En pleno debate sobre la reciente cumbre sobre el cambio climático de las Naciones Unidas, Málaga se postula como el escenario escogido para poner en funcionamiento el primer prototipo de carga rápida por suelo de autobuses eléctricos que favorecerá la reducción de emisiones de CO2 producidas por este tipo de transporte.

Se trata del denominado "Proyecto Paloma" (Prototype for Alternative Operation of Mobility Assets), impulsado por el trabajo conjunto de Endesa, Alstom y Mansel, tres empresas del sector eléctrico que han implantado en Málaga una solución pionera a nivel mundial para la recarga eléctrica de estos vehículos sin necesidad de que abandonen el recorrido.

"El autobús aprovecha las paradas que hace entre vuelta y vuelta de su recorrido, que se denominan 'de regulación', que suelen tomar dos, cinco o siete minutos... aprovecha ese tiempo para hacer una recarga rápida que le dé suficiente autonomía y no tenga que volver a la cochera», explica Javier Leiva, manager de Smart City Málaga Living Lab de Endesa.

Tecnología tranviaria

Este innovador mecanismo de carga rápida por suelo supone una adaptación de la tecnología desarrollada por la firma Alstom y empleada hasta ahora en trenes, tranvías y metros a los vehículos rodados, no ya solo al autobús, sino con la pretensión de que pueda aplicarse a todo tipo de automóviles. «Es una tecnología pensada para poder prestar servicio a otras líneas, a diferentes marcas de autobús... está pensado para que sea un sistema flexible que pueda servir al mayor número de usuarios», agrega Javier Leiva.

Al igual que un tren se recarga cuando se detiene en las estaciones, el autobús lo hace en la última parada del itinerario, donde realiza un estacionamiento algo más prolongado antes de reiniciar la ruta. Durante esa pausa, unas zapatas conectoras ubicadas en los bajos del vehículo descienden y hacen contacto con una placa que se eleva del suelo. Cuando la carga ha finalizado, el patín desciende, el autobús arranca y retoma el recorrido.

Prueba piloto en la línea L

Durante dos meses, la EMT realizará pruebas reales en la línea L, que recorre todo el entorno del Campus de Teatinos de la Universidad de Málaga desde las siete y media de la mañana hasta las nueve y media de la noche.

Para ello, el proyecto Paloma ha puesto a disposición de la Empresa de Transportes Malagueña un autobús 100% eléctrico que operará junto a otros dos vehículos para reforzar su servicio. En cuanto al punto de carga, integrado en la red eléctrica de distribución de Endesa y con una potencia de 200 kilovatios, está ubicado frente a las inmediaciones de la Escuela Politécnica.

«La autonomía del autobús eléctrico que suele ser el limitante principal de estos vehículos ya no va a ser un problema porque esta solución permite maximizar hasta donde haga falta su autonomía», sostiene el manager de Smart City Málaga.

Presupuesto cofinanciado

El proyecto Paloma, desarrollado durante tres años, ha contado con un presupuesto de unos tres millones de euros, cofinanciado con fondos FEDER (Fondo Europeo de Desarrollo Regional) a través del programa Innterconecta del CDTI (Centro para el Desarrollo Tecnológico e Industrial).

Asimismo, la iniciativa cuenta con un sólido apoyo institucional por parte del Ayuntamiento de Málaga, la Universidad, la Empresa Malagueña de Transportes y la Junta de Andalucía. Según Alstom, uno de los factores que han convertido a la ciudad en el laboratorio para este sistema de carga rápida ha sido precisamentela predisposición de las instituciones para llevar a cabo el estudio