La demanda de óvulos crece a mayor velocidad que el número de donantes y esto se debe, principalmente, a un cambio en la legislación sobre reproducción asistida en Italia. En este sentido, diversos centros médicos italianos, de carácter público y privado, estarían llevando a cabo la compra de ovocitos en clínicas reproductivas españolas.

La legislación italiana, a diferencia de la española, prohibía hasta hace escasos años la donación y congelación de embriones. La ley sobre reproducción asistida en el país solo permitía la preservación de fertilidad, lo que comúnmente es conocido como congelación de óvulos, en aquellos casos en los que la paciente padeciera algún tipo de enfermedad. En este contexto, el número de personas de nacionalidad italiana que acudían a las clínicas de reproducción españolas aumentó considerablemente.

En 2014, el Tribunal Constitucional italiano revocó esta prohibición y, recientemente, ha aprobado la compra de ovocitos a países extranjeros. En este sentido, centros públicos y privados italianos están comprando ovocitos en España. En la provincia, diversas clínicas reproductivas se han hecho de este fenómeno. «La demanda de óvulos está actualmente por encima del número de ovocitos donados», explican desde el Instituto de Fertilidad Clínicas Rincón, que apunta a este cambio de legislación como la principal causante.

En torno al 20% de las pacientes que se someten a un tratamiento de reproducción asistida, en España, son italianas, según datos oficiales del Ministerio de Salud. En términos locales, esta cifra respaldan la experiencia de Clínicas Rincón: «Durante más de diez años ha estado prohibida la donación de óvulos en Italia, por lo que nosotros trabajamos mucho con pacientes italianas».

De un modo u otro, Italia ha estado muy presente en la realidad reproductiva de la provincia. A día de hoy, la tendencia apunta a que el número de mujeres que acudan a España para someterse a tratamiento disminuya, al tiempo que crece la compra de ovocitos, técnica que es tachada de inmoral y poco altruista por profesionales de clínicas como Clínica Rincón y el Centro Gutenberg.

En este sentido, el número de donantes es lo que prima y, en la provincia la evolución de estos sigue una línea de crecimiento favorable y continua. La donación, explican desde la Clínica Fertia, está cada vez más solicitada porque «la mujer busca el embarazo cada vez más tarde».

La donación de óvulos está asistiendo, actualmente, a un proceso de normalización. «Al principio era un tabú, una decisión muy callada y encubierta. Ahora está cambiando, se tiene una visión más abierta», explica Claudio Álvarez, doctor en la Unidad de Reproducción Centro Gutenberg.

El perfil de la donante de óvulos, según los requisitos que recoge la Ley, es el de una mujer mayor de 18 años y menor de 34. El perfil que predomina en las clínicas es el de mujeres jóvenes, entre los 20 y 25 años. «Existe un porcentaje importante de estudiantes y mujeres que se dedican al hogar», explica Álvarez.

De forma paralela, los profesionales trabajan con mujeres que deciden realizar una preservación de la fertilidad, es decir, optan por congelar sus óvulos para poder utilizarlos en un futuro. En este sentido, el Ministerio de Sanidad asegura que el 5,4% de las mujeres, menores de 55 años, se ha sometido a un tratamiento de reproducción asistida.

Los motivos que llevan a una mujer a congelar sus ovocitos suelen ser diversos. No obstante, existen dos causas que destacan por encima del resto. La causa social y la causa médica. «No quiero ser madre todavía pero quiero serlo en un futuro, para que mis condiciones sean las mejores posible guardo mis ovocitos», esta sería la causa social, desarrolla Álvarez. Por el contrario, la causa médica atiende, en su mayoría, a personas que se someten a tratamientos como quimioterapia o radioterapia. Estos procedimientos médicos pueden llegar a alterar la calidad o cantidad de ovocitos, por lo que existe un gran número de mujeres que deciden congelar sus óvulos para poder utilizarlos después del tratamiento.