­Juan Antonio Aguilar ha vivido todas las etapas de la FP desde que comenzó a dar clase en 1983 y ha visto cómo en los últimos cinco años la demanda se ha multiplicado tanto que faltan plazas. Como vocal para Andalucía de la Asociación de Centros de Formación Profesional FPempresa trabaja para lograr que a estos estudios se les dé el valor que tienen. El único objetivo es que los alumnos tengan trabajo, para lo que reclaman a la Administración que escuche a los centros y a las empresas.

¿Cómo ha sido el inicio de curso en FP en Málaga?

Ha empezado a un ritmo muy potente. Cada vez hay más chavales que vienen a FP; tenemos los ciclos llenos. Los alumnos llegan con mucho interés porque saben que la FP es el camino seguro hacia el trabajo. El porcentaje de inserción laboral está entre el 70% en los ciclos de grado medio y superior, y en la FP Dual se supera el 90%. De hecho, la FP está ya en muchas comunidades por encima de la Universidad en matrículas.

¿Dónde hay más demanda?

Es muy grande sobre todo en los ciclos superiores. Los centros están muy colapsados porque no pueden atender toda la demanda que hay tanto de alumnos como de empresas, que piden continuamente titulados de Formación Profesional con un perfil alto, con capacidad de adaptación al trabajo, con idiomas, con capacidad de trabajo en equipo, con actitud.

¿Qué ha cambiado para que la FP esté de moda?

Los alumnos saben que tienen una salida laboral muy a corto plazo. De hecho, tenemos cada vez más estudiantes que vienen de la Universidad. La FP está de moda. Muchos centros de Formación Profesional están funcionando como agencias de colocación. Las empresas, igual que te piden alumnos para prácticas, cuando tienen un contrato, nos llaman directamente y se ahorran el casting. El mercado de trabajo ha cambiado y la FP es la rama del sistema educativo español más europea, más internacional y más adaptada al siglo XXI. Es un entrenamiento dirigido hacia el trabajo. Ya hay universidades como la de Málaga que han dicho que quieren meter ciclos superiores.

¿Ha influido también la crisis económica en este auge?

La crisis ha sido importante porque mucha gente se ha tenido que plantear cómo sobrevivir a ese tsunami. Los chavales se dan cuenta de que cuando vas con 500 currículum y no te llama nadie algo está pasando. Qué pasa, que lo que pone en el currículum no es lo que quiere la empresa. Y lo bueno de la FP es que estamos muy en contacto con las empresas.

¿Se ha reciclado el profesorado de FP para esta nueva etapa?

Sí, tenemos una formación permanente. Hacemos estancias en empresas y abrimos las puertas del aula a los empresarios. Una transmisión de conocimientos constante. En Málaga, tenemos muy buena relación con la Confederación de Empresarios (CEM), que apuesta por la FP porque es consciente de que a las empresas lo que les hace falta es tener una buena plantilla.

¿Hay suficientes docentes?

Como se han vuelto a abrir las oposiciones, hay profesorado y muy bueno. El problema no es tanto de plantilla, sino de planificación. Hay que facilitar que los profesores puedan hacer más estancias en empresas. Además, los centros tienen un problema de espacio. Se han quedado pequeños.

¿Cómo va la FP Dual?

Está funcionando muy bien, aunque no todas las empresas pueden hacer FP Dual porque no es realizar prácticas, sino que el alumno hace parte de la formación en la empresa y para eso ésta tiene que tener recursos, aulas, personal preparado para trabajar en ese campo, disponibilidad horaria... Y los institutos para impartir FP Dual necesitan un horario flexible y autonomía. No le podemos pedir a la empresa que trabaje en horario escolar. Pero el futuro de la FP es que sea dual totalmente porque donde está funcionando bien es así.

¿Qué sectores están pidiendo más titulados en FP?

Por ejemplo, aquí, en el Parque Tecnológico, ese sector se está desarrollando mucho pero no tenemos un instituto de FP en el PTA. Está el IES Campanillas, pero el PTA necesita un centro integrado en el que se impartan todos los estudios de las profesiones que necesitan estas empresas. Hay un tema muy interesante que están haciendo muy bien ya en otros territorios que son los centros integrados, en los que está unificada la formación educativa reglada y la para el empleo.

¿Es una buena salida para los parados de más edad?

Para reciclar a personas con 50 años no puedes darles un cursillito, ni meterlos en una clase con chavales de 18. A lo mejor hay que crear un ciclo específico de adultos y ajustado al perfil de una empresa con la que hay que negociar y venderle a esos profesionales. A un empresario de verdad no le importa la edad sino la capacidad.

¿Cómo es el alumno de FP?

Ya no hay un perfil. Son muy variados. Deben tener sangre, actitud, que es lo que las empresas nos están pidiendo. Queremos alumnos capaces de equivocarse, de afrontar el riesgo, de ser autónomos, de tomar decisiones.

¿Qué reclaman a las administraciones?

Más autonomía para los centros, los centros integrados, y que los institutos no sean una ensaladilla rusa, con ESO, Bachillerato, FP Básica... Queremos centros específicos de FP. También reclamamos que la administración desarrolle un protocolo para la relación con las empresas. Por ejemplo el País Vasco, que es un modelo internacional, tiene una viceconsejería para FP mientras que aquí hay una dirección general. Pedimos más reconocimiento a la FP como ocurre ya en otros sitios. Además, necesitamos una orientación profesional que está pendiente porque los orientadores están colapsados de trabajo.

¿Es necesario cambiar la ley?

Cuando el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, recibió a la asociación nos dijo que iba a sacar una ley nueva y estamos a la espera.

Cada vez hay más centros privados de Formación Profesional.

Sí, han venido a cubrir el hueco que la pública no está cubriendo. Pero la pública llega a muchos alumnos que jamás van a ir a un privado. La pública cubre esa solidaridad educativa. Tampoco hay que plantear un enfrentamiento entre público y privado, cada uno mantenemos y damos nuestra oferta. Lo que tampoco puede ser es que se le dé un ciclo a un privado que no se le da al público. Es necesaria una mejor planificación escuchando a los centros.