Aunque el reggaeton y el trap suelen ser pasto para medios generalistas en reportajes más o menos fundamentados sobre cultura machista, lo cierto es que la escena también cuenta con un buen puñado de mujeres a las que nadie tiene que decir cómo empoderarse: La Zowi, Bad Gyal, Ms Nina y la malagueña Bea Pelea, que va a cerrar un 2019 espectacular.

Tiene 25 años, su nombre real es Beatriz Constenla (lo de Pelea, dice, es por lo «peleona» que es), nació en Málaga, hija de una profesora y ensayista salmantina y de un músico gallego (Pablo Bicho: algunos le recordarán por su éxito 'Las cosas llegan cuando tienen que llegar'); entre los 5 y los 9 años vivió en México y Guatemala y ahora reside en Barcelona, donde, desde la independencia más absoluta, lanza mixtapes (su más celebrada hasta el momento, Reggaeton Romántico, Vol. 1; promete continuación pronto) y organiza la cada vez más influyente fiesta de sabor latino La Cangri en Razzmatazz Clubs. Acaba de publicar 'Loka', quizás su canción más potente y oscura, con letras agresivas (básica y eufemísticamente, la cosa es una diatriba contra una mujer que ha tenido un affaire con el novio de la protagonista; dicho por ella es, digamos, algo más bruto).

«Se creían que era un juego, nos vamos a quedar con esto / Ahora nosotras somos la gasolina», cantaba en 'La Gasolina', el tema que mejor resume la filosofía de Bea, para la que el perreo y la sororidad no son en absoluto compatibles. «Apoyarnos entre nosotras y ser capaces de ver que estamos aquí para vivir nuestra propia vida y no para depender emocionalmente de nada ni nadie, pienso que es muy bonito y necesario», apuntó en una reciente entrevista con El Salto.

«Muy vergonzosa»

Desde hace unos pocos años empezó a dedicar todo su tiempo a cultivar esa música que descubrió durante sus años en América Latina. Y así, gracias a su móvil y un ordenador (prefiere grabarse ella misma, en su casa, lejos de grandes estudios, porque es «muy vergonzosa»), empezó a crear una propuesta que va llegando lejos, poco a poco, canción a canción. Y es que en su currículum ya hay unos cuantos virales en Spotify (recordemos, desde el underground más absoluto).

Temas

Sus temas beben de géneros y ritmos que suelen ser vituperados desde la intelligentsia, quizás porque no se hayan fijado en los pequeños detalles detrás de las palabras malsonantes (no tantas como imaginan, en realidad) y el tono franco, directo. Por ejemplo, en el vídeo de su primera canción en solitario, Házmelo otra vez, en segundo plano un televisor emite un vídeo de peleas de gallos. «Más allá de la vertiente animalista, con esas imágenes quizás he querido criticar que mientras las chicas tomamos las primeras filas, los chicos y su beef quedan en segundo plano», argumentó en Vice. Bea, por cierto, ha cursado estudios de Psicología, Arte Dramático, Danza Contemporánea y ahora mismo está con Producción de Espectáculos, así que los listillos y listillas de turno podrán ahorrarse los discursos sobre el empoderamiento.

La malagueñidad de la Pelea es relativa (al fin y al cabo, como afirmó en Neo2, «A mi madre le gusta mucho viajar y yo, al igual que ella, necesito moverme de sitio cada cierto tiempo sino me ahogo. Todos son lugares diferentes con sus pros y sus contras»), pero, desde luego, sus actos demuestran querencia por la tierra: la sesión del pasado noviembre de La Cangri estuvo protagonizada por el talento urban malagueño, con el prometedor cantante de La Palmilla Jthyago y Cohelo, un pionero del DJing urbano.