Los bajos precios que están recibiendo los agricultores y ganaderos por sus producciones junto a algunas bajadas puntuales de cosecha en ciertos cultivos a causa de la carencia de lluvias han provocado en este 2019 un descenso de facturación el campo malagueño, que cerrará el ejercicio con 733 millones en ventas, un 8,8% menos que el pasado año. El año, con todo, no ha sido malo para el sector ya que en 2018 se rozó el récord histórico de facturación en el agro malagueño mientras que ahora se vuelve a los niveles de 2015 y 2017, que también fueron satisfactorios. Lo que más preocupa entre los profesionales agrarios, según ha comentado este jueves el presidente del colectivo empresarial Asaja Málaga, Baldomero Bellido, es que la tendencia a la baja se mantenga y traiga nuevas caídas en 2020. De hecho, la coyuntura de precios reducidos en origen previsiblemente va a mantenerse y la amenaza de sequía es cada vez más real si no llueve en estos próximos meses.

agricultura, ganadería

Bellido ha señalado que sectores clave para la provincia como el olivar o los cítricos han sufrido un "descalabro" de precios en origen que han reducido la facturación. En el caso del olivar (el cultivo mayoritario de la provincia con más de 130.000 hectáreas), las cifras han bajado un 11,7% para un valor total de 224,7 millones de euros pese a que, paradójicamente, ha habido una cosecha casi récord, sólo superada por la de 2011. El aceite dejó 197 millones y la aceituna de mesa, que redujo su valor de mercado un 29%, otros 27,3 millones. El precio del kilo de aceite ha bajado de 3 a 2 euros, según ha recordado Asaja, que achaca este descenso a las grandes cosechas registradas este año a nivel mundial, con países como Italia, Grecia y Túnez que ha aumentado producción. También ha advertido de las repercusiones que ya empiezan a dejar los aranceles impuestos por Estados Unidos."Eso nos va a descalabrar para el año que viene y afectará a las exportaciones", ha comentado.

En cuanto a los cítricos, concentrados fundamentalmente en el Valle del Guadalhorce, los ingresos han sido de 51 millones, un 25% menos que el año anterior con una campaña marcada por el retraso en la maduración de los frutos, unos calibres bajos, falta de de demanda y la fuerte competencia de productos de Sudáfrica y Egipto. "Ha sido un desastre, y podía incluso haber sido peor", ha admitido el secretario general de Asaja, Benjamín Faulí.

Los cultivos subtropicales, otro de los grandes baluartes del agro malagueño, bajan ligeramente sus cifras aunque siguen en cifras óptimas. El aguacate alcanza los 108 millones, un 10% menos, y el mango, que ha reducido algo su producción debido a sus habituales "dientes de sierra", deja otros 25 millones. Ha habido problemas puntuales durante la campaña que han creado cierta disparidad en los precios.

Donde sí ha habido otro "batacazo" es en el segmento de hortícolas y tubérculos con su peor facturación en diez años (149,5 millones). El tomate, las judías verdes, la alcachofa y el pimiento bajan mucho debido al empuje de la producción de Marruecos, que inunda los mercados europeos. Asaja recuerda que desde 2010 la superficie dedicada estos cultivos se ha reducido significativamente (de 13.143 hectáreas a 7.900).

Otro "desastre sin paliativos" se ha dado en la cosecha de castaña, donde la mala calidad del fruto por la falta de precipitaciones y la plaga de la avispilla del castaño han hecho estragos. De las 2.500 toneladas producidas, 700 se han quedado sin recoger y la facturación ha bajado un 67%. El almendro sí recupera algo su tendencia a la baja mientras el viñedo se mantiene en sus cifras, aunque la tradicional pasa sigue perdiendo terreno.

Asaja también ha destacado las dificultades de los productores de cultivos herbáceos y cerales, ya que los bajos precios hacen muy complicada su rentabilidad. Por eso solicitan a la UE una Política Agraria Común (PAC) "fuerte" que garantice la supervivencia de estas explotaciones, según ha explicado Santiago Sánchez, responsable de esta materia. La PAC supone el 30% de los ingresos de este segmento, que ha bajado de 70.000 a 55.000 hectáreas en unos años. El problema es que estas hectáreas se están desviando a otros cultivos como el olivar que, siendo ya mayoritarios, pueden llevar a un excedente de producción que no tenga salida real en el mercado.

Respecto a la ganadería, la facturación ha sido de 119,6 millones, casi un 10% más que en 2018, gracias al aumento del porcino blanco, que ha aprovechado la coyuntura económica generada por la peste porcina en China, y al buen año de la leche de cabra.

Bellido ha recordado también la necesidad de acometer obras públicas en materia hidráulica que garanticen los riegos en el campo ante un 2020 que el campo malagueño afronta "al borde de la sequía". También ha defendido el papel de la agricultura, la ganadería y la caza como instrumentos que combaten el despoblamiento del mundo rural y preservan el medioambiente. A su juicio, el sector agrario está siendo a veces "demonizado" en el marco de la lucha contra el cambio climático.