Lo vivido en el pasado y todo lo que observa en el presente se abrazan en las reflexiones siempre apasionadas del histórico dirigente de Izquierda Unida Antonio Romero. Su voz suena con entusiasmo al otro lado del teléfono desde una calle de su pueblo, Humilladero, en el preciso instante en el que anda inmerso en una gestión relacionado con su afición a los galgos. Aunque el parkinson le obligó a pasar a una segunda línea hace ya más de una década, su capacidad de lucha continúa intacta, abonada al sentido del humor y a la ilusión de proyectos como la reedición ampliada de uno de sus libros, 'Costa nostra. Las mafias en la Costa del Sol'.

Precisamente, hoy lo presenta junto al otro autor de la obra y compañero de Izquierda Unida, Miguel Díaz, en el Ateneo de Málaga. La velada será en la céntrica calle Compañía de la capital malagueña a las 19.30 horas, y en ella Romero también compartirá tarima con el portavoz de Adelante en el Ayuntamiento de Málaga, Eduardo Zorrilla, y otro antiguo dirigente comunista, Manuel Sánchez Vicioso.

Este acto será, de nuevo, una ocasión para comprobar los conocimientos de Antonio Romero sobre el crimen organizado. Una materia en la que parte de la expresión 'Costa nostra', que alimenta el título de este libro escrito hace una década en alusión a las palabras que empleaban los mafiosos italianos para referirse a la costa malagueña, cuando se instalaron en ella a raíz de un pacto con Franco en el que se comprometieron a no recurrir a los ajustes de cuentas ni a los delitos de sangre en las calles tostadas al sol de este refugio. Y, a partir de ahí, el exdiputado nacional y exparlamentario andaluz de IU que aspiró con gran respuesta a la alcaldía de Málaga es capaz de atravesar casi dos siglos de historia para explicar la proliferación de las mafias que se produjo en todo el mundo.

¿Cómo le va la vida?

Aquí estoy con esta enfermedad, el parkinson, que es degenerativa y progresa adecuadamente, como se diría en términos educativos. Esto hace que viva con dificultades y con la angustia lógica por su avance, pero escribo mucho y, además, mi cabeza sigue muy bien. El parkinson no es como el alzheimer.

Sigue escribiendo y presentando libros como el que le trae al Ateneo, ¿de qué vigencia sigue gozando esa obra sobre las mafias en la Costa del Sol?

Por desgracia, cada día que pasa tiene más vigencia. El mismo día en el que lo presentamos en Marbella, hace dos o tres semanas, se produjo un ajuste de cuentas. Y hay un dato tristemente espectacular que nos dice que la mafia de Gil, Roca y compañía saqueó el Ayuntamiento marbellí por valor de 3.000 millones de euros y solo se han devuelto, a día de hoy, 25 de todos estos millones.

En lo últimos días, la actualidad no se da una tregua, ¿con qué sensaciones acogió la noticia del acuerdo entre el PSOE y Unidas Podemos?

Con mucha alegría, aunque el viaje se tendría que haber hecho sin alforjas para Pedro Sánchez y no deberíamos haber llegado a unas nuevas elecciones. Está claro que él quería conseguir una amplia mayoría absoluta del PSOE para formar un gobierno monocolor, pero no ha sido así. Yo ya lo venía avisando. Si los electores hacían el acuerdo en las urnas, como así ha sido, ya no se podría desbaratar.

¿Podría haberse evitado el avance de la ultraderecha en España que luego ha sido confirmado por el 10-N?

Está claro que podría haberse evitado con otras soluciones y más acuerdos. Mientras, la situación de Cataluña se ha ido envenenando y, por eso, cuando salió la sentencia del procés ya podría haber estado el Gobierno bien atado, como debería haber sido.

¿Cree que el gran beneficiado en términos electorales del problema catalán ha sido Vox?

Sin ninguna duda. Se ha llevado los votos de quienes creen que hay que poner mano dura en Cataluña. Vox ha sido el gran beneficiado, claro. Pero Cataluña necesita una negociación política. Diálogo. La actitud de Rajoy frente al referéndum que hicieron los catalanes solo ha servido para crear una fábrica de independentistas.

¿Celebró la exhumación de Franco a lo grande, como Dios o aquello en lo que crea manda, o solo lo hizo con matices?

Lo he celebrado a lo grande, con mucha alegría. No podía seguir en la cúspide y en un lugar de exaltación un dictador fascista y genocida. Fusiló a miles de andaluces entre los que se encontraban Federico García Lorca o Blas Infante. ¿Por qué terminó en una fosa común el padre de la patria andaluza? Sacar de allí al dictador ha sido un éxito, pero ha llegado un poco tarde. No le ha dado tiempo a verlo a mucha gente que ya no vive. Me he acordado mucho de mi padre, mi abuelo y muchas otras personas mayores. Y ahora hay que seguir por el mismo camino, no se trata de una venganza ni de un ajuste de cuentas, sino de algo necesario. Con la exhumación se ha dado un paso de gigante, aunque los asesores del Gobierno de Pedro Sánchez se han equivocado y lo han hecho de manera que la derecha ha podido utilizarlo para conseguir un puñado de votos.