La Asociación para la Conservación del Medio Marino Aula del Mar, presentó el pasado martes a la Demarcación de Costas cuatro alegaciones al reciente Estudio de Impacto Ambiental que da el visto bueno a una playa artificial en los Baños del Carmen.

Firmadas por uno de los fundadores del Aula del Mar, el biólogo marino Juan Jesús Martín, en primer lugar alega que «no existe demanda ciudadana» para la regeneración artificial de la playa de poniente de los Baños del Carmen. «El único indicador que invita a la actuación sobre la playa es el económico, totalmente subjetivo, ya que no se aporta documentación ni estudio de viabilidad socioeconómica que avale la (alta) puntuación otorgada».

También niega que la playa de cantos rodados sea un entorno degradado, como señala el informe, sino «una playa singular, que genera hábitats que albergan una gran biodiversidad marina».

Para el Aula del Mar, la disminución de la actual playa natural del Balneario se ha realizado para «la ganancia neta en superficie de playa artificial en la costa del municipio de Málaga», y apunta que crear una nueva playa artificial en los Baños del Carmen, conllevaría aportes anuales de arena, «con el consiguiente impacto ambiental y económico».

La actuación, recalca la asociación, no se justifica y sólo aumentará la presión «ya alta, de la playa y sus alrededores», en una zona además con pocos aparcamientos.

La segunda alegación recalca que frente a la homogeneidad de las playas de Málaga, casi todas artificiales, la del Balneario supone un contraste «donde la biodiversidad de fauna y flora marina es mucho más elevada que en las playas anexas», con la zona del roquedal submarino como máximo exponente. A su juicio, la regeneración artificial disminuirá «el valor natural y social» del enclave.

La tercera alegación hace referencia a las especies protegidas, pues como el propio Estudio de Impacto Ambiental reconoce, con la construcción del espigón previsto en el Morlaco, resultaría afectada una especie marina en peligro de extinción, la lapa ferrugínea ('Patella ferruginea'), de la que se han contabilizado seis ejemplares. Los biólogos marinos recuerdan la recomendación nacional de no actuar en zonas en las que se ha detectado esta presencia.

De igual modo, las obras también afectarían a tres especies protegidas más: la 'Cymbula nigra' (otro tipo de lapa), la caracola 'Charonia lampas' y la 'Cystoseira tamariscifolia', esta última una clase de alga declarada vulnerable según la lista roja de Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.

La cuarta alegación, explicó a este diario Juan Jesús Martín, resalta que el Informe de Impacto Ambiental recoge el impacto negativo de la turbidez de la arena sobre la fauna marina.

Para el Aula del Mar, si se descarta el aporte artificial de arena, ya sería innecesario la «construcción de un espigón con escollera de piedra o roca natural a poniente del tramo de playa de actuación con un tramo inicial emergido y otro final sumergido», con lo que se eliminarían «las dos actuaciones más agresivas para el entorno y las especies allí localizadas».

En su lugar, los biólogos marinos proponen la construcción de un arrecife sumergido, paralelo a la costa, que además de no tener impacto visual tendría la doble función de defender de forma natural la costa del embate de los temporales y amortiguar la subida del nivel del mar por el cambio climático, y por otro lado sería un «sustrato para la fijación de vida», con lo que se potenciaría «la elevada biodiversidad del entorno».

A este último respecto, las alegaciones del Aula del Mar completan el informe con alguna especie marina no incluida, pese a que su presencia «puede constatarse en cualquier inmersión».