No es un secreto que el alcalde, Francisco de la Torre, quiere más hoteles en la capital malagueña, sobre todo de cinco estrellas. El regidor aprovechó la Feria Internacional IMEX, que se ha celebrado esta semana en el Palacio de Ferias de la capital, para volver a repetir su mensaje. El presidente andaluz, Juan Manuel Moreno, por su parte, dijo que deberían duplicarse los proyectos actuales que hay en marcha, es decir pasar de siete a catorce. Ambos basan sus peticiones en la creciente demanda debido a la primavera turística que vive la capital desde los primeros años de la pasada década. Los hoteleros están de acuerdo en que hacen falta más camas en la ciudad, pero alertan sobre el riesgo de crecer demasiado, de la «sobreoferta» de camas en la metrópoli.

Málaga arroja desde hace unos años número muy positivos en cuanto al sector turístico. Así, el impacto económico de la actividad ascendió a 3.289,2 millones de euros en el periodo transcurrido entre noviembre de 2017 y octubre de 2018, un 15,72% más que en el ejercicio anterior, según el Observatorio Turístico de Málaga. Asimismo, la urbe acogió a más de 4,42 millones de visitantes en el periodo mencionado, un 12% más, de los que 2,97 millones pernoctaron en alojamientos de la ciudad y 1,45 millones fueron excursionistas que visitaron la capital una sola jornada. El volumen de turistas hoteleros creció un 5,92% y las pernoctaciones, un 5,55%.

La oferta de alojamientos turísticos está conformada por 348 establecimientos (cifra de octubre del año pasado), entre hoteles, pensiones, hostales, apartamentos y campamentos turísticos, que integran 16.962 plazas. La categoría hotelera que más plazas presenta, 4.929, son los hoteles de cuatro estrellas. Si se contabilizan las viviendas turísticas, el número de plazas de la ciudad crece hasta las 38.405, 6.725 más que en octubre de 2017. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), la capital contaba ayer con 11.807 plazas de alojamiento.

La Junta y el alcalde creen que hay que crecer para atender la demanda existente de camas hoteleras, con picos claros durante la época navideña (desde el puente de la Inmaculada a Reyes), el Festival de Cine, la Semana Santa especialmente antes y durante la Feria de Málaga. Los hoteleros, de hecho, ya han considerado alguna vez que es necesaria la existencia de al menos un gran evento mensual en la ciudad. El presidente del Ejecutivo andaluz y el regidor malagueño ya aludieron en sus intervenciones a los problemas para encontrar camas disponibles cuando hay dos o tres congresos y jornadas coincidentes. Incluso, el Ayuntamiento tiene en proyecto levantar oficinas y un gran hotel junto al Palacio de Ferias. Parte de la demanda congresual acaba en Torremolinos y otros hoteles de la Costa cuando la ciudad está saturada.

Pese a todo, el sector es prudente y pide prudencia al resto. El vicepresidente para Málaga y Rincón de la Victoria de la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (Aehcos), Manuel Camacho, es claro al respecto: «Yo estoy de acuerdo en que la capital va necesitando más camas, pero uno de los grandes éxitos de la ciudad es su alto grado de ocupación manejando, a la vez, buenos precios, y eso es porque no ha habido nunca sobreoferta. Recuerdo los años 2009, 2010 ó 2008, después de que se construyera mucho en el periodo que va de 2005 a 2008, en el que hasta un cuatro estrellas en Málaga tenía una escasa demanda debido al altísimo número de camas». «Había una tarta muy grande para meterle bocados», describe muy gráficamente.

Cuidado con la sobreoferta

Lo que Camacho quiere decir es que hay que tener cuidado con la sobreoferta, si no puede ocurrir una situación parecida a la de Sevilla tras la Exposición Universal de 1992 o de Zaragoza tras su propia Expo, «con una sobreoferta de camas, problemas de camas, de precio y de nivel de calidad. Cuando hay sobreoferta, bajan los precios y baja la calidad, se genera un perjuicio difícilmente mejorable». El gran éxito de la ciudad, dice, es que «la oferta y la demanda han crecido de forma paralela tras la crisis económicas. De los 365 días al año, y somos negocios abiertos 24 horas, ¿cuántas veces no hay camas disponibles? Si se reserva con tiempo, si se sabe con antelación la fecha del congreso, no hay problemas». Es decir, hay picos puntuales de demanda, pero no es lo común.

Recuerda Camacho que entrarán en funcionamiento hasta siete proyectos hoteleros este año y el que viene: «Soho abre cuatro hoteles en dos años, tenemos el Palacio de Solecio, otro en calle Larios, el de Hoyo de Esparteros y también hay apartamentos turísticos que vienen a reforzar la oferta de la ciudad. Vamos a esperar. Son siete hoteles y es raro que un hotel tenga menos de setenta u ochenta camas. Va a haber mil camas más, vamos a ver cómo funcionamos y ver si somos capaces de absorber esa demanda. Necesitamos camas, pero de una forma pausada, reposada, para no caer en la sobreoferta. Los negocios han de ser rentables y lo peor es que haya una sobreoferta de camas y la demanda no la pudiera absorber», recalca Camacho, para advertir también de los riesgos que entraña el ciclo económico en el que estamos entrando caracterizado por un frenazo en el crecimiento.