Las cifras de VIH y Sida se mantienen en torno a los 3.500 diagnósticos de VIH en España y 600 en Andalucía. La buena noticia es que no suben, la mala es que no se logra descender. Y a eso se suma el aumento de infecciones de transmisión sexual; el tridente sífilis, gonorrea y clamidia reaparece tras años de ausencia entre la población. El doctor Javier de la Torre quiere que la tendencia cambie y apuesta por nuevas líneas de trabajo.

Acaba de ser nombrado coordinador del Plan Andaluz frente al VIH/Sida y otras ITS (infecciones de transmisión sexual), ¿cómo afronta el cargo?

Con cierta sensación de responsabilidad pero con mucha ilusión. Llevo muchos años dedicados a esta enfermedad y desde la residencia me encantaba todo lo relacionada con las infecciones. En el fondo es seguir dedicándome a lo que hago pero desde una perspectiva de implantación de programas, diseño de prevención, manejo de la enfermedad...

¿Cuáles son los principales retos que asume en esta etapa?

Hay tres grandes patas. Lo primero son las estrategias de prevención. El VIH se ha estabilizado, la parte buena es que no hay más casos, pero la mala es que no baja. En España se detectan cada año unos 3.500 casos de VIH y en Andalucía entre 500 y 600 y un tercio son en Málaga. Estamos haciendo cosas pero cuando algo se estabiliza es que tenemos que hacer algo más. Estos números son importantes y hay entre 140.000 y 170.000 personas que viven con VIH en España. La campaña «Póntelo, pónselo» tiene más de 20 años ya. Yo creo que una de las cosas que hay que hacer es volver a insistir en el VIH. Hay una relajación en las conductas con respecto a las relaciones , se le ha perdido el miedo a las ITS y las nuevas apps ha hecho que se trivialice el sexo y haya un mayor número de relaciones sin precaución, además de que se toman drogas para mantener relación. Esto es otro nuevo fenómeno. El diagnóstico precoz es la segunda pata. Desde que se adquiere el VIH hasta que se desarrollan síntomas pueden pasar años. Si no se obtiene un diagnóstico, la enfermedad avanza y será más difícil de tratar. Tenemos que concienciar que cuanto antes, mejor. La tercera pata es todo lo relacionado con investigación y estrategias. Es un tema que quiero poner en órbita.

En 2017 se diagnosticaron 574 casos de VIH y 74 de Sida. ¿Cómo se reduce esta cifra?

Antes el perfil era el de una persona adicta a la droga y eso ha desaparecido, ahora la mayoría de los casos es vía sexual y dos tercios es de hombres que tiene sexo con hombres. Por eso en las estrategias preventivas tenemos que actuar en el entorno de ambiente. Tenemos que hacer llegar más información y test.

Un dato que llama la atención. El 30% de los nuevos casos detectados son menores de 30 años. ¿Qué lectura hacemos de esto?

Están mayoritariamente entre los 24 y 30 años. Esto tiene mucho que ver con las relaciones sociales, la juventud se inicia antes y se ha perdido el miedo. Cuando hablo con alguno me dicen que esto ya no es importante o que se ponen una inyección o se toman tal pastilla y se controla. Esto es lo que ha llevado a este colectivo a que prolifere el VIH.

Hasta 3.000 casos de ITS en la región en 2017. Algunas erradicadas hasta hace unos años como la sífilis o gonococo.

Cuando apareció el VIH generó mucho miedo porque hasta el año 96 no apareció tratamiento para controlar la enfermedad. A partir de ahí, los afectados tienen una vida prácticamente normal, la gente comienza a vivir mejor y se produjo un descenso hasta el año 2000. Sin embargo, las ITS se han disparado por diez, cada día hay un millón de nuevos episodios de trasmisión sexual, el año pasado 376 millones, según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). En España y Andalucía somos igual, se ha multiplicado por diez la sífilis, se ha multiplicado por diez la infección gonocócica. Estas dos infecciones están más asociada a un perfil de sexo de hombre con hombres, mientras que la clamidia es tanto de hombres como de mujeres. La gran diferencia es que tienen un tratamiento curativo frente al VIH y el problema es que vienen hasta siete veces al recaer. Ya estás viendo una de las consecuencias, que se puede hacer resistente al antibiótico.

A lo curable se le ha perdido el respeto y esto plantea un nuevo problema: La resistencia a los fármacos.

Absolutamente real. Hace poco salió una cepa de gonococo en Inglaterra que es resistente a todo y lo que hoy está en Londres llega en avión en un fin de semana aquí. Existe una gran preocupación por parte de a OMS tras el aumento de resistencia por el uso y abuso de antibióticos.

El 47 por ciento de los nuevos diagnósticos son tardíos, ¿miedo o irresponsabilidad?

El VIH se pelea con nuestras defensas y solo entre los próximos 3 u 8 años bajan y ya aparece la fase Sida. No es lo mismo diagnosticar recién adquirida que en esa fase, cuando el sistema de defensas estará más bajo. En España a cuatro de cada diez pacientes se llega tarde y de ahí la importancia de reforzar el diagnóstico precoz.

¿Cómo se va a enfocar la prevención?

El mundo ha cambiado. Si pones un anuncio en televisión tendrá un impacto limitado. A lo mejor las nuevas campañas las tenemos que poner en redes sociales, en las apps, en las plataformas de series como Netflix o HBO. No todo el mundo ve la televisión pero sí pasan por las redes sociales. Y lo de las app de contacto es tremendo, es un entorno que favorece los encuentros sexuales.

¿Por qué sigue sucediendo todo esto en un momento en el que tenemos tanta información?

El tema de la educación es muy complejo y es una línea que trabajamos. No puede ser que se enteren de esto cuando lleguen a Bachillerato o la universidad. Habrá que hacer educación sexual antes porque es importante. Tenemos que seguir trabajando con información y educación.

¿Habría que introducir una asignatura en los planes educativos?

R Ahora mismo ya hay en los planes alguna asignatura transversal voluntaria donde se habla de hábitos de vida, relaciones sexuales, dieta... Todo esto hay que potenciarlo y darle más importancia y pensamos que debe tener cierto grado de obligatoriedad.

Ha mencionado que las drogas son un invitado más en las relaciones sexuales en los últimos años.

Es un fenómeno que se da en grandes capitales europeas y se conoce como chemsex. Lo que se busca es prolongar la relación sexual, sobre todo entre hombres. Usan pastillas que activen tipo anfetamínicos y similares y se combinan con viagras. Se mantienen fiestas de entre 24, 48 y 72 horas. Se pierde el control, no estás pendiente del preservativo ni de con quién estás. Esto es uno de los entornos que hace que proliferen las infecciones y ya hay partes de Andalucía en las que se empieza a practicar.