El pasado viernes, una cría de ballena de entre cinco y seis metros de longitud y dos toneladas de peso fue avistada en la costa malagueña a la altura del municipio del Rincón de la Victoria. La hembra, que consiguió reintroducirse en el mar por sí misma tras ser ayudada en varias ocasiones por un particular, se encontraba muy debilitada y volvió a aparecer en la playa de El Morlaco.

El sábado por la mañana, cuando el equipo del Centro de Recuperación de Especies Marinas Amenazadas (CREMA) dispuso la retirada del animal, este había desaparecido, posiblemente hundido por el peso del agua que se instaló en sus pulmones al fallecer. Según explica el coordinador del CREMA, José Luis Mons, fueron los propios gases del intestino del animal los que reflotaron el cuerpo, el lunes por la mañana.

En la tarde de ayer, tras varios avisos de alguno viandantes, los especialistas del CREMA, organismo perteneciente al Aula del Mar, recuperaron el cadáver de este ejemplar de rorcual común con el apoyo del servicio marítimo de la Guardia Civil y del Seprona.

"Nosotros intervenimos. Nos metimos en el agua, amarramos la ballena y la embarcación de la Guardia Civil la remolcó y la puso en la arena", relata José Luis Mons, coordinador del CREMA. "Ayer por la tarde fueron los servicios operativos de limpieza del Ayuntamiento y retiraron al animal". Según Mons, cuando el ejemplar es de gran tamaño, es competencia de los servicios del Consistorio retirar al animal de la zona de varamiento y trasladarlo hasta el Centro Ambiental (CAM) "Los Ruices", el vertedero municipal.

La presencia de estos cetáceos en la costa malagueña no es inédita, ya que es zona de tránsito entre el Mediterráneo y el Atlántico, pero sí poco común. "Algunos años aparecen de vez en cuando, con muy poca frecuencia. Las crías es lo que es raro, la última que tuvimos varada fue hace unos cuatro o cinco años".

Sospecha de ingesta de plástico

A falta de la confirmación del veterinario que en estos momentos practica la necropsia al cetáceo, se maneja la hipótesis de que la cría de ballena hubiese cierta cantidad de plástico.

"Posiblemente tenga algunos plásticos en el estómago. Son animales lactantes y cuando dejan de tomar leche y empiezan a alimentarse por su cuenta mezclan la leche con la alimentación", asegura Mons. "Es posible que le haya surgido una obstrucción intestinal".