El enfriamiento general de la economía es una amenaza cada vez más real debido a las turbulencias internacionales (guerra comercial EEUU-China, el Brexit, la subida del precio del petróleo, etc.) y a la inestabilidad política e institucional española, con un Gobierno en funciones, unos presupuestos generales prorrogados y una nueva convocatoria de elecciones para el próximo 10 de noviembre. La OCDE ha vuelto a revisar a la baja esta semana sus perspectivas de crecimiento de la economía mundial, en general, y de la europea en particular. Y advierte de que son las tasas de crecimiento anual más débiles desde el estallido de la crisis, allá por 2008.

Málaga, por ahora, está sorteando los efectos más palpables de esta desaceleración, con un crecimiento de la economía provincial previsto para este 2019 del 2,6% (por encima del 2,4% andaluz y del 2,1% nacional), según las últimas previsiones de Analistas Económicos de Andalucía, del Grupo Unicaja. El ritmo económico, sin embargo, está por debajo de las subidas de entre el 3% y el 3,5% que se dieron entre 2015 y 2017, cuando la provincia vivió una intensa reactivación tras los años más duros de la crisis.

El tirón de esos últimos ejercicios ha permitido a Málaga firmar sus mejores cifras de empleo de siempre (casi 650.000 afiliados en la actualidad) pero el paro sigue duplicando los niveles precrisis (ahora hay mismo hay unos 135.000 desempleados) y el panorama invita a pensar que la creación de nuevos puestos de trabajo se irá ralentizando en los próximos meses. Los representantes económicos y sociales de la provincia se muestran cautos con la evolución económica, aunque también afirman que Málaga está ahora mucho mejor posicionada que antes para afrontar este previsible frenazo.

La vicepresidenta ejecutiva de la Confederación de Empresarios de Málaga (CEM), Natalia Sánchez, reconoce que la complicada coyuntura nacional e internacional está generando una «incertidumbre» que perjudica a la economía. «Si a eso añadimos que el consumo también se está ralentizando es lógico que suenen determinadas alertas. Las empresas están incluso reorientando sus estrategias. Sin embargo, creo que Málaga está en una posición más ventajosa. Hemos hecho deberes desde 2008 y ahora hay una mayor diversificación productiva, con segmentos como el agroalimentario, el tecnológico, el logístico o las propias exportaciones que complementan a todo lo que ya había», apunta.

Los empresarios son cautos y recuerdan que hay compañías que todavía no se han recuperado plenamente de la anterior crisis (de hecho, un 40% de las firmas de la provincia sigue a nivel contable en pérdidas), pero insisten en que la provincia «está preparada» para lo que pueda venir.

Lo que sí echan en falta desde la CEM es una mayor apuesta inversora de las administraciones públicas en obras de infraestructura que Málaga tiene pendientes desde hace años. «Sin Presupuestos Generales del Estado todo es más complicado. Hace alta estabilidad política para remontar», dice.

Turismo y construcción

El turismo, con la Costa del Sol como epicentro, sigue siendo la gran industria malagueña y ha venido cumpliendo con creces en estos últimos años, firmando sus mejores niveles de afluencia de turistas y de ocupación. El presidente de la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (Aehcos), Luis Callejón, señala que la parálisis institucional que vive España y los problemas internacionales se están traduciendo ya en una ralentización de las inversiones.

«Hay operaciones de compra de hoteles que se están frenando. La gente no va a dejar nunca de irse de vacaciones, por muchos problemas que den los políticos, pero sí es verdad que la incertidumbre afecta», comenta. El Brexit también se va a dejar notar, sobre todo porque la libra puede devaluarse y eso hará que la Costa del Sol se convierta en un destino mucho más caro para los turistas británicos, uno de los pilares para los hoteles malagueños.

«Lo vamos a pasar mal si eso ocurre, porque se irán a destinos competidores como Turquía o Egipto. Nos podemos encontrar con problemas importantes», vaticina. El responsable de Aehcos, destaca en todo caso, el salto de calidad que ha dado la planta hotelera en estos últimos diez años, con importantes inversiones de reforma que han hecho de Málaga un destino mucho más cotizado. «La diferencia es sustancial, tanto en oferta complementaria como en las condiciones de los hoteles. Se han invertido 300 millones en reformas en estos años», asegura. Callejón critica, por otro lado, carencias en infraestructuras como el tren litoral hasta Marbella.

Los constructores, que son los que más sufrieron la crisis y que ahora vuelven a vivir una época álgida, también están convencidos de que la provincia es más solvente a la hora de afrontar un periodo de enfriamiento económico. El presidente de la Asociación de Constructores y Promotores (ACP), Juan Manuel Rosillo, dice que el tejido productivo está «más diversificado y profesionalizado» que en 2008. «Es cierto que hemos tenido que afrontar una crisis muy profunda y hemos hecho reformas para adaptarnos. Esta experiencia puede ser ahora una de nuestras mayores fortalezas», apunta.

Respecto a su sector, considera que vive un periodo de «estabilización», con proyectos de edificación «mas rigurosos» que en épocas anteriores. En ese sentido, resalta que los bancos son ahora más exhaustivos a la hora de conceder créditos para la construcción de viviendas, lo que hace mucho más «sostenible» la actividad. Ese control es el que ahuyenta también, a su juicio, el riesgo de una nueva burbuja inmobiliaria.

«El sector está ahora realmente dimensionado a lo es la demanda real, por eso tampoco tememos una caída brusca de las ventas. Su tamaño no tiene nada que ver con el de la época del boom», apunta Rosillo, en referencia a los años en que los que se construyeron viviendas en exceso y con precios de venta altísimos, en un mercado distorsionado.

El representante de la ACP lamentó, eso sí, que la planificación urbanística siga estando lastrada por una burocracia excesiva, que entorpece con sus retrasos los proyectos de inversión. «Seguimos teniendo una asignatura pendiente ahí, aunque es cierto que con el nuevo gobierno de la Junta de Andalucía estamos avanzando en temas como la declaración responsable del promotor para la obtención de la licencia de primera ocupación», explica.

Economistas y sindicatos

Desde el Colegio de Economistas de Málaga, su decano, Juan Carlos Robles, asegura que la economía está más diversificada que hace años, lo permite encarar con más garantías un periodo más átono de actividad. «Segmentos que antes no tenían gran presencia, ahora son muy importantes, como el agropecuario o las nuevas tecnologías. La exportación ha crecido mucho con productos como el olivar o los subtropicales. Digamos que si la economía es como una mesa, ahora hay muchas más patas para sostenerla», declara.

Robles coincide en que la coyuntura internacional y la inestabilidad en España está bloqueando inversores, sobre todo de fuera. «El extranjero es muy cauteloso, sobre todo porque conoce menos nuestro mercado. Por eso es tan importante la estabilidad», opina.

El decano de los economistas cree que la coyuntura en Málaga va a ser «más floja en los próximos meses, pero no un desastre» y se muestra convencido de que la provincia soportará mejor que otras este frenazo. Una de las claves, a su juicio, es que el apalancamiento del sector privado (es decir, su endeudamiento) es mucho menor que en épocas anteriores. Así, familias y empresas deben ahora a los bancos en préstamos un 23% más de lo que tienen ahorrado en depósitos (24.296 millones). La ratio es mucho más baja que la de comienzos de la crisis, cuando el sector privado malagueño manejaba en créditos hasta un 135% más de lo ahorrado. El crédito bancario, por otro lado, ya fluye de nuevo, tras años donde estuvo muy restringido.

Por la parte sindical, el secretario general de CCOO en Málaga. Fernando M. Cubillo, es más pesimista en su análisis y presagia que la desaceleración perjudicará sobre todo al trabajador. «El empleo es siempre lo primero que se resiente. Antes pierde la persona que la empresa», señala. En su opinión, el mercado laboral no ha aprovechado estos últimos años de bonanza para fomentar un empleo estable, por lo que el mercado sigue dominado por contratos precarios y, en muchos casos, a tiempo parcial. «No se han hecho los deberes en este tiempo. Tenemos una economía basada en la desigualdad, con salarios bajos que no ha llegado a recuperar todo lo perdido durante la crisis», comenta. Tampoco cree que Málaga haya diversificado suficientemente su tejido productivo.

«El PIB está acaparado por el turismo y luego por algo de construcción. La industria pesa muy poco. De hecho, Málaga es una de las provincias menos industrializadas de España, según los datos del INE», dice.

Cubillo advierte de las consecuencias que puede tener un Brexit duro sobre la economía («vendrán muchas menos inversiones británicas a Málaga, y también menos turistas») y también de los problemas de suministros que pueden generar los aranceles con China. CCOO pide que se proteja a los trabajadores de todas estas consecuencias. El problema, claro, es que España sigue con un Gobierno en funciones y con unas nuevas elecciones a la vista. «Para mí los culpables son los cuatro partidos principales: PSOE, PP, Cs y Podemos. Es increíble que no logren ponerse de acuerdo», lamenta.