Las continuas visitas de dirigentes nacionales de los distintos partidos en la antesala del 10-N ha traído hasta tierras malagueñas al portavoz socialista en el Senado, Ander Gil, considerado una de las personas de máxima confianza del presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez. Este burgalés -provincia en la que es candidato socialista al Senado- comparte este martes y el miércoles sensaciones con sus compañeros del PSOE de Málaga.

¿Qué aportan estas visitas en las que va de una ciudad a otra?

Como portavoz del PSOE en el Senado, estoy recorriendo variados lugares de España para explicar por qué tenemos que volver a votar el 10 de noviembre. Y no es porque los electores se hayan equivocado cuando votaron el 28 de abril. Ni porque Pedro Sánchez no quiera llegar a acuerdos como dicen algunos, sino porque el resto de partidos no quiere que él sea el presidente, a pesar de que fue el más votado, y bloquearon la investidura sin ofrecer una alternativa.

¿Qué se juega el PSOE en una provincia como la de Málaga?

En esta provincia, fuimos en abril el partido más votado con diferencia. Casi uno de cada tres votos fue al PSOE, unos 250.000. Conseguimos cuatro escaños en el Congreso y tres en el Senado, y nuestro objetivo es que este resultado se repita y se amplíe en noviembre. Esto es lo que me ha traído a Málaga para tomar contacto con mis compañeros y con los problemas de la provincia.

¿Cómo le explica a la gente que Pedro Sánchez no es el culpable de la repetición electoral con el resto de partidos poniéndole nombre y apellido al 10-N?

A diferencia de lo que ocurre con la opinión publicada, me he encontrado en la calle con que la opinión pública ha visto exactamente lo que ha ocurrido. Todo el mundo sabe que el PSOE ganó el partido en la cancha con la camiseta bien sudada, pero otros han intentado robarnos la victoria en los despachos. El PSOE dobla en escaños al PP y quienes no nos facilitaron la investidura solo ofrecieron la opción del bloqueo.

La pregunta del millón: ¿Para qué sirve el Senado? Hay muchos españoles que cuatro décadas después aún no lo saben.

Quizás sea la cámara más desconocida por los españoles porque todo el foco mediático se va para el Congreso. Pero creo que en los últimos tiempos esa percepción de los ciudadanos ha empezado a cambiar. En el Senado, por ejemplo, se aprueba la senda de estabilidad, que no es otra cosa que la antesala de la aprobación de los presupuestos generales del Estado. Traducido: en el último trámite de presupuestos, la mayoría absoluta que tenía el PP bloqueó con la ayuda de Ciudadanos la posibilidad de que España tuviese una senda de déficit más amplia y se pudieran invertir 6.000 millones más en servicios públicos. En sanidad, educación y en las pensiones.

¿Y la gente lo sabe?

Sí, y la gente también sabe que en el Senado se eligen la mitad de los miembros del Consejo del Poder Judicial. Es importante preservar a nuestra justicia de cualquier injerencia política. Lo digo porque en el Senado el portavoz del PP, el señor Cosidó, presumió a través de un whatsapp de controlar una sala de la justicia. Es necesario que en el Senado haya una mayoría como la que tiene el PSOE que impida que se utilice esta cámara para esos fines. Además, todo el mundo sabe que en el Senado se aprueba el artículo 155 de la Constitución. Hace dos años, con mi partido en la oposición, apoyamos al Gobierno para revertir a la legalidad a los que habían llevado a las instituciones catalanas fuera de la Constitución y el estatuto de autonomía.

¿Qué le ha pasado por la mente al ver escenas como las sucedidas en el aeropuerto del Prat?

Vi una correcta coordinación y una respuesta proporcional de Policía, Guardia Civil y Mossos. Pensé que tenemos un Gobierno que ha sabido actuar con firmeza. Y también vi escenas violentas hacia policías e infraestructuras que no había visto antes. Intentar bloquear un aeropuerto no tiene nada que ver con una movilización pacífica. Son actos de sabotaje.

¿Siente el miedo, como español, de que pase algo más grave?

Tengo la esperanza de que quienes introdujeron a Cataluña en la vía de la ilegalidad reconozcan su fracaso político, que fue una ensoñación que ha tenido un coste muy alto para la sociedad catalana. Que entiendan que es el momento de cumplir la ley y de situar de nuevo el debate en el plano de la política. Y que la única salida posible descansa sobre la política, el autogobierno y la convivencia.

¿Lo condiciona todo el hecho de trabajar para unas elecciones con un ojo en Cataluña?

A nadie nos hubiera gustado que esta situación se produjera. La agenda judicial y la del mundo independentista no la manejamos nosotros. Hay que enfrentarse a ello con contundencia democrática. La sentencia es coherente. Y sobre ello, tenemos que trabajar para reconducir el diálogo entre los catalanes. La fórmula para conseguirlo no es nueva. Se llama estatuto de autonomía y autogobierno.

¿Qué le diría a quienes tildan de electoralista que la exhumación de Franco se haga ahora?

Por desgracia, se han sucedido demasiados procesos electorales y cualquier cosa que hagas puede calificarse de electoralista. Vivimos en permanente campaña. Además, nos habíamos marcado como fecha el 10 de junio para la exhumación de Franco. Y más allá de eso, esto es un gran salto para la democracia. Tener a un dictador en un mausoleo financiado con dinero público es algo que no pueden entender la mayoría de los españoles y en el ámbito internacional produce bochorno.

¿Es verdad que usted es una de las personas en las que más confía Pedro Sánchez?

Bueno, soy el portavoz del grupo parlamentario socialista. El presidente ha depositado en mí esta confianza que yo le agradezco. Tengo una comunicación muy fluida con él como no pueda ser de otra manera. Para mí es un honor servir a mi país y ser un apoyo para el presidente del Gobierno.

Imagine que se encuentra por la calle con el genio de la lámpara, ¿cuántos escaños de los 350 le pediría para el PSOE?

No creo en los genios de la lámpara. Soy socialista, creo en el trabajo y en la capacidad de los hombres y mujeres que hacemos el PSOE para movilizar y superar las dificultades. Es una creencia avalada por 140 años de historia, algo que otro partido no puede decir. Creo que España quiere avanzar y no quiere retroceder. Es verdad que hay muchas opciones en esa lámpara mágica que en democracia se llama urna . Todas merecen mi respeto pero solo hay una que puede traerle a este país un gobierno estable, fuerte y progresista.

Si no cree en el genio, ¿se lo mandamos mejor al PP?

No sé si el PP necesita un genio o limpieza para depurar cuestiones que aún colean y altura de miras para no ser un partido que se abraza a la ultraderecha, sino de centro y moderado y esté al lado del Gobierno en momentos como este.