La Organización Mundial de la Salud (OMS) vaticina que para 2030 España será el país más viejo, sin embargo, si no se trabaja con la obesidad infantil y el fomento del estilo de vida saludable esa esperanza de vida recortará años con el tiempo. Mientras tanto, la búsqueda de nuevas fórmulas para abordar las pensiones, el sistema sanitario y la falta de recursos para afrontar esta población o la soledad son algunos de los temas más actuales, que requieren de medidas para gestionar unas necesidades que ya tiene España, indica el presidente de la SEGG, José Augusto García. Aun así, se muestra optimista y asegura que lugares como Andalucía y, en concreto, Málaga, son espacios ideales para envejecer: tiene una dieta sana, se presta por el clima a la práctica de ejercicio y la interacción social es habitual entre la población.

En cuestión de 20, 30 años habrá más gente mayor de 60 años que niños en el mundo y España es -y será- de los países más envejecidos. ¿Estamos preparados para ello?

Yo creo que sí. España es uno de los países más envejecidos del mundo y según qué estadísticas es el segundo, por detrás de Japón. La encuesta de la Organización Mundial de la Salud de 2016 dice que somos los terceros y en el 2030 los primeros seremos nosotros. A europeo tenemos más gente de 65 años que menores de 16 y esto nos obliga a repensar en el envejecimiento. Somos capaces de vivir muchísimos años ahora, es importante saber por ejemplo que una mujer española cuando cumple 65 años, aún le quedan más de 22 años de vida. A un hombre más de 18 y lo bueno de esto es que normalmente es una vida activa, además, también desde el punto de vista mental y social. Siempre pongo el ejemplo de que en diciembre del año pasado un señor con 70 años corrió la maratón de Florida en dos horas 54 minutos o que Mick Jagger cumplió 76 años en julio. Estas personas no son ancianas, son mayores por lo que hay que ir cambiando la idea que tenemos de envejecimiento. Está asociado a que vamos a tener dependencia, enfermedades mentales y esto no es así, la gran mayoría de los ancianos están muy bien y los vemos por la calle. Solo en las fases más avanzadas es cuando tenemos un cúmulo de enfermedades y dependencia y es cuando hay que tratarlos muy bien.

Lanza un mensaje muy positivo pero lo cierto es que hay carencias.

España y Andalucía y sitios como Málaga, en concreto, son sitios ideales para envejecer. El envejecimiento activo saludable se basa en tres pilares: la actividad física, la alimentación y la interacción social y actividad mental. En Málaga se dan los tres. Es fácil hacer actividad física porque el clima acompaña, tiene una dieta mediterránea muy saludable y es una ciudad que invita a esa interacción. ¿Qué nos falta? Yo creo que atender a esas personas en las fases más avanzadas de la vida que acumulan enfermedades y necesitan tratamiento especializado y, en concreto, geriatría. Por ejemplo, en el Servicio Andaluz de Salud (SAS) sería muy importante disponer de un servicio de geriatría dentro de los hospitales ya que no existe. Son capaces de ofrecer una visión especializada e interdisciplinar con terapeutas ocupacionales, fisioterapeutas para las personas mayores complejas para tratarlas en la fase de hospitalización de agudos y rehabilitarlas y hacer un seguimiento con los médicos de Atención Primaria. Eso es una carencia importante de corregir en Andalucía.

La Encuesta Nacional de Salud de 2013 dice que el 73% de los mayores de 65 años tienen al menos una enfermedad crónica.

Las enfermedades crónicas más frecuentes son la artrosis, hipertensión, diabetes y obesidad y le debe hacer el seguimiento el médico de Atención Primaria porque es el que está más cerca y le conoce. Lo que ocurre es que a medida que envejecemos sumamos enfermedades crónicas e incluso tenemos dependencia. Esas personas tan complejas son las que se benefician de la intervención de los servicios especializados de geriatría.El SAS tiene que implementar servicios de geriatría en los hospitales para hacer frente a esa minoría compleja y que es difícil de atender en un hospital.

Con este dato sobre la cronicidad y el debate de retrasar la edad de jubilación, ¿qué cree que deberíamos hacer?

Yo creo que es un tema de calado que hay que debatir y no se pueden buscar soluciones fáciles y cortoplacistas. Somos un país que tiene miedo de no ser capaz de generar suficientes ingresos para pagar las pensiones y mantener la sanidad pública pero si lo miras a nivel individual, vivir tantos años da la oportunidad de reinventarse. Antes teníamos un periodo para la formación, otro para ser productivos y otro para jubilarnos y morir. Ahora no, ahora tras la jubilación tenemos 22 años y podemos cambiar de actividad laboral. Hay que preguntarle a los ancianos por qué muchos propietarios de negocios no se jubilan y siguen hasta los 75 años. Igual que hacen voluntariado pueden hacer trabajo de manera parcial. Hay que abordarlo de manera transparente.

Los hogares unipersonales son otro fenómeno que crece y protagonizan los mayores, ¿aumentan los recursos sociales al mismo ritmo para atender esta nueva realidad?

Siempre necesitamos más inversiones en servicios sanitarios y sociales porque estamos generando mayor cantidad de necesidad y es difícil abordarlo desde los presupuestos públicos que tenemos. Pero más que implementar servicios sociales, que se implementarán porque las políticas públicas no pueden evitar poner recursos para ayudar a esta población, lo que veremos será la transformación de esos servicios y la fórmula de cómo los proveemos. Va a cambiar radicalmente por el uso de las nuevas tecnologías y permitirá tener centro de días más flexibles, servicios de teleasistencia, ayudas robóticas... Todo esto va a revolucionar la manera de proveer servicios. Necesitamos invertir más y verlo de otra manera e incorporar la tecnología para que todo se vea de manera diferente.

Los perfiles tecnológicos son la gran demanda en el ámbito laboral pero ¿y las profesiones ligadas al cuidado y servicio de los mayores?

Es imposible hacer una buena provisión de servicios sociales y sanitarios para personas mayores sin que haya profesionales al lado. Las nuevas tecnologías nos van a ayudar mucho pero no pueden sustituir al cien por cien a los profesionales. En estos momentos, en Europa se estima que hacen falta un millón de profesionales para dedicarlos al cuidado de personas mayores; médicos, enfermeras, geriatras, psicólogos, psicoterapeutas... Tenemos una enorme oportunidad de trabajo, es más, hay regiones de España en las que hay un desabastecimiento importante de médicos especialistas en geriatría u otras profesiones recuperación funcional.

Entre los planes de infraestructura sanitaria para Málaga está convertir el actual Hospital Regional en un hospital para enfermos crónicos, una vez que se construya el tercer hospital. ¿Qué le parece?

Esa solución me parece bien pero no hay que esperar a que se haga un hospital porque sino, no se llegan a cubrir las necesidades de la población. Es necesario empezar a hacer el cambio pero no solo en Málaga capital, habrá que empezar en todos los hospitales. Hay que intentar que nuestros mayores estén en el domicilio porque ellos quieren y hay que intentar que ingresen en el hospital de agudo solo cuando sea necesario por una prueba o tratamiento intravenosos que es imposible en casa. Los hospitales son generadores de muchas complejidades para personas mayores por lo que tienen que estar el menor tiempo posible. Una manera es habilitar buenos dispositivos donde puedan hacer el periodo de recuperación funcional.

La soledad es mayor entre los mayores.

Así dicho, la soledad no es mala. Lo que es malo es la soledad no deseada. En Andalucía hay 228.000 personas que viven solas, la mayoría mujeres. En Málaga, de 100.000 personas mayores de 65 años, unas 60.000 se estima que pueden vivir solas. Eso no es malo si lo eliges. E interaccionando unas horas, no pasa nada, pero el concepto contra el que hay que luchar es el de la soledad no deseada. Que trae enfermedades mentales, más mortalidad y más uso de las Urgencias. La manera de combatirla es institucional y aquí juegan un papel importante los ayuntamiento. El de Málaga implementa políticas culturales, deportivas o de encuentros de personas mayores y todo eso se suma a que tienen que tener una dieta adecuada, hacer actividad física e interactuar.