Muchos vecinos de la ciudad y la oposición municipal criticaron los cambios estéticos previstos con motivo de la remodelación urbana y semipeatonalización del eje conformado por Carretería y Álamos para uno de los enclaves más queridos por los malagueños: la Tribuna de los Pobres, un emblema de la Semana Santa y de la cultura popular de la ciudad. Finalmente, y tras las consultas con los colectivos vecinales, la Gerencia Municipal de Urbanismo ha decidido que la rehabilitará para que mantenga su configuración actual. Será mejorada, pero la esencia permanecerá, sin duda.

Así, según explicó ayer el edil de Ordenación del Territorio, Raúl López, tras la Junta de Gobierno Local que ha dado el visto bueno al proyecto de semipeatonalización de la ronda histórica de la ciudad, «la Tribuna de los Pobres mantiene su configuración actual, rehabilitándose, relabrando los peldaños y adaptándola a la normativa».

En este sentido, Raúl López recordó que se «recupera el diseño de las jardineras originales y los machones de piedra natural que formaban la barandilla, y se relabra el muro del inicio de calle Carretería». Eso sí, para resolver la pendiente y los problemas de movilidad que ello causa a muchas personas que tienen algún problema de este tipo, se integra un ascensor en el extremo unido al muro del pasillo de Santa Isabel.

Cuatro asociaciones de vecinos del Centro de Málaga rechazaron en abril de este año el proyecto de rehabilitación de la Tribuna. El Ayuntamiento, a través del Observatorio de Medio Ambiente Urbano (OMAU), respondió en un escrito rechazando las críticas a la iniciativa: «Si bien la Tribuna de los Pobres constituye indudablemente un elemento de identidad y de referencia para Málaga, hay que tener en cuenta que su actual configuración se retrotrae a los años sesenta, tal y como se puede apreciar en las fotografías históricas. Además, algunos elementos como las jardineras han sido reformadas con bloques de hormigón no hace mucho tiempo, por lo que la Tribuna de los Pobres tiene un valor más identitario que material». El proyecto, recordaron, «mantiene la traza actual de la escalera».

Por otro lado, el Ayuntamiento presentó ayer el proyecto global para el eje conformado por Carretería y Álamos, que consiste básicamente en la semipeatonalización de estas dos vías, una iniciativa urbanística tras cuya conclusión, tal y como se ha pactado con los vecinos, no se permitirán nuevas terrazas más allá de las dos que hay ahora. El edil explicó que la Junta de Gobierno Local le dio el visto bueno a la actuación, redactada de oficio por Urbanismo. El documento reúne lo solicitado por los vecinos en relación a ocupación de la vía pública. El proyecto tiene un plazo de 18 meses de ejecución, un coste de 6,4 millones de euros y ahora debe ir a la Junta de Andalucía, a Cultura, en concreto para su aprobación. La idea es licitar en 2020 y que las obras empiecen a finales de ese ejercicio, según López. La obra se ha dividido en siete fases que serán sucesivas.

De esta forma, se restringe el tráfico privado, solo podrán entrar los residentes y los coches autorizados mediante control de videovigilancia; habrá una plataforma única en toda la sección de la calle, con pavimento diferenciado entre la zona central y las exteriores; uso de materiales drenante, fotocatalíticos y fonoabsorbentes; criterios de protección del peatón frente a la invasión de vehículos en la acera; introducción de arbolado en aquellos tramos que, respetando un ancho mínimo de acerado de 1,80 metros, en los que tenga cabida y señalización y tratamiento de espacios singulares.

No se prevén nuevas terrazas hosteleras, como ha quedado claro en diferentes reuniones con vecinos y hosteleros. En concreto, la superficie peatonal crece en 4.105 metros cuadrados, un 42 por ciento, hasta los 6.126 metros cuadrados, ocupando el 63 por ciento de la vía; se reduce la superficie de uso para el tráfico rodado de 5.770 metros cuadrados a 3.748. El ancho medio de la calzada pasa de seis a tres metros. Asimismo, se mejora la red peatonal, con una plataforma única con preferencia peatonal, una zona 20, en el sentido de la circulación actual. Se reduce el espacio para el tráfico rodado en un 21 por ciento que recupera el viandante, se amplía el acerado.

En cuanto a movilidad, se prioriza el transporte público, se mantienen las plazas para personas con movilidad reducida, se crean plazas de estacionamiento para bicis y se reservan espacios para residentes y motos, haciéndose compatibles con la carga y la descarga en función de los horarios. Habrá contenedores soterrados. Asimismo, se reducen los aparcamientos para residentes desde el poco más de medio centenar a pocos más de treinta. Crece la superficie ajardinada y se prevén árboles de alineación, pavimento drenante y zonas fotocatalíticas y fonoabsorbentes. Son 139 árboles y 155 metros cuadrados de jardín.