La avenida de Jorge Silvela, en Ciudad Jardín, recuerda al hijo del presidente del Gobierno Francisco Silvela y de Amalia Loring, la hija de los dueños de La Concepción.

Si su padre fue varias veces ministro y un par de veces presidente del Consejo de Ministros -como se denominaba entonces- él, Jorge Silvela Loring, también hizo lo suyo en la esfera pública, y en especial en Málaga, pues estuvo detrás de la fundación del Museo Provincial de Bellas Artes y de la preservación del jardín de La Concepción, donde seguramente habría jugado muchas veces de chico, pues como se ha visto pertenecía a sus abuelos maternos.

La memoria de Jorge Silvela, sin embargo, queda truncada en nuestros días por la presencia de unos postes eléctricos, posiblemente de hormigón, que dejan en evidencia la imagen modernizadora de la compañía Endesa.

Se trata, en realidad, de dos cascajos que hace tiempo que pasaron a mejor vida, el primero de ellos en la confluencia de la calle Isabel Chaix y el segundo, a pocos metros este, junto a la calle Hurtado de Amézaga, con la particularidad de que este último se encuentra en mitad de la calzada, así que los conductores deben estar ojo avizor, no vayan a empotrarse con el hito eléctrico en horas bajas.

El autor de estas líneas se acercó ayer al 'lugar del crimen' y habló con un par de vecinos, que le comentaron que Endesa instaló, hace unos seis años, postes nuevos de hormigón, pero se olvidó de enviar al retiro los viejos.

Y así es, desde hace demasiados años convive la nueva generación de postes, sin ninguna fisura y en perfectas condiciones, con los postes carcamales.

Como resultado, los vecinos cuentan con estos peligrosos desechos de tienta, el que da a la calle Isabel Chaix, inclinado además hacia la izquierda, como si quisiera llevarle la contraria a la Torre de Pisa y precipitarse cualquier día de estos sobre la avenida. Pero el que está en peor estado es el segundo. Un examen visual, sin ser experto, evidencia que se está deshaciendo y que las grietas son ya cavidades para neandertales (atención a la posibilidad de hallar en su interior pinturas rupestres).

Pese a que enfrente, al otro lado de la avenida, hay un transformador de Endesa, la persistencia de los postes nuevos con los viejos durante tantos años hace pensar en un cuajo eléctrico y una falta burocrática de reflejos que podría optar al Récord Guinness.

Y eso es lo que no quieren los vecinos, que la compañía aguante la presión hasta batir el récord mundial de pasotismo. Camino lleva pero siempre se puede rectificar. Ánimo.

La caza

En el Cementerio del Palo un nicho está acompañado por la figura de un cazador en miniatura que dispara a una perdiz en miniatura metida en una jaula. Sin duda, el fallecido fue un gran amante de la caza.