Las ventas de viviendas siguen cayendo este año en Málaga, lo que parece certificar que el sector ha entrado ya en una fase de cierto enfriamiento después de varios ejercicios de continuo aumento de la actividad, si bien es cierto que factores como la entrada en vigor el pasado mes de junio de la nueva Ley Hipotecaria, la bajada del consumo y la propia inestabilidad política nacional e internacional pueden estar contribuyendo a frenar el mercado. Málaga registró un total de 20.620 operaciones hasta el mes de agosto (un 9,8% menos que en el mismo periodo del año anterior), según los datos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE). La media de transacciones diarias se mueve entorno a las 85, un buen dato, aunque inferior a las más de 90 que se han registrado en otros momentos. Málaga es también la cuarta provincia con mayor número de operaciones tras Madrid (casi 48.822), Barcelona (37.725) y Alicante (25.368).

Las operaciones en la provincia malagueña continúan sostenidas por el mercado de pisos de segunda mano (16.729 viviendas hasta el mes de agosto), que suponen casi el 81% del total de transacciones, según los datos del INE.

Por su parte, las de vivienda nueva (3.891, el 18,8% restante) siguen representando una tasa discreta ya que si bien el sector, desde finales de 2014, ha iniciado la construcción de nuevas promociones de viviendas (sobre todo en la capital y en la Costa del Sol occidental) muchas de ellas están todavía en fase de obras y no han sido aún puestas a la venta en el mercado.

En cualquier caso, las ventas de obra nueva descienden de forma muy ligera en Málaga (en este 2019 lo hacen casi un 1,2%), mientras que son las viviendas usadas las que experimentan el gran retroceso (un 9,9%).

En España, se contabilizaron más de 346.818 ventas de vivienda nueva y usada hasta agosto, un 2,2% menos que en el mismo periodo del año anterior. El mes de agosto, en concreto, registró una bajada del 21,1% respecto al de 2018, la mayor caída desde 2014.

Los portales inmobiliarios constatan una «desaceleración» en el mercado inmobiliario que achacan al impacto de la Ley Hipotecaria, la incertidumbre política y la desaceleración, si bien prevén que 2019 cierre con unos niveles de compraventa similares a los del año pasado pero un 2020 «menos alentador».

El jefe de estudios de Idealista, Fernando Encinar, explicó que la «importante caída» refleja el impacto sobre las operaciones de la entrada en vigor de la Ley Hipotecaria, ya que «paralizó la concesión de financiación desde mediados de junio», por lo que ve «probable» que los datos de los próximos dos meses se sigan viendo afectados por esta medida, aunque la estadística «volverá a la normalidad pasado ese tiempo».

Encinar apuntó como otros factores que están retrasando las decisiones de compra la incertidumbre política, que «ha paralizado muchas operaciones de inversión, tanto de grandes como de pequeños inversores», y los mensajes acerca de una próxima recesión económica, puesto que «generan dudas también en muchos particulares».

En esta línea, la directora de Estudios de Fotocasa, Beatriz Toribio, achacó la caída de la compraventa, con cuatro meses consecutivos negativos, a la nueva Ley Hipotecaria que retrasó las transacciones, así como al efecto estacional propio de los meses de verano y la «normalización» del mercado.

Toribio consideró que el efecto de la nueva norma hipotecaria, unido a la desaceleración del contexto macroeconómico, harán que en los próximos meses se sigan registrando datos negativos en esta estadística en su comparativa interanual, si bien subrayó que «el mercado de la vivienda sigue creciendo, aunque a un ritmo inferior a como lo hacía en los últimos años».

«Aunque el mercado se está desacelerando, todo apunta a que 2019 cerrará en niveles de actividad muy similares a los de 2018 y se confirmará la normalización del mercado», aseguró Toribio, quien cree que la desaceleración tardará más en reflejarse en las estadísticas oficiales, aunque vaticina «un 2020 menos alentador».

Por su parte, el director de Estudios de pisos.com, Ferran Font, también vincula el retroceso en la compraventa de viviendas a factores como la ralentización económica, la parálisis política en España o el Brexit, ya que «están afectando de manera clara al sector, que necesita de estabilidad para afrontar los retos».

«Se cierra un verano complicado después del bache de junio causado por la Ley Hipotecaria y la fuerte caída sufrida el mes de agosto, lo que instala esta estadística en la imprevisibilidad», añadió.