Los productores agrícolas malagueños ya están sufriendo cancelaciones de pedidos por parte de sus clientes en Estados Unidos debido a la inminente entrada en vigor de los aranceles anunciados por el Gobierno de Donald Trump a productos agroalimentarios españoles (aceite de oliva envasado, aceituna negra y verde, vinos y quesos, entre otros). Así lo confirmaron ayer representantes del sector del aceite y del vino que se reunieron con el vicepresidente primero de la Diputación y diputado de Desarrollo Económico Sostenible, Juan Carlos Maldonado, para estudiar medidas que ayuden a paliar este impacto negativo. Según comentaron, las pequeñas y medianas empresas del sector agro que tienen negocio en el exterior tienen en EEUU, como mínimo, entre un 15% y un 30% de su exportación, cuyo flujo está ahora a expensas de lo que acontezca y la respuesta que pueda dar la Unión Europea a Trump.

«El anuncio de los aranceles nos está suponiendo ya cancelaciones de pedidos, después de todos los esfuerzos que ha hecho el sector para estar en el mercado de EEUU. Lo que estaba ya allí sí se ha comercializado pero todo lo que está a la espera de envío está quedando en standby», explicó el responsable de exportación de Hacienda de Colchado, Francisco Ruiz, en representación del sector. Esta almazara de Cartaojal vende aceite envasado en el país norteamericano, que aglutina hasta el 70% de su negocio exterior.

A partir de este viernes 18 de octubre, y si no hay un cambio de rumbo en el Gobierno de Trump, los clientes estadounidenses tendrán que pagar un 25% de recargo en la Aduana para poder retirar los productos españoles y comercializarlos en este mercado. El problema, claro está, es que ante este panorama pueden terminar marchándose con la competencia. «Para ellos va a ser muy fácil comprar el aceite a los italianos, los tunecinos o los griegos, que no están afectados por los aranceles y que con esta situación están tocando palmas de alegría», apuntaron.

Ruiz reconoció que hay «mucha preocupación» en el sector, sobre todo entre las pymes, ya que las grandes empresas del vino o del aceite se apoyan más en la exportación de aceite a granel, que no está penalizado por los nuevos aranceles.

José Antonio Palomo, de la bodega Cortijo la Fuente de Mollina coincide en el quebranto que está sufriendo ya el sector agro. «Todo el que tiene exportación en Estados Unidos va a ver cómo se le cae, y eso es un gran problema porque es un mercado muy importante. España y Andalucía están de moda allí y venden mucho», afirmó. En su caso, estaban a punto de iniciar la exportación al gigante norteamericano, pero la entrada en vigor ha hecho que desistan.

«Tenemos ya nuestros contactos y todo preparado pero está claro que ahora mismo no podemos ir ¿Para qué? Nos han cortado las alas», apuntó. En Mollina hay varias empresas exportando tintos a EEUU.

Lo peor, según añadieron los productores reunidos en la Diputación, es que cuando se pierde el hueco en un mercado como el de EEUU, «recuperarlo luego es muy difícil». «El daño es incalculable porque habrá que empezar de cero otra vez», advirtieron.

El vicepresidente primero de la Diputación, Juan Carlos Maldonado, señaló que se ha encargado la realización de un estudio, en el que colaborarán la agencia andaluza Extenda y el ICEX, para conocer el número de afectados y el impacto económico de los aranceles de Trump. La Diputación, además, instará al Gobierno y a Bruselas a que aprueben paquetes de ayudas para el sector.

Maldonado detalló además que esta situación debe servir de acicate para buscar mercados alternativos. Asia es el objetivo principal de un plan comercial que incluirá visitas a ferias internacionales y misiones inversas en las que prescriptores de países como China, Corea del Sur, Japón o Singapur puedan venir a conocer el aceite y el vino de Málaga. Por otro lado, la Diputación, a través de la marca Sabor a Málaga, quiere potenciar el consumo en la propia hostelería malagueña, un gran canal de promoción por la gran cantidad de turistas que vienen a la Costa del Sol.

Riesgo en el mercado

El presidente de Asaja Málaga, Baldomero Bellido, reiteró que en el sector hay un gran temor de que los competidores italianos, griegos o portugueses puedan aprovechar esta coyuntura para quedarse con la clientela de EEUU que hasta ahora recurría a proveedores españoles. «El gran riesgo es que nos saquen del mercado», alerta. El aceite y la aceituna es el producto malagueño más amenazado, y en menor medida el vino (pues solo habrá tasa sobre los de menos de 14 grados).

El gigante agroalimentario malagueño Dcoop, presente en diversas provincias y comunidades autónomas, reconoce por su parte que hay mucha «incertidumbre» en el mercado, a la espera también de conocer la «letra pequeña» de los aranceles. Dcoop, que exporta alimentos por 120 millones de euros al año al país norteamericano (casi una cuarta parte de su venta exterior total) no tiene aún constancia, en todo caso, de que se hayan desactivado operaciones.

La provincia de Málaga exportó el pasado año a este país una producción agroalimentaria por un valor total de 111 millones de euros, según los datos de la Agencia Andaluza Extenda. Las ventas a nivel andaluz alcanzaron los 679 millones (el 51% fue aceite de oliva).

La ministra de Industria, Comercio y Turismo en funciones, Reyes Maroto, mostró ayer su confianza en que Estados Unidos «recapacite» y se encuentre una solución a los aranceles desde «el diálogo y el consenso». Al respecto, recalcó que el Gobierno trabaja para que la decisión que adopte el gobierno de Trump sea «negociar, negociar y negociar».

Por su parte, la consejera de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía, Carmen Crespo, reclamó una «diplomacia activa», al tiempo que ha señalado que el Ejecutivo autonómico está «dándole vueltas» a posibilidades como «financiar un aval para las empresas afectadas, al cien por cien, además de la ayuda por parte de Extenda para abrir nuevos mercados».

Los técnicos de Aduanas, representados en Gestha, han estimado que los 700 millones de euros de determinadas exportaciones españolas soportarán un nuevo coste arancelario de casi 120 millones.

De esta manera, España será el sexto país de la UE que más sufrirá, por detrás de Alemania, Francia, Reino Unido, Italia e Irlanda. Los productores más expuestos serán los de Andalucía (Sevilla, Córdoba y Málaga), Cataluña (Lleida), Castilla-La Mancha y Comunitat Valenciana.