"Llevamos luchando desde que estábamos jugando ahí como chavales, y ya tengo 40 años", lamentaba Rafael Merino, el portavoz de la junta directiva del Club Deportivo Miraflores-Gibraljaire el pasado año en un reportaje que este diario dedicó a este asunto. Y es que el campo de fútbol del barrio, el del colegio Gibraljaire, es el único de tierra que queda en Málaga. Ha gozado de pocas mejoras desde que abrió el centro en 1972, en un barrio, que es el cuarto más poblado de la capital.

La respuesta de la entonces concejala de Deportes del Ayuntamiento, Elisa Pérez de Siles, es que el Consistorio "no es responsable de cómo están las instalaciones" y señalaban a llos responsables del centro, un humilde colegio concertado, porque "no eran receptivos, ni a la construcción de las instalaciones ni a ampliar la cobertura del centro más allá de las actividades escolares y extraescolares".

Unas acusaciones que negaba la presidenta de la cooperativa que gestiona el centro, María José Ventura: "el colegio está muy a disposición del barrio" y que la construcción del campo "sería estupenda para los niños". La solución pasa por que la la Junta de Equipamientos Educativosceda la propiedad de la parcela deportiva del Colegio Gibraljaire al Ayuntamiento, que acometería la respectiva construcción. Un final que parece que no llega.

"Muestra una situación casi de abandono"

Este sábado, el portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Málaga, Daniel Pérez, exalumno del Colegio Gibraljaire y vecino del barrio, ha pedido al alcalde de la ciudad, Francisco de la Torre, inicie los trámites para hacerse con el campo de fútbol de Gibraljaire y lo renueve.

Pérez se ha reunido con Rafael Merino, portavoz de la junta directiva del club del barrio, para hablar de la situación del club y comprobar el estado en el que se encuentra actualmente el campo de tierra del colegio Gibraljaire.

"El campo está en un estado lamentable y muestra una situación casi de abandono", ha criticado, y ha exigido a De la Torre que "se ponga manos a la obra y no haga caso omiso a los miles de vecinos y niños de esta barriada que necesitan un espacio para entrenar". Según Pérez, "tal y como está el campo es peligroso realizar cualquier tipo de deporte".

La concejala socialista Alicia Murillo ha recordado que en 2017 se aprobó en una moción la financiación en inversión financiera sostenible: "El proyecto está redactado y se necesitan 1,6 millones de euros para realizar esta construcción tan demandada por los vecinos. El único inconveniente es que el campo de fútbol hay que construirlo sobre una finca que actualmente pertenece a la Junta de Equipamientos Educativos, un organismo de los años 60 del gobierno de España".

Murillo ha lamentado que desde el Ayuntamiento se hayan puesto siempre "excusas de que existen problemas para la cesión de la finca en la que se encuentra el campo de fútbol, pero no es así, y parece que lo único que quiere es dilatar la situación y desoír a los vecinos de este distrito malagueño".

Según la edil, "lo único que tiene que hacer el Ayuntamiento es ir al Registro de la Propiedad y solicitar una certificación administrativa, procedimiento por el cual una administración pone a su nombre un inmueble que actualmente está adscrito a otra administración, en esta caso la junta de equipamientos educativos".

"Para mí el colegio Gibraljaire simboliza mi infancia y no voy a parar hasta conseguir un campo de fútbol en condiciones para los vecinos de este barrio, y me gustaría ver en poco tiempo a los niños del barrio jugar y practicar deporte de una manera segura donde pasé tan buenos momentos de niño", ha sentenciado Pérez.