«En Málaga hay muchos museos muy importantes y también muchas exposiciones. A ver si se fijan en las personas con discapacidad intelectural, nos conocen y se dan cuenta de que podemos ser unos trabajadores muy valiosos». Este es el mensaje de Jorge Otalecu, uno de los alumnos del curso de Técnico auxiliar en entornos culturales de la Universidad de Málaga. Una iniciativa que ya va por su tercera edición y en la que han participado treinta jóvenes con discapacidad intelectual.

El objetivo de la Oficina de Atención a la Diversidad del Vicerrectorado de Estudiantes, que coordina este título propio de la UMA, es no sólo aumentar las posibilidades de inserción laboral de este colectivo, sino también potenciar experiencias inclusivas y de normalización en la comunidad universitaria.

La tercera edición de este curso, como las anteriores, se estructura de módulos de formación específica y prácticas a partir del mes de mayo en diferentes museos e instituciones culturales malagueñas, con la participación de profesionales del mundo de la cultural y el arte.

Además, los alumnos asisten a eventos culturales y de ocio junto a sus compañeros universitarios y reciben formación en habilidades emocionales, sociales y laborales, patrimonio cultural, artes plásticas y cultura visual, pintura, escultura, fotografía, teatro, dibujo, cómic y departamentos educativos en los museos.

La experiencia de los jóvenes que ya han realizado el curso no puede ser mejor como explica Jorge Otalecu, que a sus 23 años tiene ya un notable currículum de éxitos deportivos al que ahora suma su paso por la universidad. «Mis padres creían que iba a ser muy difícil para mí porque me cuesta mucho leer, escribir y aprender -Jorge tiene un trastorno del Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH), asociado a una discapacidad intelectual- pero en UMA Convive nos dijeron que sí era posible», cuenta a La Opinión.

Así, tras hacer el curso, admite que ha aprendido «un montón de cosas nuevas» y el arte le gusta más que antes. «Pero, sobre todo me ha gustado conocer a los profesores, a los monitores y a mis compañeros en el curso. Me han ayudado muchísimo».

Convocatoria de la Fundación ONCE

Este programa parte de una convocatoria de la Fundación ONCE para el desarrollo de programas universitarios de formación para el empleo, dirigido a jóvenes con discapacidad intelectual inscritos en el Sistema de Garantía Juvenil. Con esta premisa, la Universidad de Málaga participó en la convocatoria en el curso 2017/2018 con el proyecto ‘Técnico Auxiliar en Entornos Culturales’ y fue seleccionada junto a otras 21 universidades.

Facilitar que los participantes tengan un contacto real con los profesionales y el mundo artístico es clave en este curso. En el caso de Jorge Otalecu, sus prácticas fueron en el Museo del Grabado de Marbella, donde «ayudaba a recibir a los visitantes, les decía dónde estaban las salas y tenía cuidado de que no tocaran los cuadros».

Aunque está aún recuperándose de una grave infección, este joven ya piensa en retomar sus competiciones deportivas y en su futuro laboral y no descarta el mundo del arte. «En los museos puedes conocer a bastantes personas y estás rodeado de arte. Sería una gran noticia si pudiera trabajar en un museo. Si me explican todo despacio y me ayudan un poco, soy capaz de hacerlo muy bien. Soy ordenado, amable, me gusta ayudar y tengo muchas ganas de trabajar, igual que todos mis compañeros», detalla este joven que se define como «muy sociable».

El acceso real al mercado laboral es el siguiente paso que la Universidad de Málaga quiere dar tras la creación de este título. Así lo apunta María Jesús Martínez, vicerrectora adjunta de Atención al Estudiante, que pone el acento en que estos jóvenes «son perfectamente capaces y así lo demuestran durante las prácticas».

Para ampliar las posibilidades, el curso de Técnico auxiliar en entornos culturales tiene una amplia nómina de colaboradores: los museos Thyssen de Madrid, el Carmen Thyssen de Málaga y el de Andorra, el Museo Picasso Málaga, el Museo Nacional del Prado, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, el Centre Pompidou, el Museo d’Art Contemporari de Barcelona, el Museo del Grabado Español Contemporáneo, el Museo de Málaga, el Ateneo de Málaga, la Red Museística de la Diputación de Lugo y la Escuela de Arte de San Telmo de Málaga.

En cuanto a los artistas, destacan nombres como los de Santiago Ydañez, Miki Leal, Miguel Ángel Hernández o Federico Guzmán.

Como novedad, según explica María Jesús Martínez, en esta edición se suman el Museo Lázaro Galdiano de Madrid, galerías como la malagueña Isabel Hurley, artistas como Juan del Junco y los críticos de arte Javier Bermúdez y Antonio Javier López.

La vicerrectora adjunta subraya que la experiencia no sólo es enriquecedora para los alumnos, sino también para los artistas y resto de colaboradores. La artista María Bueno lo explica así en un vídeo sobre el curso: «Una niña pequeña me dijo ‘a mí me gusta pintar lo feo, porque lo feo no es malo’. Yo diría a colación de esa frase que la diversidad no es mala, al contrario, es buenísima. Por ello, como artista, yo me veo en la obligación, en la responsabilidad de aplicarme esa diversidad y de trabajar con ella».