La puesta en marcha de las dos salas de hemodinámica hace cerca de 18 meses en el Hospital Regional, también conocido como Carlos Haya, ha permitido reducir de manera drástica las listas de espera para los pacientes pendientes de alguna actuación en Cardiología que han pasado de ser de casi un año a moverse entre los 30 y 60 días. «La repercusión ha sido inmejorable para nuestro rendimiento y ya trabajamos para que ninguna intervención supere el mes de espera», explicó el responsable de la sección de Hemodinámica y Cardiología Intervencionista del centro, Cristóbal Urbano.

En verano de 2018 el Hospital Regional reinauguró la sala de hemodinámica junto con una segunda sala que permitió instaurar un plan de choque para regularizar la situación de 400 pacientes que estaban pendientes de pasar por quirófano. Asimismo, la puesta en marcha del hospital de día ha permitido optimizar los recursos con la inclusión de intervenciones ambulatorias (que no requieren de hospitalización) que ha agilizado muchos procedimientos, sobre todo entre la población procedente de otras áreas comarcales de la provincia. «La falta de camas es notoria en el centro y hay que buscar otras formas de trabajar, siempre con seguridad para el paciente. Esto nos ha salvado para poder optimizar recursos», indicó Urbano. Una descongestión a nivel de ingresos hospitalario para la que solo han necesitado dos camas y siete sillones.

Urbano aseguró que la mejora del servicio era de primera necesidad ante el peso que tienen las dolencias que abordan. No hay que olvidar que la enfermedad cardiaca es la más prevalente que hay junto con el ictus y por encima del cáncer y la ampliación del servicio ha permitido pasar de 2.500 procedimientos en 2017 a 4.000 en este último ejercicio. Entre sus próximos objetivos y retos de cara a 2020 esta mantener las listas de espera como hasta ahora e incluso reducir las esperas de todos los procedimientos a no más de 30 días.

Entre su actividad diaria, los procedimientos más comunes son los cateterismos cardiacos y de otras patologías que no afectan a las arterias coronarias, sino a las válvulas; lo que se conoce como insuficiencias valvulares que ahora se realizan con técnicas mínimamente invasivas frente a las cirugías a corazón parado y pecho abierto que se han realizado de forma habitual. Un protocolo que se incorporó para pacientes no operables y que, antes sus buenos resultados, se ha ampliado a gran parte de los pacientes.

Nuevos servicios

Otro proceso de carácter complejo que ha aumentado gracias a la inclusión de la última tecnología en la segunda sala de hemodinámica es la sustitución de válvulas aórticas mediante transcatéter, una técnicas poco invasiva frente al tradicional intervenciones a corazón abierto. De 35 procedimientos en 2017 se han pasado en el último año a 70.

El equipamiento de última generación con el que trabajan los profesionales en estos momentos ha permitido poder incorporar programas hasta ahora impensables. Es el caso del abordaje de las insuficiencias de la válvula mitral, una patología que genera encharcamiento de los pulmones, al no cerrar bien la válvula mitral, y a largo plazo incrementa las posibilidades de mortalidad por insuficiencia cardiaca. No es el único protocolo que han incluido en su cartera, también han puesto en marcha un dispositivo de asistencia circulatoria para dar soporte vital a aquellos pacientes con el corazón en situación de shock. «La máquina es parecida a la ECMO y ayuda a hacer la función del corazón cuando está muy dañado por un infarto, una infección...», resumió el doctor Urbano. Por el momento se han beneficiado una docena de pacientes y supone un recurso más para dar respuesta a los pacientes más críticos.

A todo ello suman un proyecto relacionado con la válvula tricúspide y nuevos dispositivos con los que abordar posibles dolencias que sufre, frente a las cirugías abiertas tradicionales, y saber responder a las necesidades que presentan aquellos adultos que al nacer, en su niñez o durante su adolescencia fueron tratados de cardiopatías congénitas, un servicio que prestan en el Materno Infantil, y que requieren de un seguimiento conforme pasan los años. «A las cardiopatías más complejas podemos darle una solución desde la hemodinámica mediante técnicas de catéter y queremos seguir desarrollándolo», indicó Urbano.

El servicio cuenta con seis médicos, 10 enfermeros, 5 auxiliares y dos celadores y cuenta con una programación completa de lunes a jueves, sin contar la actividad de urgencia. «La plantilla habría que dimensionarla a cómo evoluciona la asistencia», explicó Urbano.