La estadística duele. Uno de cada cinco menores sufre abuso sexual, una lacra silenciosa que aprovecha la indefensión y la falta de herramientas para saber qué y qué marca el desarrollo de ese futuro adulto. Ante esta situación aún tabú en nuestra sociedad, un grupo de psicólogas y una médica cuentan con el proyecto Corazonada, una obra de teatro que tiene como objeto que los niños sepan reconocer estos hechos o cómo actuar si lo sufren.

«Al menor que se vea representado, le damos herramientas para pedir ayuda y los que no los vacunamos para que lo reconozcan. Se trata de un maltrato muy sutil ya que lo habitual es que sea alguien cercano el que engañe al niño a través del juego», explica Margarita Ortiz-Tallo, profesora de la Facultad de Psicología de la Universidad de Málaga (UMA) recién jubilada y presidenta de la asociación Con.ciencia, la entidad que acoge este ilusionante proyecto que en cuestión de un año ha logrado 12 representaciones en diversos municipios de la provincia, gracias a diversas subvenciones, entre ellas la de la Diputación de Málaga o la Obra Social La Caixa.

Margarita no está sola. En este proyecto le acompañan las profesoras de la UMA y en su momento antiguas alumnas María Victoria Cerezo, Marta Ferragut, Pilar Rueda y la médica Isabel Calvo.

En estos momentos la obra está siendo representada en pueblos menores de 20.000 habitantes como Benamocarra, Humilladero o Pizarra. Se trata de un cuento al que le dio forma la psicóloga mexicana Carolina López Alvarado y que en Málaga lo han adaptado a la cultura española para que se represente en el escenario. «Es un cuento infantil dirigido a niños de entre 3 y 12 años pero nos gusta que vengan con los padres porque después lo comentan en familia. Los colegios que optan por solo llevar a niños, lo que hacemos es dar una charla previa a las familias que es esencial», explica la presidenta Ortiz-Tallo. Una obra en la que a una niña le sucede algo que no debería y en la que dos personajes bajo los nombres de Corazón y Hada son decisivos para hacer entender al público lo que sucede. «A los mayores que lo ven les causa mucho impacto pero los niños lo viven con naturalidad. En la obra ríen, chillan e interactúan con los actores», resalta la presidenta de Con.ciencia. «Transmitimos a los niños que las cosas que no le hagan sentir cómodos se lo cuenten a alguien, le damos hasta cinco personas de seguridad para puedan contar lo que les sucede», sentencia.

Corazonada ha sido como un tsunami para las integrantes de esta asociación, una idea que se desarrolló en cuestión de mes y medio y en la que no falta ningún detalle. Cuenta con un director, una música propia, un pianista y doce actores y actrices profesionales. Como curiosidad, la única malagueña en el elenco de Antonio Banderas en su obra A Chorus Line, la joven Aida Sánchez, forma parte de Corazonada.

Orígenes

Para conocer un poco más sobre este proyecto hay que remontarse a hace dos años, cuando este grupo de psicólogas y médica decidieron montar una asociación para «ampliar la conciencia sobre algunos temas pero con ciencia», de ahí, su nombre: Asociación Con.ciencia. Nació con vocación de centrarse en tres ramas: la infancia, sobre todo en los abusos sexuales; las personas mayores y las enfermedades crónicas. «Todas somos clínicas y la gente se sorprendería de ver cuánta gente adulta cuenta situaciones que vivió en su infancia», detalla Ortiz-Tallo. Una de las integrantes, Marta Ferragut, es la investigadora principal de un proyecto para ahondar en los abusos sexuales en la infancia durante dos años que ha recibido financiación del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) y la Junta de Andalucía.

En esa línea de visibilizar más los abusos sexuales en edad infantil surgió un proyecto de mecenazgo al que se presentaron y pudieron recaudar los 10.000 euros que solicitaban, además, contaron con el apoyo de la Obra Social La Caixa. «Fue todo muy rápido y tuvimos que buscar todo; vestuario, director, actores...», recuerda la presidenta.

Fueron unas semanas a contrarreloj que dieron forma a Corazonada y sus hasta ahora 12 representaciones que se apoyan con las charlas y talleres con familiares y profesorado que ofrecen. En este momento están inmersas también en la búsqueda de financiación para publicar unos cortos de dibujos animados sobre asuntos de prevención infantiles en los que está reflejado el abuso.

En definitiva, un año lleno de hitos para esta pequeña asociación que no ha podido dedicar tiempo a sus otras líneas de actuación pero que lucha para ninguna sonrisa de un niño se trunque.