«El cirujano dijo que si el niño deja de tomar la leche, se muere», recuerda Sara Aoussar, voluntaria en el Hospital Materno de Málaga como traductora de árabe.

El niño en cuestión es Mustafá, que hoy tiene un año y, literalmente, media vida -en concreto unos seis meses- se los ha pasado en el Materno Infantil, una parte de ella en la UCI.

Los padres de Mustafá son de Nador y cuando fueron conscientes de los problemas de salud de su hijo recién nacido, decidieron pasar a Melilla y al ser atendido su pequeño en el hospital, los médicos decidieron trasladarlo al Materno Infantil de Málaga.

«La sanidad de Marruecos está por los suelos y si no tienes dinero no haces nada», describe Sara Aoussar. Después de un tiempo en la UCI para que cogiera peso, el pequeño fue operado de un soplo en el corazón con éxito, pero le detectaron una seria intolerancia a la leche de vaca, debido a una alergia.

«Es muy caro»

Por este motivo, Mustafá tiene que tomar, como único alimento hasta la fecha, un compuesto de leche y proteínas. «Es muy caro, casi 300 euros cada caja con 32 botellines de 200 mililitros», cuenta la voluntaria del Materno, que recuerda que los padres del niño, de origen muy modesto, viven de vender en el mercado los productos que sacan de la pequeña huerta de su casa, en Nador.

Tras la operación de corazón y visto los problemas con la alergia, los médicos del Materno quedaron en revisar a Mustafá a los seis meses, «para ver si siguen con la dieta o se la cambian», cuenta Sara Aoussar.

Sin embargo, a la cita, prevista para el pasado 24 de septiembre, ni el pequeño ni sus padres pudieron acudir por problemas con el visado para poder entrar en España.

Ante esta situación, Sara, que también es voluntaria en la Asociación de Vecinos de Lagunillas, ha contado con la ayuda de este colectivo, que se está movilizando para que Mustafá pueda acudir a la revisión que, posiblemente, le permitirá dejar de tomar ese alimento tan caro, y que los vecinos de Lagunillas le envían siempre que pueden, gracias a la solidaridad de varias personas y a la asociación Agujas Solidarias de Granada.

«Le intenta bajar la dosis»

«Cada caja que le mandamos a Nador le dura una semana porque la madre le intenta bajar la dosis, pero el niño tiene ya un año y cada día tiene más hambre», lamenta la traductora.

A su lado está Curro López, presidente de la Asociación de Vecinos de Lagunillas, que comenta que ha intentado, sin éxito, ponerse en contacto con el Consulado de España en Nador, y a través de Sara, también han intentado la colaboración de Melilla Acoge y de Médicos del Mundo.

«La leche es lo único que toma el niño, por eso es necesario hacer presión también al Gobierno español por caridad», destaca Curro López, que señala que lo único que hace falta «es que le hagan la revisión en Málaga para, a partir de ahí, que le pongan la dieta que le tengan que poner y que pueda hacer una vida normal en su país», destaca el presidente vecinal, que no pierde la esperanza.