El domingo por la noche recibió la llamada de la organización para comunicarle el fallo. ¿Qué sintió?

Me quedé temblando. Me temblaban las piernas. Porque es muy emocionante conseguir un premio como éste, que, aparte de que tiene una historia muy larga, cuenta con un jurado tan lujoso y tan espléndido. Hoy [por ayer], al llegar a la sede de Loewe, las piernas me volvieron a temblar al ver a Víctor García de la Concha, Javier Colina, Luis Antonio de Villena y otros tantos maestros que han sido para mí siempre personas muy admiradas.

¿Qué significa este galardón en el conjunto de su carrera?

Los premios son accidentes que les ocurren a los libros, que son lo verdaderamente importante. Gracias a mecenas como Loewe, que son muy generosos y delicados en el trato, los poetas accedemos a cosas que nos cuestan mucho: la distribución, los medios de comunicación...

Y la ayuda económica.

Sí, que la gente se cree que los poetas vivimos del éter y la ambrosía, pero también comemos todos los días. Una ayuda como ésta permite comprar mi tiempo, que es la gran riqueza de la vida.

Feliz supongo de que dos mujeres hayan copado el podio del Loewe de este año.

Cada vez hay más mujeres pero no se llega a un equilibrio todavía. Estoy en bastantes jurados y veo cada vez más a mujeres premiadas. Pero no es verdad que se esté favoreciendo a las mujeres; si se hacen estadísticas no hay ni siquiera igualdad. ¡Así que que no se alarme nadie! [Risas]

¿En quién piensa ahora con este premio, a quién se lo dedica?

El título, Gavieras, tiene mucho que ver con la figura de Ana Santos Payán, la editora de El Gaviero, de Almería, que llegó a tener un sello de una calidad admirable y que murió muy pronto por un maldito cáncer. Ella fue la que pidió a la RAE que gaviera entrara como femenino en en el Diccionario. Y es que el libro va de gavieras, de mujeres andariegas, navegantas, nómadas, flaneurs, mujeres que se apoderan de la calle, que son dueñas de sus propias ciudades; mujeres que han pisado un poco las normas y lo que se esperaba de ellas. Aunque en el libro hay también una travesía personal, un duelo y poemas sobre la muerte, es mi homenaje y mi reconocimiento.