El fiscal del juicio por el asesinato de Lucía Garrido, que apareció en 2008 ahogada en su piscina de Alhaurín de la Torre, ha propuesto una pena de 25 años de prisión para el exmarido de la víctima por el delito de asesinato.

El Ministerio Público mantiene que el exmarido deseaba “la muerte de Lucía Garrido” y que al enterarse de que existía un plan de otras personas para ello, dio información sobre las costumbres y rutinas de la víctima y también permitió sacar copia de la llave que usarían los presuntos autores para acceder a la finca sin llamar la atención.

Ha asegurado que también retiró a los dos perros que proporcionaban protección a Lucía y a su hija en la finca, una contribución del exmarido sin la que no se habría "podido cometer el crimen".

Por ello, el fiscal ha decidido finalmente acusar al exmarido de la víctima como responsable de un delito de asesinato.

La Fiscalía ha determinado que el exmarido es responsable en concepto de cooperador necesario y con agravante de parentesco por el delito de asesinato con una pena de 25 años de prisión y, de no ser así, ha solicitado una pena de 10 años de cárcel como “cómplice”.

“Sabía cómo iban a matar a Lucía entre el 28 y el 30 de abril y ayudó a ejecutar el plan”, ha reconocido el fiscal del caso, que ha señalado que Lucía “de una forma o de otra ha declarado en este juicio” a través de los testigos de referencia que han trasladado sus testimonios en los días previos a su muerte.

El fiscal ha mantenido la pena por un delito de asesinato propuesta en un principio para otros dos acusados, un guardia civil como cómplice y el presunto autor material del crimen, de 23 años y medio de prisión para cada uno.