El Colegio de Administradores de Fincas de Málaga y Melilla ha solicitado a las instituciones públicas el desarrollo de una normativa que establezca la obligación de contar con detectores de humo y monóxido de carbono en las viviendas de nueva construcción, además de abogar por difundir campañas en las que se explique la importancia de contar con dispositivos de este tipo en viviendas ya construidas.

Se trataría, según ha indicado a Europa Press el presidente del Colegio de Administradores de Fincas de Málaga y Melilla, Alejandro Pestaña, de una acción preventiva enfocada a reducir el número de muertes, heridos y afectados por incendios domésticos.

"Sería una medida completamente razonable dado el bajo coste de estos aparatos y su efectividad para actuar a tiempo ante situaciones que pueden llegar a suponer la muerte y destruir por completo una vivienda", ha sostenido.

Un detector de humo o de monóxido de carbono ronda los 30 euros, siendo económico no solo su instalación sino también su mantenimiento. Nada más detectar la presencia de humo o monóxido de carbono en el aire, suelen emitir una señal sonora a modo de aviso, lo que permite alertar a los propios habitantes del inmueble o incluso a los vecinos más cercanos.

"Los detectores salvan vidas", ha sostenido el presidente de los administradores malagueños. De hecho, en la última semana se han conocido seis casos de personas que han fallecido por incendio doméstico.

Además, el teléfono único del servicio de Emergencias 112 ha gestionado en Andalucía entre el 1 de enero y el 30 de noviembre un total de 3.392 avisos por incendios domésticos, de los que 607 fueron en Málaga. Precisamente, este sábado siete personas, tres de ellas menores, resultaron intoxicadas por humo de un brasero situado en un cortijo en Olula del Río (Almería).

La mayoría de estos incendios suelen tener una fuente eléctrica o de calor como son las estufas, chimeneas, velas o cigarrillos. En este sentido, desde el Colegio de Administradores malagueño han recordado el peligro también de la intoxicación con monóxido de carbono, ya que es un gas invisible y sin olor, lo que lo convierte en un riesgo mortal de difícil detección.

Su inhalación en un espacio que carezca de ventilación puede causar la muerte. El detector es capaz de percibirlo y avisar de su presencia antes de que una persona pueda sentir algún síntoma de intoxicación como mareos o náuseas.

El Colegio de Administradores de Fincas de Málaga y Melilla aboga por que se instalen detectores ópticos, ya que los iónicos contienen una cápsula con Americio 214, un componente radioactivo que requiere de un tratamiento especial cuando deja de tener uso.