El radiopatrulla de la Policía Nacional salió de la Alameda Principal con destino a la calle Martín de la Plaza, en el Camino de Antequera, para intervenir en un incidente violento en el que un hombre estaba causando destrozos en su vivienda. El conductor del Zeta, que llevaba los sistemas acústicos y luminosos activados, redujo la velocidad a la altura del semáforo que hay frente al edificio de Hacienda. Estaba en rojo, pero al no haber peatones decidió continuar la marcha para llegar lo antes posible a su destino. Eran las 00.20 horas de la madrugada del pasado domingo 22 de diciembre y de la nada, tras las vallas del metro que dificultan más aún la visibilidad, irrumpió un ciclista con la intención de cruzar el paso de cebra. La velocidad de ambos hizo que el impacto fuera inevitable. El repartidor, que llevaba un pedido del McDonald's, impactó contra la luna del Zeta y luego salió despedido hacia la calzada. Sufrió magulladuras y una herida en la cabeza por la que fue trasladado al Hospital Regional.

La bici de segunda mano que Francisco Javier se había comprado recientemente por 50 euros para comenzar a trabajar en una conocida empresa de reparto quedó destrozada. Su preocupación por la pérdida de su principal herramienta de trabajo y los pocos recursos para adquirir otra conmovió a David, el agente que conducía el vehículo policial, quien este viernes reconoció que en sus trece años de servicio ha participado en muchas intervenciones complicadas, pero nunca había pasado tanto miedo como en esta ocasión. El funcionario se trasladó inmediatamente al hospital para conocer de primera mano los resultados del TAC que le realizaron al ciclista, de 28 años. Tras conocer que no sufría lesiones graves y que el susto le costó unas cuantas magulladuras y ocho puntos de sutura, David trasladó a su compañeros de grupo que había decidido comprarle a Francisco Javier una bici nueva. Y en el grupo, todos a unahabía decidido comprarle a Francisco Javier una bici nuevagrupo, le respondieron con el mismo espíritu solidario y navideño. La colecta se cerró el jueves con la compra de una bicicleta con luces y un casco valorados en 225 euros y la sorpresa culminó la mañana de ayer viernes con la complicidad de la novia de Francisco Javier, al que convocaron en la Comisaría Provincial con la excusa de que uno de los jefes de grupo de los Zeta quería conocerlo personalmente. La sorpresa de Francisco Javier fue mayúscula, y agradeció muchísimo tanto el regalo como la atención que ha tenido por parte de los agentes, sobre todo de David: «Ha estado ahí en todo momento. Me ha llamado todos los días», reconoció con una enorme sonrisa.