­Francisco Sarabia, decano del Colegio de Arquitectos de Málaga, considera en esta entrevista que es necesario abrir un periodo de reflexión sobre el modelo de ciudad para el próximo medio siglo y, una vez haya consenso sobre ello, actuar. Pide valentía a los políticos para que amparen a los técnicos urbanísticos, cuya reticencias por lo sucedido en grandes casos de corrupción hace que actúen con mucha cautela, ralentizando los trámites y desea que no haya crisis económica, aunque si se da finalmente, no será tan grave como la recesión precedente.

Según los datos del colegio que usted dirige, el número de viviendas visadas ha crecido un 11% en el último trimestre. ¿Hay buenas perspectivas para el sector?

Los datos dicen que sí. Tenemos noticias macroeconómicas que anuncian cierta inestabilidad provocadas casi por conflictos de bloques continentales, América, Europa, Asia y el Brexit no ayuda. Ha sido una noticia satisfactoria.

Hay síntomas de desaceleración y quien predice, incluso, una crisis para 2020. ¿Estamos más preparados que antes para hacer frente a esa crisis?

Cualquier crisis afecta y hace daño. No me corresponde a mí establecer premoniciones en cuanto a la crisis. Confío en que no y, de la misma forma que hay muchos rumores o mensajes respecto a que va a haber crisis, el que lanzamos nosotros es que no y que estamos más preparados, sí. No ha habido tanto crecimiento desaforado y la crisis, si la hay, será más suave.

El precio del alquiler no deja de subir en muchas capitales y lo mismo ocurre con las de renta libre. ¿Qué está sucediendo?

Al margen de lo que se dice vulgarmente, el alquiler turístico, las viviendas vacacionales, esa irrupción de un nuevo producto en el mercado del alquiler, a cortísimo plazo, puede que modifique al alza los precios, pero fundamentalmente una cosa a la que no se echa cuenta desde la ciudadanía es la ausencia de políticas activas en ese sentido. Es muy difícil encontrar VPO, a un precio razonable, y eso tiene que ser a través de políticas públicas. La empresa privada va al mejor postor y al producto que más rentabilidad tiene, ese producto es el de alto standing, o medio alto. Y el producto más normal, para la clase trabajadora, vivienda a precio asequible para ciudadanos de a pie, la empresa privada no las está acometiendo. Y la administración tampoco. Ahí hay que atribuirle la responsabilidad a la administración.

Detecto últimamente cierta fobia al urbanismo vertical en algunos sectores...

La tendencia del urbanismo moderno está volviendo sobre la ciudad compacta. El urbanismo de finales del siglo XX de ciudad extensiva, chalés adosados, se ha demostrado insostenible. La nuevas tendencias se vuelcan sobre la ciudad compacta, es decir, centros históricos, callecitas, edificios de no mucha altura, manzanas cerradas, patio, eso consume menos territorio, facilita la prestación de servicios de las municipalidades. Se está volviendo la mirada ahí. En una situación todavía intermedia, se está pendiente de enjuiciar la edificación en altura, que en sí misma no es ni buena ni mala, pero si ponemos dos ejemplos, todos sabemos que la edificación en altura en Carretera de Cádiz no es buena, porque consume mucho territorio, no deja espacios libres, pero si nos vamos a Playamar, en Torremolinos, que son torres también de 15 plantas, separadas entre sí, con jardines liberando la planta baja, sabemos que eso es una buena solución. Para tema residencial, la edificación en altura tiene que ir ligada a una densidad controlada y a espacios libres, y si nos vamos a otras comparaciones, no tiene nada que ver la Torre del Puerto, con las torres de Martiricos o Torre del Río. Está claro que, en cuanto al uso residencial, tenemos que ver las dotaciones para los residentes en ese suelo y estamos viendo que la tendencia a nivel mundial de las ciudades financieras son edificios en altura con muy poco espacio libre. Y yo creo que es un modelo adecuado, porque ahí se va a trabajar y no se requieren espacios libres. Hay que matizar en cada punto, pero nosotros no podemos posicionarnos en contra de la construcción en altura porque hay casos en los que es interesante. En los modelos de futuro, no podemos darle la espalda.

Hay una promoción de viviendas de lujo en Torre del Río. Se habla incluso de precios del orden de 3,5 millones por un ático.

Hay dos productos completamente diferenciados y que deberíamos tener en cuenta así incluso a nivel regulatorio: la vivienda con valor de uso, en la que habitamos, y la vivienda con valor de cambio, esa vivienda más de segunda residencia, turística, de alto standing, especulativa, de adquirir más valor en el mercado y poder entrar en circulación. En una el mercado debe ser el que mande, el que intervenga en esa fijación de precios, la oferta y la demanda, en cambio en la vivienda con valor de uso debe ser la administración la que la tutele y garantizar que haya suficiente producción como para la demanda que hay. Respecto a que se venda que Málaga pueda absorber vivienda de lujo, eso obedece a que Málaga se está posicionando en el mundo, coge cierto nivel, reconocida como un lugar adecuado y cómodo para vivir, eso debe satisfacernos a todos siempre y cuando los residentes no nos veamos presionados por el alza de los precios por ese tipo de productos. Creo que desde las administraciones debieran regular para que no nos veamos arrinconados respecto a ese nivel de alto lujo que se pretende vender.

¿El Astoria lo dejaría sin ocupar o es partidario de hacer otra cosa?

Yo como profesional intento ser respetuoso con nuestro patrimonio y la mayor parte de los ciudadanos lo pretenden. Pero el patrimonio no acaba en un edificio, en sus fachadas, sus paredes, sus balcones, el patrimonio de los malagueños también está en su espacio urbano, sin rincones, sus plazas. Creo que lo más coherente es ser respetuoso, y ser respetuoso es mantener la plaza como se ideó en su origen, una plaza del siglo XIX configurada ex novo por fachadas que la circundaban e introducir ahora una distorsión importante como sería no construir en ese lateral introduciría una distorsión importante respecto a ese patrimonio que está consolidado. Todos sabemos que la plaza de la Marina es una plaza abierta, seamos respetuosos con nuestras tradiciones, la plaza de la Marina, nuestro parque lineal; pues todos conocemos la plaza de la Merced cerrada y yo sería partidario de completarla, salvo que hubiera un consenso muy amplio y una solución tan aceptada por todos, con un consenso muy amplio, tan llamativa, de calidad, que nos incitara a cambiarla.

¿Necesita Málaga un auditorio? ¿Qué tipo de auditorio?

Hombre, si nos miramos en nuestro entorno, que no es la provincia, sino el entorno social, cultural, hablamos de Andalucía, España, eso denota que sí, Málaga necesita un auditorio. Si hablamos de hace treinta años probablemente no, pero ahora creo que sí. Ciudades de nuestro nivel de población, cultural y desarrollo tienen auditorio y Málaga debe aspirar a un auditorio, más aún cuando Málaga se está posicionando muy bien en todo el segmento cultural, hablamos de museos que es una parte del segmento muy concreta, debemos ser ambiciosos y ampliar. Se está haciendo bien desde el Ayuntamiento y las administraciones, haremos bien en reivindicar un auditorio de cierto nivel que pusiera a Málaga en ese mapa cultural de actuaciones operísticas y conciertos que no tiene.

El plan del Guadalmedina avanza lento. Se habla de puentes plaza, aunque algunos creen que se trataría de un embovedamiento encubierto.

A lo mejor no somos conscientes, esa actuación sería bastante más relevante, causaría más cambio en el uso de la ciudad, en la ciudadanía, en cómo nos aproximamos a la ciudad, que la apertura de calle Larios en sus orígenes. Es una barrera física entre dos partes de la ciudad, una de las cuales se está desarrollando a una velocidad importante, y la otra está parada. Es una forma de ampliar el centro, extender los beneficios que ha supuesto el desarrollo de la almendra hacia ámbitos más periféricos. Y en cuanto a la solución, no creo que haya una solución ideal, la que no es buena es dejarlo como está. Alguna iniciativa debemos tomar. Debemos explorarlo. El equipo de gobierno propuso actuar sobre los márgenes del río, porque el cauce no es de su competencia. Esperamos que haya consenso entre Ayuntamiento y Junta para hacer una actuación integral, de forma que los malagueños pudieran disfrutar de esa conexión, en lugar de que sea una barrera. Y recuperar un ámbito importante de la capital.

¿Saldrá alguna vez adelante la Torre del Puerto? Recuerde ahora que se han pedido las alegaciones al Puerto...

Bueno, todo eso lo único que podemos ver es que no va por un camino de rosas, no va, esa maquinaria no está engrasada. Hay grupos que le empujan y quieren que avance y otros que no lo ven tan claro, y están estableciendo cautelas para que el resultado final sea acorde a los intereses de todos. Es cierto, los profesionales sabemos que esa tramitación no es fácil, es muy lenta. Inicialmente, la chispa que destapó el asunto fue la calificación ambiental estratégica, todos sabemos que después venían más trámites, las alegaciones a la modificación del planeamiento, ha salido una noticia, que el Ayuntamiento ha dado traslado al interesado, la Autoridad Portuaria, para que resuelva las alegaciones, eso no se ha trasladado como debe ser, a quien compete es al Ayuntamiento y este no puede hacer dejación de funciones. Supongo que ya habrá pedido aclaraciones o pronunciamientos al Puerto para que una vez conocida su posición, contestar. La contestación en ningún caso debería ser trasladar o asumir, sin mayor análisis, el pronunciamiento del Puerto respecto a esas alegaciones. Habría que oír a las dos partes y el Ayuntamiento resolver. La respuesta debe ser acorde a los intereses de la ciudad, no sólo del puerto.

¿Es partidario de un bosque urbano en todo el terreno de Repsol o no?

Surge la necesidad de llamarlo bosque, por qué nadie lo llamó parque, porque entonces se reivindicaban zonas libres, verdes, y cuando se veía que había un porcentaje altísimo de zona verde se defendió que no debería haber edificación, porque una cosa es que haya poca edificación y otra cosa es que no haya ninguna. Hay que ganar espacios libres y zonas verdes al territorio construido. Habrá que valorar si más o menos, pero es más cuestionable, nosotros vivimos de la edificación, lo que no podemos es decir que allí no se construya nada, también por un argumento infantil: alguien tendrá que pagar el bosque y el bosque se paga en base a las plusvalías generadas por lo que se edifique. Cuanto más se edifique mejor será el bosque. Tenemos que llegar al punto intermedio, hace poco el alcalde ha dado un giro y ha planteado allí una city, la ciudad necesita terciario, oficina para grandes corporaciones y ha mirado hacia aquella zona, otra vuelta habrá que darle. Lo que creo que reúne consenso es que la gran parte de los terrenos esté libre. Quedarnos en que haya que edificar lo veo más exagerado.

¿No sería mejor ocupar la city al lado del Palacio de Ferias y trasladar el Cortijo de Torres?

Probablemente. Como zona nueva de expansión el Palacio de Ferias podría ser más adecuado. Pero parece que eso está dentro de la tormenta de ideas que todos tenemos. Yo como profesional lo que reclamo es un estudio en profundidad, análisis de las posibilidades, estrategias a futuro, y con pensamiento en 50 o 100 años ver qué es lo más adecuado.

Parece claro que la ciudad necesita más hoteles y oficinas...

Sí, bueno hoteles hemos cogido una cuota alta, es probable que falte algo, sobre todo porque la capital se está especializando en turismo de fuera, y yo creo que es probable que hoteles. Ante esa alternativa al turismo que propugna el Ayuntamiento, que es un uso terciario o más tecnológico vinculado al PTA, o a las nuevas tecnologías, la implantación de grandes corporaciones de ese sector probablemente sí reclamen uso terciario, de oficinas, en Málaga hay relativamente poco, en tamaño mediano y grande, sí en pequeña oficina. En cuanto a la city, es cierto que sí necesitamos oficinas.

Usted se queja de los atascos en cuanto a trámites que hay en las gerencias urbanísticas de diversos municipios. ¿Qué hacer?

Es un diagnóstico que conocemos, se dilatan los procedimientos y son una traba para que la ciudad progrese y avance, y entonces yo pediría a los políticos valentía. El caso Malaya, esas anomalías que surgieron en torno al urbanismo a la carta dirigido desde las instancias políticas no fue bueno, y ante ese pequeño temor el péndulo se ha ido al otro extremo y estamos o se está desde las administraciones siendo excesivamente garantistas. Resultado: dilaciones en los procedimientos y quejas de promotores y técnicos, necesitamos que vengan políticos valientes, sabiendo lo que hay, que respalden a los técnicos, porque ser penalizado o encausado, toman sus cautelas evidentemente, y los políticos deben respaldarlos para garantizar que su integridad no está en juego. Debe haber una batería de medidas, poner fin a estos retrasos en los trámites porque si no corremos el riesgo de que la inversión se vaya a otro entorno más cómodo.