Cuando para acudir a un centro de salud debes caminar durante horas o una operación quirúrgica supone 800 euros de un sueldo que no llega ni a 30 euros mensuales, que un equipo de médicos y enfermeros se trasladen a tu país para llevar a cabo unas jornadas quirúrgicas lo supone toda una oportunidad.

La Independencia, Ecuador. A tres horas de Quito. El ambiente que se respira en esta humilde localidad dista mucho del que se vive en la capital. El acceso al sistema sanitario resulta privativo para una amplia mayoría de personas que viven en esta zona. Si no se tiene un contrato de trabajo, tu sueldo mensual puede oscilar entre los 25 o 30 euros al mes. «Si tu hijo tiene una hernia y no tienes 800 euros para pagarle la operación, se muere. Y lo asumes», Antonio Cabello explica la dura realidad de muchas personas en esta zona.

Este médico del Hospital Regional lleva más de ocho años siendo parte de la asociación Benefica Chirurgia, una ONG conformada por profesionales de la sanidad que llevan a cabo distintas labores médicas en países en vías de desarrollo. La operación en la que él participa se lleva a cabo en Ecuador, donde ya se ha convertido en toda una tradición ver a este grupo de médicos y enfermeros malagueños realizar sus conocidas jornadas quirúrgicas.

Todo comenzó cuando un sacerdote decidió montar un hospital en una típica casa rústica de la zona. Tras fundar este centro contactó con la asociación para realizar allí este tipo de actividades. Desde entonces han pasado ya ocho años. El Proyecto Ecuador se lleva a cabo una vez al año, algunos incluso dos. Un grupo de cuatro cirujanos y dos o tres anestesistas cruzan el charco y se desplazan hasta Ecuador para hacer lo que saben y lo que les gusta hacer, explica Antonio, pero con personas que lo necesitan mucho más: «Muchas veces nos aislamos en este mundo occidental y se nos olvida que existen zonas en el mundo que están devastadas, en las que la salud es prohibitiva».

El 90% de las intervenciones que realiza Benefica Chirurgia en La Independencia están vinculadas a la patología de la pared abdominal, comúnmente conocida como hernias. En menor medida, también se llevan a cabo operaciones relacionadas con lipomas o lesiones cutáneas faciales. Los profesionales se centran en realizar este tipo de cirugías ya que son de rápida recuperación y tienen un índice muy bajo de complicaciones: «No podemos estar allí una semana y operar algo que se pueda complicar, porque cuando nosotros nos vamos el paciente no puede acudir a ningún lado», explica Cabello.

Estos médicos y enfermeros malagueños llevan consigo todo el material quirúrgico necesario para sus operaciones. Medicamentos, hilos, mallas, suturas o bisturís, todo lo necesario para esos diez días en Ecuador vuela directamente desde la provincia, donde distintos hospitales colaboran donando materiales.

Un total de 100 a 120 operaciones son las que realizan los cooperantes de esta asociación. Los directores del hospital Padre Enrique Gayraud son los encargados de seleccionar a los pacientes y, una vez allí, son los cirujanos los que deciden en qué orden van a ser operados. Previamente, se han apuntado en una lista interminable, asegura este cirujano: «A muchos les tenemos que decir que tienen que esperar al próximo año y aún así están encantados. Son felices porque si no se operan con nosotros no se operarían en la vida».

El próximo 7 de febrero, y hasta el día 16, estos malagueños pondrán rumbo a Ecuador. Una vez lleguen a La Independencia comenzará, un año más, su aventura. En esta ocasión tienen previsto intervenir a 120 pacientes que no tienen ningún recurso. Para ellos, el poder ayudar cada año a más de 100 personas supone una gran satisfacción personal que no podría compararse con nada, asegura Cabello: «No vamos a arreglar el mundo ni vamos a eliminar la pobreza pero ponemos nuestro grano de arena con lo que sabemos hacer».