Una paciente que se tenía que someter a una intervención en el Hospital Clínico para que le quitaran un lunar en la espalda ha recibido la llamada para concretar la fecha ocho años después de su visita con el especialista.

«No sabía ni de lo que me estaban hablando, pensaba que había sucedido algo porque no recordaba que nadie me tuviera que llamar del hospital», explica la paciente, que responde a las iniciales S.G. y que tuvo que hacer memoria para saber que aún estaba pendiente de esa intervención que se realizó finalmente en la sanidad privada al no recibir ninguna llamada por parte del Clínico.

La joven de 31 años recuerda que realizó el protocolo habitual para este tipo de casos. «Acudí primero al médico de cabecera y de ahí me derivaron al especialista», expone. Y es que tenía un lunar en un lado de la espalda que le picaba y sangraba con frecuencia. Su médico de familia la derivó al especialista y ahí le detallaron que lo mejor era intervenir y quitarlo. «Me dijeron que me llamarían por teléfono para saber cuándo tenía cita para que me lo quitaran», recuerda. Al ver que casi un año después de esa primera cita nadie le llamaba decidió no esperar más y acudió a una consulta privada. La intervención tuvo lugar en los días siguientes y supuso un desembolso de más de 200 euros para la afectada. «Lo que yo no me esperaba es que me iban a llamar ocho años después para darme cita en el Clínico», sentencia. Tras verificar sus datos y preguntar si estaba pendiente de una intervención para quitar un lunar, la paciente tuvo que explicar que hace años que había solucionado el asunto por su cuenta. Aun así, le transmitió su asombro al recibir la llamada tantos años después, a lo que aseguró que le respondieron que en estos años las listas de espera «han estado paralizadas».

No es la primera anécdota que esta paciente protagoniza con este servicio en concreto. Dos años antes de acudir al Clínico para ver qué sucedía con ese lunar, ya vivió un episodio similar. En este caso, otro lunar de la espalda y problemas de sangrado cuando se rozaba le llevaron al especialista y los propios compañeros del Hospital Clínico determinaron que había que quitárselo.

La cita se concertó con mayor celeridad y una vez en su casa, tras ser intervenida, su madre pudo comprobar que el lunar que le habían quitado no era el que le causaba problemas. El afectado seguía en su lugar junto a un vendaje y una cicatriz de tres puntos. «Tuve que llamar esa misma tarde para decir que se habían equivocado», resaltó. Una situación que el hospital solventó en esa misma tarde tras citarla a primera hora la mañana siguiente para eliminar el lunar que le había llevado a someterse a esa pequeña cirugía.

El hospital aseguró que se trata de una paciente diagnosticada de una lesión benigna y el centro ha dado prioridad en los últimos años a las intervenciones de lesiones de tipo oncológico, hasta el pasado mes de mayo en el que, gracias al plan de choque para las listas de espera de la Consejería de Salud, el Servicio de Dermatología ha intervenido más de un millar de pacientes con lesiones benignas en el Clínico.