«Sigo teniendo que defender constantemente mi traje. Esta mañana mismo, en el autobús, un señor me ha dicho que la tuna era cosa de hombres. Señor por favor, que hace años que hay tunas femeninas», ironiza Laura Gallego.

«En Malaka hay una mujer que está investigando su propia identidad, sale con amigas, va a exposiciones... Y el marido se cree que tiene un amante. No podemos pensar, como guionistas, que la única opción del conflicto personal de una mujer es un amante», sentencia Isabel Sánchez.

«Cuando alguien te ve bailando break dance, lo primero que hace es poner cara rara. Preguntan que qué hacemos, que es solo para chicos, que nos tendríamos que poner muy fuertes para eso. Estos tipos de barreras existen socialmente hoy en día», relatan a la par Nerea Valdubieco y Luna Linfona.

Estos son algunos de los testimonios que en la mañana de ayer hicieron que la Plaza Montaño se llenase hasta la bandera. Una mañana cálida y soleada acompañó a la novena edición del Live Library que organiza la Asociación Arrabal-AID.

Con la igualdad de género por bandera y como indiscutible protagonista de esta distendida jornada, se desarrolló a lo largo de la mañana esta biblioteca humana.

No es la primera vez que la asociación lleva a cabo este tipo de jornadas, que tienen como objetivo fomentar el diálogo y el entendimiento entre personas. En ediciones anteriores la asociación abordó charlas con agentes involucrados en el ámbito político y social.

Ayer, el foco estuvo sobre 13 mujeres que desarrollan su actividad laboral en sectores aún muy masculinizados hoy en día.

Esta plaza, a rebosar, reunió a un total de 90 alumnos del IES Ben Gabirol y del Programa Integral de Cualificación y Empleo de la Asociación Arrabal-AID. Divididos en 12 grupos, los participantes formaron parte de un diálogo estructurado con las protagonistas de esta edición: Marina Gallardo, jugadora de fútbol; Roberta Albertazzi, programadora y diseñadora de web; Araceli Mesa, técnica en control de plagas; Laura Gallego, componente de la tuna femenina más activa de Málaga; Zaida Cantera, comandante retirada del Ejército de Tierra; Isabel Sánchez, guionista de cine y televisión; María García, bombera en el Consorcio Provincial de Bomberos; Gema Burell, técnica superior en administración de sistemas informáticos; Nerea Valdubieco y Luna Linfona, bailarinas de break-dance; Rocío González y Natalia Núñez, jugadoras de fútbol americano, y Ana María Núñez, transportista.

Las conversaciones fluyeron entre las protagonistas y los participantes, y las anécdotas no cesaron durante toda la jornada.

Araceli defiende que, pese a ser delgada, bajita y mujer, la maña vence a la fuerza.

Laura luce con orgullo su capa llena de escudos de las ciudades en las que ha tocado con su tuna: «Los llevamos con muchísimo más orgullo porque nos ha costado mucho más trabajo conseguir llevarlos».

Isabel confiesa con orgullo que en la serie Malaka hay una forense, una cardióloga y una jueza porque ella, junto con otras compañeras guionistas, añadieron estos papeles femeninos.

Si algo tienen en común estas 13 mujeres es su implicación en la lucha por conseguir la igualdad de género. Han recorrido un largo camino y tienen claro que aún queda mucho por andar.