Marcos Marchionno empezó a interesarse profundamente por la salud del planeta tras un cambio en la vida laboral que le permitió dedicarle más atención. Así, se formó en energías renovables, se sumó a movimientos sociales como Extinction Rebellion, en la lucha contra la emergencia climática. No duda que haya formas de frenar este problema, pero sostiene que «no tenemos tiempo».

Ya no hablamos de cambio climático, ahora es emergencia climática, ¿Qué diferencia hay?

En este verano tuvimos claros ejemplos de lo que viene, todo lo que va a seguir. Este verano, Europa se quemó, todos vimos el derretimiento de Groenlandia, los incendios de Siberia, de Alaska, y sobre todo los del Amazonas. Si a eso le sumamos los huracanes que siempre los hubo, pero ahora llega a haber cuatro al mismo tiempo... Vamos a peor. No estamos en un cambio, estamos en una emergencia y vamos a peor.

¿Y en Málaga?

La dana de hace tres semanas, el tornado de Campillos... siempre ha habido tormentas pero ahora cada vez que llueve hay un desastre. Prácticamente podemos decir que la misma cantidad de agua que cae se sigue manteniendo, esos 500 o 600 litros, ahora caen concentrados. Eso provoca los desastres, ni lo absorbe la tierra ni sirve para la agricultura, ese agua cae y se va. Tenemos que empezar a trabajar en la adaptación y en la mitigación.

La comunidad científica lo viene alertando desde hace décadas. ¿Amnesia climática?

Es también la forma de vida que tenemos . Cuando estás trabajando y llegas a casa a las seis, las siete de la tarde, te duchas, lo que quieres es descansar. Salvo que salga en las noticias y lo veas, uno no toma conciencia. Y si te tocan un tema tan complicado que básicamente es cambiar hasta el modo de vida, la gente lo rehuye. Entre que unos rehuyen, los que gobiernan si no ven un negocio económico pasan de largo... es complicado. Ahora el tema está en la calle,aprovechemos para que se tome conciencia.

¿Málaga es susceptible de sufrir las consecuencias?

Málaga no escapa. Sufrirá más unas cosas y sufrirá menos otras, pero no escapa.La falta de agua, de que nos vamos a transformar en un desierto, hace años que lo venimos hablando.

Ahora vuelven a pedir al Ayuntamiento que se declare la emergencia climática en Málaga, ¿se plantean ir a pleno?

Lo estamos discutiendo. Hay una corriente en Alianza que dice que pasemos de largo, que los partidos con todo lo que se está manifestando en el mundo ya ha pasado tiempo como para que hayan tomado otro camino. Pero existe la posibilidad de que nos volvamos a reunir con los tres grupos y con el equipo de gobierno.

¿Qué supondría para la ciudad esta declaración?

Empezar a trabajar en serio. El OMAU tiene estudios donde está muy claro cuáles son las principales fuentes de emisiones de Málaga. Tendrían que ir disminuyendo, pero van aumentando. Si queremos eliminar las emisiones, un 40 y pico por ciento son dos fuentes: la fábrica de cemento de la Araña y la central de ciclo combinado de Campanillas. Si eliminas esas fuentes, has hecho casi la mitad de trabajo... los sumideros para absorber CO2 en toda la provincia. Hay un montón de alternativas pero hay que aplicarlas.

Para la Alianza ¿qué es lo primordial que se tiene que hacer y dejar de hacerse?

Tenemos un Ayuntamiento que hace cosas encaminadas. Ahora están probando autobuses eléctricos y aplaudimos esas medidas. Si por un lado se hacen alternativas sostenibles, y por otro plantean un megatúnel para agilizar el tráfico por debajo del Paseo de los Curas, hay una contradicción muy grande. Lo más urgente es disminuir las emisiones.

Sobre el balance cero, absorber la misma cantidad de contaminación que se emite, ¿Málaga lo consigue?

No se ha hecho absolutamente nada. Y es fundamental.

¿Y cómo se podrá hacer?

Hay infinidad de cosas. Si pensamos en la cementera, hacemos los estudios y decimos que haría falta, a lo mejor, unas 60 hectáreas de plantación de pino por ejemplo, que absorbiera x cantidad de CO2. Vale, pongámonos a trabajar. Si logramos que las algas, las poseidonias, en la costa vuelvan, eso absorbe también CO2, eso es un sumidero de CO2. Si logramos eso, absorbemos también de ahí. Si combinamos cada una de esas cosas, podemos lograr el balance neto cero.