Sergio Banderas Moreno es el único malagueño finalista este año en los Premios Educa Abanca a Mejor Docente de EspañaSergio Banderas Moreno. Su nombre está entre los cinco que aspiran a lograr este galardón en la categoría de FP. Un logro que le enorgullece pero sin dejar de tener «los pies en la tierra». Toda su carrera profesional se ha desarrollado en el Parque Tecnológico (PTA primero en la empresa privada como informático y luego en la enseñanza, donde encontró su verdadera vocación. Ejerce en el IES Campanillas, donde este año da clase en el ciclo superior de Desarrollo de Aplicaciones Web.

Es finalista al Premio a Mejor Docente de España. ¿Cómo tiene que ser un buen profesor?

Tiene que estar constantemente aprendiendo, pendiente de los cambios de la sociedad y, en el caso de la Formación Profesional, del tejido productivo. Tiene que estar siempre renovándose. Por otro lado, debe estar pendiente de cómo conectar de la mejor manera con el alumnado para arrancarle la motivación e ilusión necesarias. Tiene que ser una profesión vivida con vocación, ilusión y pasión para poder transmitirle todo eso al alumno.

¿Están los profesores españoles motivados?

Hay de todo. Muy buenos profesores, súper motivados haciendo un montón de cosas, y otros que no. Estos premios están muy bien porque valoran a aquellos profesores que están haciendo labores muy interesantes. Frente a esto, la administración valora por igual a todos y debería fomentar que hubiese más que destacaran, más allá de los que lo hacen por motivación e iniciativa personal.

¿Conoce la sociedad lo que se hace en las aulas?

Premios como estos ayudan muchísimo. Es verdad que la FP, hasta hace poco y todavía en algunos casos, sigue estando deslegitimada. Todavía no se le ve el valor que tiene, aunque ahora está en pleno crecimiento. Desde las aulas de Secundaria y Bachillerato, la orientación que se hace al alumnado está siempre encaminada a la Universidad. La FP necesita aún mucho empuje de orientación profesional. No solamente hacen falta ingenieros, sino también técnicos.

¿Qué es el éxito educativo?

Si el resultado es un alumno con ganas de seguir aprendiendo, con ganas de crecer y que le ha gustado y le ha dejado huella lo que ha aprendido en su etapa educativa, para mí eso ya es un éxito. Le hemos puesto una semilla a una persona en la sociedad que va a ser un motor de motivación.

¿Qué importancia debemos darle a los ranking educativos e informes como PISA?

Hay que darle una importancia relativa. Son una serie de pruebas muy particulares. Yo no le doy toda la credibilidad que tienen. Parece que Andalucía siempre se queda a la cola, pero de aquí salen cada vez más alumnos brillantes. Que hay mucho que hacer, por supuesto. Pero no hay que estar ciego con PISA y no ver todo el trabajo que se hace en las aulas, todo lo bueno que se hace. Yo utilizaría PISA como indicador pero no como la realidad absoluta. La educación necesita un cambio en cuanto a confección de metodologías de enseñanza, del contenido. Por Erasmus yo he viajado mucho a Finlandia y a Alemania y allí no se incide tanto en los currículum, en el aprendizaje memorístico, hay menos cantidad de contenido y de manera más práctica, enfocado a la vida real. Aquí, al ser tan estrictos con el sistema educativo, produce mucho fracaso también.

¿No se están cambiando los contenidos educativos al mismo ritmo que cambia la sociedad?

No. Ni mucho menos. Va muy lento. Se están haciendo cambios, al menos en FP, pero de forma muy lenta. La sociedad digital está creciendo a una velocidad imparable y las que se están adaptando más son las academias privadas, que tienen más rapidez, más flexibilidad para cambiar temarios, hacer cursos totalmente adaptados a lo que se está pidiendo en la calle. Y nosotros, debido a los currículum, lo único que tenemos es profesores que individual y voluntariamente deciden hacer cambios.

¿Qué más cambios cree que necesitaría el sistema educativo?

Sobre todo, tener más flexibilidad, y no burocratizar tanto los centros y a los mismos profesores, que estemos dedicados a la enseñanza. En otros países, se han profesionalizado los equipos directivos. A lo mejor si hubiera equipos directivos profesionales los centros irían mucho más rápidos. Por otra parte, en Finlandia la educación es un tema de Estado, es inamovible. Eso hace que se asienten unas bases durante mucho tiempo. Aquí, con el Gobierno en funciones, están paradas un montón de cosas. La educación no debería depender del gobierno de turno. Que cada gobierno haga un cambio es desastroso.

¿Está viviendo la FP su mejor momento?

Sí. Cuando yo entré, en 2004, eran los años de bonanza económica en España y había mucho trabajo. Fueron años muy difíciles para la FP. Había muy pocos alumnos. Teníamos que hacer incluso publicidad para captar alumnos y se cerraron algunas especialidades. Cuando ya vino la crisis, muchísimos jóvenes que no tenían cualificación y que no iban encaminados para la Universidad, los absorbió la FP. El tercer estado es el que estamos viviendo ahora, el de más éxito de la FP. Hay un crecimiento de empresas muy alto, por lo menos aquí en el PTA, y están reclamando técnicos, no tantos ingenieros, sino técnicos superiores o de grado medio. Ahí es donde está el crecimiento y el gran auge de la FP. Las empresas se están dando cuenta de que no sólo hacen faltan universitarios, sino también técnicos.

¿Se ha sabido adaptar mejor la FP a las necesidades de la sociedad que el resto de enseñanzas?

La FP, al ser una educación mucho más práctica, con dos años y desde el minuto uno están aprendiendo cosas que van a tocar en las empresas, más aún si añadimos la FP Dual, a la empresa le interesa mucho más. Nos dicen que con la FP tienen mucha más flexibilidad para amoldar a un alumno a sus necesidades. La FP es clave para muchas empresas ahora mismo.

¿Qué perfil de alumnos tiene?

En mi caso, tanto en el grado medio como en el superior, al ser informática y electrónica, la mayoría son chicos. Por otra parte, muchos que acaban el grado medio continúan en el superior. Además, tenemos alumnos que vienen de Bachillerato y universitarios que han terminado su carrera, pero que no han conseguido trabajo y se vienen con nosotros.

¿Le han felicita sus alumnos por su nominación?

Me han dado la enhorabuena y los alumnos del año pasado, que fueron los que me nominaron, también me han escrito. Eso me hace súper feliz, saber que tus alumnos te han valorado positivamente. Me enorgullece.