauna y flora marina.

El proyecto para la regeneración del frente marítimo y de la playa a poniente de los Baños del Carmen (conocido como obra marítima) ha sido sometido a revisión y actualización por parte de Costas, junto a la Universidad de Cádiz, tras la resolución de 23 de marzo de 2017 de la Secretaría de Estado de Medio Ambiente que declaraba la necesidad de someter el proyecto al trámite de Evaluación Ambiental Ordinaria.

Había sido redactado en 2015 y había pasado la Evaluación de Impacto Ambiental Simplificada. El proyecto consistía en la ejecución de dos espigones (uno a poniente de la playa que partiera desde la punta del Morlaco y otro más pequeño a levante, sobre el roquedal que existe junto al muro de ribera del restaurante), además de la creación de una gran playa con aportes de arena.

Una de las novedades ahora, tras el trámite de respuesta de las alegaciones en la Evaluación Ambiental Simplificada, es la eliminación del pequeño espigón de levante sobre el roquedal, que ha sido identificado como zona de especial importancia ecológica, y se descarta la ampliación de la línea de orilla en esta zona.

Los trabajos de revisión han consistido en la realización o actualización de estudios de fondos marinos e identificación de especies protegidas, a los que hay que añadir trabajos de batimetría y topografía, caracterización de sedimentos y prospección geofísica subacuática con fines arqueológicos. «El objetivo ha sido minimizar las afecciones ambientales», subrayó la subdelegada del Gobierno, María Gámez.

Una de las mejoras técnicas del proyecto es el desplazamiento del arranque del espigón de poniente (el que parte desde el Morlaco) para no afectar a tres ejemplares de Patella ferruginea, una especie que está en peligro de extinción. En este espigón, cuyas dimensiones serán más reducidas de las que se diseñaron inicialmente, se crearán también plataformas sumergidas horizontales para su colonización por las especies Cystoseira tamariscifolia y Cymbula nigra, en compensación a la parte del roquedal que quedará afectado por el aporte de arenas para la creación de la playa. En este sentido, los aportes se realizarán con arena de mayor tamaño medio de grano, una medida que persigue «una playa más estable y provocar una menor afección ambiental» durante el vertido en la playa.

«Se da un paso importante que nos permite seguir avanzando en esta iniciativa tan importante para Málaga y que demuestra el compromiso del Gobierno con los Baños del Carmen», apuntó Gámez, que recordó que el Estado recuperó hace justo un mes los terrenos de este recinto después de 99 años de concesión, un trámite que permite actuar también en la parte terrestre del recinto.