Hoy es el día D, el del famoso villancico de la marimorena que, parece, tiene su origen en Madrid a comienzos del siglo XVIII. No hay ni que decir que la canción nos recuerda que esta noche es Nochebuena y mañana Navidad.

Con semejante horizonte lleno de sueños infantiles, misas del gallo y cenas en familia, esta sección aparca por un día los paseos aleatorios por Málaga para desearles una feliz Navidad y dedicarles un modesto villancico, al que hay que ponerle la música de El Tamborilero. Aquí va:

El camino que lleva a Belén

está cortado así que hay retención

de diez kilómetros hasta Nazaret, y es lento el tráfico en el Valle de Hebrón.

Precaución, precaución.

Los CDR le desean lo mejor.

-

Todos vienen a adorar a su rey,

menos Quim Torra que le tiene aversión.

En su República ‘tots podrem’ caber,

menos aquellos que hablen en español.

Esos al zoo, esos al zoo.

Los CDR le desean lo mejor.

-

Yo quisiera poder demoler

el rascacielos con casino y crupier

que cuatro emires pretenden levantar

tras la Farola a medio metro del mar.

Se va a mojar, se va a mojar.

El progreso nos traerá humedad.

-

Porque el clima sólo está regular,

lo saben Greta y hasta el buey del portal.

Los pastorcillos saben nadar a ‘crowl’.

Por si el rebaño acaba por Gibraltar,

de un golpe de mar, de un golpe de mar.

El progreso nos traerá humedad.

-

Yo quisiera vivir en el Peñón

y así poder estar más cerca de él.

Es Boris Johnson líder sin parangón,

cruce perfecto entre Chiquito y Nerón,

rubio fatal, rubio fatal.

Ay, perdón, me olvidé a Donald Trump.

-

En esta Málaga de luz y postín,

con más bombillas que París y Hong Kong

y calle Larios colapsada hasta el fin,

la Navidad es negocio multicolor,

¿y dónde no?, ¿y dónde no?

El vatio siempre alumbró la inversión.

-

Yo quisiera poder levantar

en un terreno virgen sin construir

el árbol más ingente de Navidad,

y que el político pudiera pensar

en la siguiente generación.

Así tendríamos un gran bosque en Repsol...