Cuatro de los seis integrantes de una supuesta organización criminal especializada en detonar cajeros automáticos de entidades bancarias mediante una técnica en la que el estallido de la pólvora abría el cofre de seguridad han negado ser integrantes de la red. El juicio comenzó ayer en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial y en el banquillo de los acusados se sientan seis personas que se enfrentan a un total de 66 años de prisión por pertenencia a organización criminal, conspiración para el robo, tenencia de explosivos y atentado. Dos de los procesados se negaron a declarar y el resto aseguraron que se conocían entre ellos pero que nunca han pertenecido a ninguna organización criminal ni han participado en robos con explosivos. La investigación se inició en marzo de 2017, cuando se produjo un robo mediante el uso de explosivos en un cajero automático de una sucursal bancaria del polígono industrial La Torrecilla de Córdoba. El procedimiento utilizado en este robo llevó a los agentes a determinar que sus autores eran los mismos que cometieron en enero de 2017 otro robo en un cajero de un centro comercial de Estepona, y que también fueron relacionados con otros cinco asaltos a máquinas expendedoras de dinero en varias localidades malagueñas. Los agentes lograron identificar a los supuestos integrantes de la organización, dirigida por un ciudadano italiano de 45 años, con antecedentes por hechos de la misma naturaleza y pionero en España en la detonación de cajeros mediante el uso de explosivos sólidos y que ayer se negó a declarar.

El líder de la banda fue detenido en Mijas, mientras que otro de los investigados fue arrestado en Ámsterdam y también se negó a declarar. Varios abogados defensores plantearon como cuestión previa que el caso ya está juzgado porque ya se ha celebrado un juicio en Córdoba y mantienen que todos los robos tendrían que estar en un mismo procedimiento y no por separado, aunque el fiscal se opuso al entender que en cada caso se juzga un robo diferente. El fiscal mantiene que el 6 de mayo de 2017 los acusados, sobre las 23.00 horas, se reunieron en Mijas para preparar un robo en un cajero mediante con explosivos. Los encausados se pusieron ropa negra, pasamontañas y guantes aunque fueron interceptados por la policía «ante el riesgo que conllevaba una explosión incontrolada». Uno de los coches fue utilizado para huir a Holanda por dos integrantes de la red. El fiscal indica que intentaron deshacerse de parte del explosivo tirando a un contenedor de basuras un artefacto el 8 de mayo y días más tarde fue lesionado un hombre que sacó el artefacto cuando buscaba efectos entre la basura.