Es una actuación de adecentamiento tal vez pequeña, pero su significación es importante para el enclave de los Baños del Carmen, cuyo alto muro ha cerrado el espacio a los malagueños durante décadas. Así, el Gobierno inició este lunes el derribo del muro que separa este peculiar y querido enclave, tanto el que da a la calle Bolivia como el de la zona este, unas obras que se inaugurarán antes de Navidad y que suponen abrir la zona a los ciudadanos provisionalmente hasta la ejecución del parque marítimo terrestre (cuya redacción está contratando ahora Urbanismo) y la ampliación de la playa de Poniente, de la que se están resolviendo estos días las alegaciones.

La subdelegada del Gobierno central en Málaga, María Gámez, y el jefe de la Demarcación de Costas Andalucía Oriental, Ángel González, visitaron ayer las obras, justo en el primer día de los trabajos en los que ya se pudo comprobar un avance importante en el derribo del muro que ha separado los Baños del Carmen del trasiego de la ciudad durante muchos años.

El Estado recuperó el pasado 30 de julio la titularidad de los 33.000 metros cuadrados que integran el recinto, excepto el edificio del balneario, tras una concesión de 99 años. Y las obras de Costas, ejecutadas por Tragsa y con un coste aproximado de 50.000 euros, se suman a las que ya están realizando los privados para eliminar construcciones y edificaciones que hay en la zona.

«La reversión a lo público parece que ocurre desde hoy, en el momento en que ya abrimos físicamente el espacio para que cualquier vecino o malagueño que pasee por la calle Bolivia pueda ver el mar, que no se veía, y pueda pisar la playa, que tampoco lo podía hacer de manera directa. Es un espacio que se había privatizado y ha vuelto a lo público, pero ahora físicamente va a estar abierto, ganamos mucho con tirar un muro. El derribo de este muro simbólico viene acompañado de una transformación, del arreglo, del adecentamiento del espacio, que contaba con instalaciones muy antiguas, pistas de tenis, restos de obras, casetas... Todo eso lo está haciendo la concesionaria, que tenía la obligación legal, a requerimiento de Costas, de devolverlo a su estado original», dijo Gámez.

La subdelegada destacó que, además de tirar el muro, se va a construir uno de seguridad de un metro de altura, para que nadie «pueda caer», además de edificar un par de accesos, uno en la calle Bolivia y otro en el callejón del Perejil, en la parte este del enclave. Consistirán ambos accesos en escaleras de cuatro metros de ancho y una rampa para personas con movilidad reducida, además de impedir la entrada de vehículos. Antes de Navidad, estará ejecutado todo el proyecto, que es provisional, y que se integrará en el futuro parque marítimo terrestre, cuya redacción está ahora en contratación en Urbanismo, y que consensuarán Costas y el Consistorio con la base de las líneas maestras de 2010. «Queremos seguir llevándolo a cabo», dijo Gámez, quien explicó que habrá que acordar cómo queda ese proyecto. «Mientras, el disfrute hay que dárselo antes a la ciudadanía».

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Derribo del camping de los Baños del Carmen

Por otro lado, hay un proyecto para ampliar la playa de Poniente de los Baños del Carmen, de forma que se estudian ahora las alegaciones, porque la regeneración de la playa habrá que hacerla con «el cuidado medioambiental que requiere».

González, por su parte, destacó que están esperando a la solución definitiva, que vendrá de la mano del Ayuntamiento con el proyecto modificado de parque marítimo terrestre, y aclaró que las construcciones que había junto a las pistas de tenis también irán fuera, de forma que «viniendo desde el balneario a Pedregalejo queda todo abierto».

El parque marítimo terrestre, que será la solución definitiva, llevará consigo una ampliación del acerado, nuevos accesos a la playa de Levante, un paseo interior blando que discurriría tras el edificio y hasta Pedregalejo y la eliminación de los eucaliptos enfermos de la acera, salvando el bosque. Las obras en la playa de Poniente supondrán colocar un espigón junto al tranvía y otro al lado del balneario, además de un aporte de arena de 800.000 metros cúbicos. Todo ello podría afectar al roquedal.

Además, la propiedad quiere invertir 800.000 euros en restaurar el edificio y las terrazas anexas.