Costó 311.000 euros, sufragados en 2011 por el Fondo Estatal para el Empleo y la Sostenibilidad Local, el famoso Plan Zapatero.

La particularidad es que la propuesta de auditorio al aire libre partió de los vecinos de Mangas Verdes, aunque en realidad se levanta al otro lado del arroyo Aceiteros, en terrenos del barrio de Monte Dorado.

«Nosotros no queríamos un auditorio sino un centro social y un parque infantil», apunta José María Lobera, expresidente de la Asociación de Vecinos Colina Aceitero de Monte Dorado. A su lado está Miguel Campos, que también ha sido presidente vecinal y coincide con José María, a la vez que informa de que el auditorio, para algo relacionado con la música se usa muy de vez en cuando, «cuando nos lo piden los de Mangas Verdes para ensayos».

Eso sí, casi desde su inauguración el uso principal ha sido la práctica del botellón en las gradas y en el escenario del que nació principalmente como un auditorio de verdiales.

Ante el desmadre de la situación y tras escuchar a los vecinos, en 2016 el grupo municipal de Ciudadanos sacó adelante una moción para vallar el equipamiento, que se hizo el año siguiente y costó alrededor de 48.000 euros.

Pero como denuncian estos vecinos de Monte Dorado, el cerramiento no se completó y sigue siendo un coladero.

«Hay unos cuartos para que la gente se pueda cambiar de ropa y uno de ellos lo hemos aprovechado para reunirnos la asociación de vecinos, pero el presidente tiene que venir un poco antes para echar lejía», explica José María Lobera, mientras Miguel Campos destaca que en el momento de la visita con La Opinión «no hay muchos meados» en el entorno.

Como resume José María Lobera, «aquí nos hemos encontrado latas, jeringuillas, condones y botellas rotas, que es lo más peligroso, además de los cristales de protección del escenario rotos». Los vecinos, incluso, se han topado una vez con un sofá de tres plazas encima del escenario, para encuentros sexuales.

Los dos expresidentes acompañan a este diario a la parte alta, donde falta un tramo de unos 15 o 20 metros por vallar. «Por aquí es por donde se cuelan», cuenta Miguel Campos, que no tiene dificultad en trepar, bordear el pequeño tramo de valla de la parte alta y mostrar cómo se entra. «Si alguien como yo puede hacer eso...», indica. Por eso, no sólo piden completar el vallado sino también reforzarlo.

«Esto no es un auditorio para eventos, es sólo para el gamberrismo y resulta dinero tirado», considera José María Lobera.

Los vecinos, además del auditorio, también piden que el Ayuntamiento valle y limpie la zona delantera, un paseo plagado de cacas de perro, para limitar los actos incívicos.

Respuesta del Ayuntamiento

El concejal de Ciudad Jardín, Avelino Barrionuevo, explicó el miércoles a este diario que el distrito ya ha pedido hace unos meses a la Gerencia Municipal de Urbanismo el vallado «de toda la parcela, no sólo del equipamiento», a petición de la asociación de vecinos Colina Aceitero de Monte Dorado.

La idea es además «poner en marcha un taller de jardinería y de este modo mejorar la parcela», indicó el concejal.