Los hosteleros malagueños (MAHOS) dicen no al ZAS. Su presidente, Javier Frutos, ha asegurado este mediodía que el plan contra el ruido en El Romeral y Teatinos es “una medida arbitraria” que culpa al sector “en exclusiva de una situación que se deriva de una apuesta general, política y económica, por un modelo de ciudad que ha llevado a Málaga a liderar el desarrollo turístico urbano en España en la última década”.

La reducción de los horarios de apertura es, para Mahos, “incomprensible” en una ciudad con las características climatológicas de Málaga y aseguran que ello tendrá consecuencias evidentes en el empleo. En la industria hostelera trabajan 80.000 personas en la provincia, con picos de 100.000 en temporada alta. Recuerda la patronal hostelera que el peso del turismo en la economía local es superior a los 3.000 millones de euros, con un incremento anual del 15%. “Disminuir el horario de apertura de los establecimientos y su presencia reglada en la vía pública afectará a la economía local y empeorará” los datos turísticos.

La decisión del ZAS, dicen, también recorta la capacidad empresarial de dinamizar la economía, explica Frutos, en un momento en el que se detectan síntomas de desaceleración en el país. “Además, resulta incongruente con el discurso municipal de la necesidad de un incremento de la planta hotelera”. Para Mahos es un error desequilibrar la oferta de camas y la de restauración.

El ZAS, dice el presidente de los hosteleros, se basa en mediciones que achacan el ruido a la hostelería, lo que Frutos rechaza, ya que por el centro pasan cada día miles de personas y es la actividad “humana la que genera ruido, no la hostelería únicamente”. Las fuentes de ruido serían, por tanto, dinámicas, “y es injusto culpar a un solo sector (y hacerle pagar en términos de menor rentabilidad y reducción de puestos de trabajo) de una situación que es consecuencia de muchas más actividades humanas de la hostelera”.

Cree Frutos que el ZAS podría generar “una pérdida de identidad local en los negocios de hostelería de las zonas afectadas”, especialmente en el Centro Histórico. Según el OMAU, el 87% de los negocios del casco antiguo son locales y el 13%, franquicias. Por tanto, el ZAS podría conllevar la pérdida de originalidad de la oferta gastronómica. “Contrasta la apuesta empresarial privada por la calidad y la excelencia con nuevas aperturas y aventuras empresariales”, dice.

Así, recalcan que la hostelería, además, ayuda a revalorizar espacios degradados y pone Frutos como ejemplo de ello el Soho y el Centro Histórico.