El antiguo Hospital de Santo Tomás se convertirá en una residencia de estudiantes de alto standing en pleno corazón del Centro de la ciudad. El Obispado de Málaga ha firmado este jueves la cesión de este histórico edificio, reconstruido en 1888 según los planosdel arquitecto Juan Nepouceno Ávila, de estilo neogótico-mudéjar, al grupo inversor de origen israelí White Málaga, que se encargará de su rehabilitación y tendrá la explotación del inmueble durante un periodo de doce años.

No es la primera vez que la diócesis llega a un acuerdo con esta compañía, que se caracteriza por su interés en el Centro de Málaga. De hecho, a principios de año el Obispado también cedió a este grupo la antigua Casa del Niño Jesús, en la calle Pozos Dulces o la anterior sede de Cáritas, en la calle Fresca.

En esta ocasión, y gracias a este convenio, White Málaga se compromete a la restauración del inmueble, situado en la calle Santa María, y sobre el que pesaba una orden de ejecución de rehabilitación del Ayuntamiento, y cuya reforma era inasumible por parte de la diócesis. Sin embargo, la diócesis mantendrá la propiedad del edificio, como destaca el asesor jurídico del Obispado, Javier Arcas. "Se trata de una cesión de derecho de superficie, es decir, cedemos la gestión y el uso del inmueble durante 12 años con posibilidad de prórroga pero no perdemos la propiedad. Y el grupo asume la obligación de rehabilitar el inmueble para convertirlo en residencia de estudiantes de primer nivel, seguramente para alumnos de posgrado", explica Arcas.

El alza de los alquileres residenciales en la capital hace que muchos estudiantes universitarios se planteen la posibilidad de alojarse durante sus estudios, o incluso para cursos de verano, que cada vez tienen más demanda, en residencias de estudiantes. Se trata, por tanto, de un nicho de mercado que sufre ahora, según los consultores, un auge muy importante y que va a crecer mucho en los próximos meses. De hecho, según la consultura Savills Aguirre Newman, la ciudad cuenta ahora con 1.200 plazas y la necesidad es «crecer el doble», hasta las 2.400 camas como mínimo.

El objetivo de este convenio es, por tanto, doble. De un lado, acabar con el riesgo de deterioro de un edificio que tiene un alto valor patrimonial e histórico y, por otro, mantener su uso como equipamiento, ya que durante los últimos años (el Obispado se hace con la propiedad en 2013) se han barajado distintas alternativas, culturales y hoteleras, fundamentalmente, como reconoce Arcas, "pero para convertirlo en hotel, que tenía mucha demanda, hubiera sido necesario un cambio de uso urbanístico, un proceso complejo que hubiera ralentizado todo tres o cuatro años más, y no podíamos esperar todo ese tiempo para rehabilitar el edificio".

White Málaga tiene intención de comenzar con las obras tan pronto cuente con los oportunos permisos. "El compromiso es ponerlo en valor lo antes posible", añade el asesor jurídico de la diócesis, quien insiste en que se trata de una "buena solución" y aportará un impacto cultural a la zona. "Enriquece el valor cultural y el ambiente universitario del Centro de la ciudad". Asimismo, la capilla del Hospital de Santo Tomás será restaurada y podrá ser visitada por el público en general.

Precisamente la capilla es la única parte del primitivo edificio barroco que logró sobrevivir al terremoto de 1884 que obligó a demoler el resto del inmueble. Es la misma que se construyó en el siglo XVI y se encuentra a la izquierda del edificio, de ahí que su fachada presente esa asimetría de diseño. Posee en doble coro superpuesto. También se convervan los balcones donde los enfermos podían asistir a la misas. Se mantienen el retablo barroco y las pinturas de Niño de Guevara, la principal, con una escena del apóstol Tomás metiendo los dedos en las llagas de Cristo. El artesonado mudéjar es el primitivo y tiene un gran valor histórico y artístico.

Hospital benéfico desde el siglo XVI

El hospital de Santo Tomás fue fundado en 1505 por el caballero adjunto a los Reyes Católicos Diego García de Hinestrosa -cuyos restos mortales reposan en la capilla- para atender a enfermos sin recursos. En los últimos años, hasta su clausura en 1972, había estado regentado por una fundación benéfica compuesta por cuatro patronos: el Cabildo de la Catedral de Málaga, un dominico, un franciscano y por el patrón de sangre, Manuel Domínguez-Casero, descendiente de la familia que ha estado al cargo de la gestión del edificio.

Prestaba servicios sanitarios especializados en oftalmología.

El Obispado pudo hacerse con la propiedad gracias a las laboriosas gestiones y tramitaciones jurídicas realizadas por el despacho de Vergara Agobados, cuyo fundador, Mariano Vergara, es un enamorado del hospital y estuvo a punto de alcanzar un acuerdo en 2008 para convertirlo en sede de la Obra Social de Unicaja.

La diócesis ha venido efectuando desde 2013 numerosos estudios para valorar las posibilidades de recuperación, así como trabajos de limpieza e intervenciones de consolidación, siempre en cumplimiento de los requerimientos de Urbanismo y Patrimonio de la Junta de Andalucía.