«Aquí nadie se ocupa del barrio, esto es el desierto del Sáhara, está abandonado totalmente», cuenta José María Díaz. Este vecino del diseminado de La Fresneda, en el norte de Campanillas muestra fotos de un arroyo de agua de lluvia corriendo por la calzada, y a continuación, fotos de la recogidas de aguas pluviales llenas de tierra», lo que explica la situación.

«Como llueva, toda la suciedad nos va a salir por los cuartos de baño», advierte Ana María Ramírez, que lleva 23 años viviendo en este 'desierto' de La Fresneda.

La cita con los vecinos, la mayoría mujeres, es en un pequeño descampado junto la carretera principal, la de La Fresneda, que lleva décadas convertido en un vertedero descontrolado, pese a que haya contenedores de basura a pocos metros.

«Aquí nos hemos encontrado hasta animales muertos, la otra noche he ido a tirar la basura con mi hijo, que llevaba un palo y había unos perros comiéndose un cerdo», cuenta Ana María. A su lado está Carmela Fernández, presidenta vecinal de Campanillas, que cuenta que los vecinos también se han encontrado cabras muertas, «y están desesperados porque a los animales muertos se los comen las ratas».

El concejal socialista Rubén Viruel, que acompañó a los vecinos, criticó la situación y lamentó que en este rincón de La Fresneda «se ponga un punto limpio».

Loli Arcos, vecina del diseminado, cuenta que lleva diez años acudiendo al Ayuntamiento para tratar de que se solucionen este y otros problemas del barrio, «y no hay manera». Con respecto al vertedero, comenta que los contenedores se recogen a diario, pero todo lo que la gente tira fuera de ellos (muebles, colchones, animales, electrodomésticos, escombros, podas) se retira una vez a la semana, algo que considera insuficiente.

Los vecinos piden más contenedores pero también que el Ayuntamiento erradique este estercolero ilegal. Del descampado, Loli Arcos cuenta que se trata de un terreno que pertenece a los vecinos, cedido a ellos por el propietario que parceló la zona. «Nosotros se lo cedemos al Ayuntamiento, se lo hemos dicho cuarenta veces», recalca.

El deseo es que el Consistorio transforme la zona e instale en ella un parque infantil y un gimnasio para mayores.

En cuestión de equipamientos también llaman la atención sobre la antigua escuela capilla de Casamayor, un edificio abandonado y con alguna zona incendiada. Los vecinos quisieran que pudiera acoger algún día un hogar del jubilado.

Muchas quejas levanta la falta de aceras en la Carretera de la Fresneda, la vía principal, pero también paradas de autobús que en muchas ocasiones, sólo consisten en un poste en la tierra.

También reclaman que la línea 28 de la EMT que cubre la zona pase con más frecuencia, pues en muchas ocasiones hay que esperar dos horas. «Por la mañana, los estudiantes que van a Málaga y tienen que estar a las 8, como el primer autobús es a las 7.30, tienes que estar cogiendo a un familiar y llevarlos al puente de Campanillas. Y si vas al hospital, la gente mayor tiene que estar dos horas esperando el autobús», critica Ana María Ramírez.

Respuesta del Ayuntamiento

La concejala de Campanillas, Ruth Sarabia, respondió a este diario que ya se ha reunido con los vecinos «para tratar de solucionar las cosas más urgentes» y que cuenta con el visto bueno de la Junta, a la que compete el descampado del vertedero, «para que podamos limpiarlo primero, vallarlo después y poner una isla de contenedores».

También informó de que el distrito ha pintado y limpiado tres paradas de autobús del consorcio de transportes. Con respecto a la línea 28, señaló que según un portavoz de la EMT, la línea 28 tiene una frecuencia de paso inferior a la hora. (El horario oficial de la línea 28, en la web de la EMT, registraba el pasado viernes una frecuencia de entre hora y media y dos horas).

Por último, informó de que esta semana Emasa inspeccionará el saneamiento.